Un lugar interior
donde ser un hombre culto,
una sonrisa inteligente y serena
donde la palabra nace, crece, seduce,
fecunda y muere,
sin estridencias,
con la dignidad de un dios ínfimo,
creador delicioso
de eternidades germinadas,
de pequeños mundos efímeros.
Marzo 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario