sábado, 25 de enero de 2014

Pablo Iglesias y la unidad de la izquierda

¿Cuánto le debe la revolución cubana al genio político de Fidel Castro? ¿Tiene mucho o poco que ver la revolución bolivariana con la figura de Hugo Chávez? La respuesta es obvia. Negar la existencia de ese factor subjetivo llamado liderazgo, que en un momento determinado conecta con la voluntad y las necesidades de muchísimas personas, es absurdo. Nos guste más o menos, está ahí. El problema que plantea, y que puede llegar a ser grave, es la gestión que se hace de él. Los liderazgos ponen en marcha, cuando existen condiciones de malestar entre la población, fuerzas enormes. Las dificultades aparecen cuando no se crean mecanismos para que las ideas, más allá de un líder carismático y aglutinador, se enraícen en la mayoría del pueblo. El salto a la palestra política del profesor P. Iglesias ha despertado una importante controversia en el seno de la izquierda transformadora. Desde los ataques furibundos a las defensas apasionadas. Aun no siendo persona de equidistancias, me gusta analizar, reflexionar, desapasionadamente. Creo que las izquierdas, siendo defensoras de la razón contra el oscurantismo, considerándose hijas de esa línea que nace en la Ilustración y prosigue en las revoluciones del XIX y XX, a veces pecamos de un exceso de pasión, de vehemencia. En no pocas ocasiones somos un organismo que se autofagocita. Viendo los comentarios de los lectores en la prensa situada en el espectro de la izquierda, están los acérrimos de P. I. y los que lo maldicen por dividir a la fragmentada izquierda e ir de diva televisiva. Incluso lo tachan de marioneta de Cuatro. Ahora mismo es un fenómeno mediático. Mucha gente de izquierdas, o simplemente cabreada por la crisis y la gestión política de ésta, ha disfrutado de sus palizas dialécticas a la ultraderecha periodística. Ahora encabeza el movimiento llamado "Podemos", un grupo de personas que plantean una alternativa popular al bipartidismo tradicional y oligárquico. He visto el programa, todavía bastante sucinto, de partida, y es claramente de izquierdas para estos tiempos de crisis y urgencias. ¿Aprovechar el posible tirón popular de Pablo es erróneo? Aquí surge Izquierda Unida. Mucha gente sospecha que P. I. es alentado para fragmentar y desinflar el voto de IU. Y aquí, también, surgen mis dudas. Si al final van a las elecciones europeas las candidaturas de IU y de Podemos por separado, será, si no un desastre, pues al ser distrito único el factor divisorio se mitiga, sí lamentable. Debe
haber una confluencia, pues no creo que las diferencias programáticas sean insalvables. Es perfectamente posible un programa de acuerdos mínimos. Es casi un deber, pues un amplio espectro de la población de izquierdas lo está esperando fervorosamente. Probablemente alguna persona que lea este texto me considerará un voluntarista que quiere forzar las situaciones, pero sinceramente, estoy hastiado del cainismo. En Bolivia, Venezuela o Ecuador (tan admirados, con razón, por la izquierda consecuente europea) se han puesto en marcha procesos de cambio social en base a mayorías amplias, al aunamiento de fuerzas diversas encabezadas por líderes de gran calado social -Evo , Chávez o Correa- abanderados de programas transformadores que no se han planteado el asalto al Palacio de Invierno, que están haciendo reformas graduales. No ignoro que son contextos y realidades diferentes (por ejemplo, la coalición de Correa tuvo una crisis por el tema del aborto), pero creo que sí es válido el ejemplo de unidad para dar un salto cuantitativo, para salir del malditismo minoritario que tanto nos tienta y que a veces casi llevamos como un galón meritorio en el campo de la izquierda. Y aclaro, yo no comparo a P. I. con los citados líderes sudamericanos, pero es innegable que ha tenido la oportunidad y la cualidad de conectar (aunque sea a través de ese pecado original que es la televisión) con grandes capas de gente que han simpatizado con su discurso ¿socialdemócrata? ¿antineoliberal? ¿anticapitalista? ¿reformista? ¿revolucionario? Mientras la santa madre izquierda debate si dios es uno o trino, el demonio, que no se anda con minucias, nos está llevando, vivitos y coleando, al infierno.

lunes, 20 de enero de 2014

De amores y borbones

Todos sabemos que el amor es una de las principales fuerzas de la naturaleza. Al menos en esa idea nos han educado. Es creencia popular que el amor, como la fe (quizás estén hechos de la misma materia), mueve montañas. También circula el rumor de que no podemos vivir sin amor, de que vivimos con él o a brazo partido contra él. Los románticos pensaban que incluso podíamos morir de amor, que nos nubla la razón y desnorta el raciocinio. ¿Cuántas veces he leído en la misma frase las palabras locura y amor? Todos hemos oído hablar de que fulanito o menganita tiene mal de amores. Curiosamente nunca he oído la expresión inversa: bien de amores. Somos legión los que hemos suspirado, e incluso lagrimeado, por el final trágico o feliz de una película o una novela. Siempre, con mi habitual "optimismo", he pensado que habría que hablar de inicio feliz. Las películas de amor suelen acabar cuando el muchacho y la muchacha, salvados los diversos imponderables, se prestan, con el beso final, a comenzar su vida en común. Yo, con cierta acidez, pienso que no estaría de más ver la continuación: las disputas, la monotonía, el agostamiento de ese amor. Sin embargo, hay amores que perduran en el tiempo, amores incombustibles, amores que evitan aquella maldición que dice que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. En fin, amores que se fortalecen en el negocio.
Jesús Silva, abogado de la Infanta Cristina, declaró hace unas semanas que ésta actuó siempre por fe y amor a su marido. Dice Violeta Parra en Volver a los 17  que sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes. La fuerza del amor como atenuante jurídico. Para Cristina, Iñaki es una especie de dios, una especie de fe revelada que nubla su discernimiento hasta el punto de cargarle a Noos algunas facturas de actividades privadas y diversas, tales como unas clases de baile. Si estar ebrio, salvo para la conducción, es un atenuante, como no lo va a ser la flecha certera de Cupido. Otro cantar es que la frase del abogado destila un tufo machista a abnegada esposa, cuasitontita, que pone sus destinos en manos de un marido pilluelo. ¿Diría el abogado la misma frase, modelo hombre pensante y mujer florero, con un cambio de roles?
Abandono la música de violines, el trinar de los pájaros y las florecillas primaverales.
El próximo 8 de febrero, en un cambio de estrategia de la defensa y la fiscalía (su segunda, o tal vez primera, defensa), Cristina declarará como imputada y lo hará, más allá de hermosas palabras que expresan afanes colaborativos con la justicia, obligatoriamente. Si ahora ni defensa ni fiscalía han recurrido la imputación es por pura visión política. Después de ver un monarca balbuceante en la Pascua Militar, sería demasiado sangrante o burlesco que por segunda vez su hija escapara a la acción de la justicia. Ahora interesa dar una imagen colaborativa, de campechanía borbona, de "todos somos iguales". Sobre todo tras ver el país entero la imagen de viejito gagá del pater familis. Este pueblo, que comulgó con la rueda de molino de aceptar al heredero puesto por el dictador, en aras de un supuesto bien mayor -las libertades políticas-, creo que cada vez digiere peor la circunstancia de tener a la cabeza del estado un ente llamado familia real. Un ente de piel muy fina. En una entrevista el portavoz de la Casa Real, Rafael Spottorno, pidió que el proceso se agilizara pues es un martirio. Sí, Borbón, la justicia es lenta, ¿ahora lo descubres? Un inocente puede estar cuatro años preventivamente en la cárcel mientras se realiza la instrucción de su caso. Siempre recordaré cuando, hace bastantes años, saliendo de una de tus iteuves anuales, le dijiste al micrófono de turno: "les recomiendo a todos los españoles que chequeen su salud". Yo me dije: genial. Este individuo vive en Marte, donde no hay listas de espera para operarse. Es la demostración de que esta gente habita espacios siderales, y es lógico. Un rey tiene que sentir, por fuerza, aunque sea una minucia de desprecio por aquellos a quiénes considera sus súbditos, aquellos que al saludarle siempre inclinan la testuz ante quién bautiza con su nombre y el de toda su familia, construcciones de todo tipo, sin más mérito que el que otorga la cuna.
Contra lo que algunos piensan, no creo que el trono borbónico se tambalee. Está bien asido por el bipartito (aunque de vez en cuando las bases del PSOE asomen una tímida patita republicana) y los poderes fácticos: finanzas, clero y milicia. Aún son ustedes útiles, pues pienso que temen como encajaría la pieza republicana en el puzzle  de esta democracia "atada y bien atada". Pero ténganlo claro, borbones, cuando no les sirvan, si el pueblo no se adelanta, irán al basurero de la historia

domingo, 19 de enero de 2014

Milhombres (catorce)


Quiero hacer mención, aunque ya lo he dicho en otras ocasiones, que las ilustraciones de todos los poemas, además la unidad estilística de la obra es evidente, son de Pilar de Vera.

jueves, 16 de enero de 2014

El Gamonal: luchando para vencer

A lo largo de mi vida he acudido a innumerables manifestaciones y concentraciones. Desde las ritualizadas, como el 1º de mayo o, en menor medida, el 14 de abril, hasta las que surgen ante  una problemática concreta, sea internacional, nacional o local. Reconozco que casi siempre lo he hecho siguiendo la máxima, muy presente en mí, del ya citado en alguna otra ocasión, Ángel González: Sin esperanza, con convencimiento. Y esa ha sido la sensación con la que me he quedado tras acudir a esas convocatorias: la del deber moral cumplido y la de dar testimonio de mi desacuerdo con la que consideraba tropelía de turno. A lo largo del estado español han habido continuamente protestas vecinales por los más diversos motivos, y seguro que las siguen habiendo. Sin embargo, un barrio hasta hace unos días desconocido, ya es famoso en todo el estado español: El Gamonal. La que estaba destinada a ser una protesta como tantas otras ha saltado a la primera plana de la actualidad del país. Incluso alguna emisora de radio se ha trasladado al barrio a hacer en directo un informativo. La construcción de un bulevard que cuesta 8 millones de euros ha desatado la protesta vecinal. Una protesta desencauzada. Una protesta ofensiva. Una protesta organizada, masiva y duradera. Una protesta que ha reabierto el debate sobre el tabú de la violencia o de la no violencia. La alcaldesa de Madrid, en una declaración que la debería llevar a la dimisión por imbecilidad supina, ha manifestado que en Burgos han habido atentados, en un burdo intento de utilizar el cada vez más debilitado jarabe terrorista como bloqueador neuronal. El ministro de la porra ha hablado de "comandos radicales itinerantes", aunque todos los detenidos son del propio barrio. No obstante, yo revisaría los apellidos de los enchironados pues no olvidemos que Burgos está pegada a Euskadi. Por cierto, si hubiera ido gente de otros lugares a apoyar la protesta, ¿cuál habría sido el problema? ¿qué hay de malo en el apoyo solidario a luchas cuya causa sea justa? Sólo interesa que se propague la solidaridad caritativa, no la que se enfrenta. Nos guste o no, el amplificador del conflicto ha sido la insumisión de la protesta (tengo la impresión de que realizamos muchas protestas sumisas), la voluntad de transgredir los límites impuestos hasta lograr algún resultado positivo. Negar que la algarada es un altavoz, es negar la realidad. Sé que no es la visibilización más deseable, sé que las soluciones vienen sobre todo de la acumulación (hecho que también se ha producido en El Gamonal) de fuerzas y de la persistencia de las luchas. La estrategia de los pulsos de uno o dos días conduce a la frustración o, como expuse al principio, a la melancolía, cuajada de ética y estética, del perdedor. La LOMCE, por ejemplo, salió adelante porque la respuesta fue deslavazada y timorata. Los vecinos rompieron el cauce establecido de la manifestación o concentración resignada y, por lo pronto, han logrado un primer triunfo: la paralización temporal de la obra y que el alcalde plantee un dialogo "sin líneas rojas". Saben que no han ganado la guerra y van a mantenerse en lucha organizadamente, pero creo que si se han ganado, aparte de la solidaridad de muchos lugares del estado, algo bastante importante y que en los últimos tiempos nos han ido perdiendo día a día: el respeto.
Seamos serios y fríos, miremos la historia, que nos alumbra al respecto. No caigamos en esa trampa ideológica que es la condena genérica y universal a la violencia. Esa gente, los poderosos que especulan y acumulan riquezas en nuestro detrimento, la utilizan, a raudales, sin conflicto moral alguno. No la de nuestras manos desnudas y cargadas de razones, sino la de sus medios represivos.

domingo, 12 de enero de 2014

En la muerte del padre

No, esto no es un panegírico. Lo digo de entrada.
Te amé con tanta desesperación como a ratos te detesté. A veces incluso intenté ser un mal hijo, pero creo que casi nunca lo conseguí. Estas palabras son, entre otras cosas, un ajuste de cuentas, que nunca saldaré conmigo. 
Nacido en el año 29, perteneciste a una generación criada y madurada bajo la égida del fascismo más duro (años 40 y 50). Una generación educada en la moral del sufrimiento, en la funesta teoría del valle de lágrimas. Fuiste a un colegio brutal, con nombre de asesino, Generalísimo Franco, en el barrio obrero de  La Isleta, donde casi todos los niños acudían descalzos y tú llevabas unas alpargatitas que cuidabas con mimo. Obsesivo como eras, los sucesos anclados a tu mente me los contaste innumerables veces, con una diferencia, en los años finales al referirte a ellos ya te vencía la emoción cuando recordabas esos viejos episodios. Por ejemplo, cuando rememorabas las clases de inglés nocturnas (desde los 11 años te deslomabas trabajando de día), con don Joaquín, un republicano represaliado. Esas clases en las que aprovechaban la nocturnidad y la confianza para hablar de temas innombrables y la vana esperanza de que la victoria aliada en la 2ª Guerra Mundial supusiera  la caída del tirano. No he conocido a nadie que añorara tanto la posibilidad de haber estudiado como tú. Yo, que lo hice por inercia, por seguir una senda relativamente cómoda, sin vocación alguna, con responsabilidad pero sin deseo, siempre admiré tu anhelo de sabiduría, esa necesidad que tuviste casi hasta el final de conocer el alma humana, leyendo ensayos de filósofos y psicólogos. Incluso, sabiendo que el tren había pasado para ti, te interesaste por las clases para mayores de la universidad. Siempre rechazaste, y nunca disimulabas, al menos gestualmente, tus fobias, mi gusto por la novela negra, de misterio o de terror. Proclamabas la superioridad de la luz, de la belleza clara sobre la oscura. Te emocionaba la buena prosa, decantándote más por una descripción hermosa que por un diálogo chispeante. En poesía amabas (como en la música) a los líricos y te gustaba -no sólo en los versos- la rimbombancia que a mí generalmente me exasperaba. Sé que con nosotros, con Efrén y conmigo, el halago que medías por delante, lo derrochabas por detrás, y que nuestros estudios los viste como un logro tuyo también.
Hablar de ti sin hablar de mamá, sería imperdonable. Ella, ese corazón tierno en una carcasa dura, como tantas mujeres de su época, sufrió una doble opresión: la clerical-fascista, que afectaba a la mayoría de la población, y la machista, en buena medida agudizada por la anterior. Tú, con tus peculiaridades, y muchos hombres de tu generación y, desgraciadamente, no pocos de la actual, fueron muy primarios con sus compañeras de vida. Mamá siempre me ha expresado, observando con lógica envidia a muchas mujeres de décadas posteriores, su lamento por no haber nacido  30  ó 40 años más tarde, pues, lo quisieras o no, fuiste un poco (y con cierta anuencia de ella) su carcelero. En más de una ocasión te comenté (y tú lo sabías mejor que yo) que era necesario deseducarse. Yo lucho cada día, con fortuna desigual,  por desembarazarme de muchas cosas aprendidas en la niñez. Sé que tu nieto José María se ha formado conmigo y contra mí. Sí, mamá y tú me han servido como modelo, a veces  inverso. Ambas cosas, aunque la segunda genere dolor, las agradezco.
Acabo este texto urgente.
Aún me cuesta transitar del presente al pasado para nombrarte o pensarte. Nunca te hablé de mi balconada celestial, ese lugar de espíritus ateos en el que nunca nos encontraremos, ese territorio de plática plácida desde donde veríamos el agitado devenir de un planeta en el que ya sólo habitas en el recuerdo de aquellos a quiénes nos diste todo lo que tenías y sabías: algunos muros infranqueables y muchos caminos abiertos.

jueves, 9 de enero de 2014

Los 300

Los 300 más ricos del mundo (estos sí son unos héroes y no los espartanos empecinados y suicidas de hace 2.500 años), añadieron 524.000 millones de dólares (383.000 millones de euros) a sus fortunas durante el año 2013, totalizando ahora 3,7 billones de dólares o, volcado a euros, 2,7 billones. Todo esto nos lo aporta, seguro que con afán de despertar nuestros instintos revolucionarios, Bloomberg.
Bill Gates ha recuperado el trono que ostentó hasta hace unos años acumulando unos 78.500 millones de dólares. Ha desbancado al mejicano Slim que corre peligro de caer en la indigencia pues su fortuna decreció 1.400 millones, quedándose en unos paupérrimos 73.800 millones. Urgente: anuncio solidario donde se vea la mirada perdida de don Carlos y al pie la cuenta corriente donde ingresar los donativos. Ortega, don Amancio, sigue instalado, sólidamente, en el bronce, incrementando su fortuna en 9.000 (son 8.900, pero para españolear redondeo), llegando a 66.400. Tengo clarito que va disparado a la cima del podio. El más rico de Asia, con un montante de 30.200 millones,  es Li Ka-Shing, chino, del que desconozco si tiene el carnet del PCCh o un retratito de Mao en la cabecera de la cama.
La riqueza de estos 300 es algo mayor que el Producto Interior Bruto de Alemania, primera potencia económica europea, que fue, en 2012, de 3,4 billones de dólares. También es mayor que la suma del PIB de los últimos 82 países del ranking mundial.
Artenara es el municipio con menos población de Gran Canaria, tiene 1242 habitantes. Si estos 300 se mudaran allí el aumento de población sería importante pero moderado, el de riqueza en cambio sería exponencial. Podrían hacer con los 10 primeros un reality en el que se "picaran" (sería interesante una especie de liga, con ascensos y descensos). Además, en una ventanita lateral de la pantalla, se verían al minuto, y con creciente emoción, sus peripecias financieras, los engaños y las puñaladas traperas.
Del sarcasmo al hastío, que, lo confieso, me genera contradicciones.
Contrasta lo anterior con "la moda" del kilogramo de comida. Mientras realizaba unas compras para el día de las reinas magas, vi un cartel en la Comandancia Militar de Las Palmas, proponiendo que dejemos un kilo de comida al pie de su Belén; 200 metros más allá, en la Calle Bravo Murillo, en un poste publicitario una universidad católica nos solicitaba un kilo de alimentos; en mi instituto, antes de vacaciones, nos solicitaron el kilo correspondiente. Con la décima parte de los 3,7 billones de dólares de los 300 ¿cuántos kilogramos de comida paliarían la inclinación, no física, sino social, que tiene el planeta?

viernes, 3 de enero de 2014

Contra todos los terrorismos

Inma fue, hace más de un decenio ya, alumna mía. Gracias a su empeño, yo suelo ser hosco y retraído para las relaciones sociales, hemos estado en contacto todos los años posteriores  a su salida del instituto. El fin de semana pasado tuvo la amabilidad de invitarme, junto a Antonio, a conocer, cena mediante (faltaría más), su hogar. Tiene un encanto especial ver como un ser en ciernes (eso es un alumno o alumna de cuarto de la ESO, sonrío e ironizo), en estos tiempos duros para la juventud en particular, ha ido haciéndose un lugar bajo el sol. Por supuesto, el condimento de cualquier encuentro es una charla amena en la que (estando un profesor de historia radical por medio es inevitable), no podía faltar el tema político. Y las reacciones de las personas con un cierto nivel intelectual (tanto Inma como Antonio son universitarios. Sé que no es condición ineludible pasar por la Universidad para formarse con cierta solidez, pero sí debería, lo pienso así, tener todo universitario un mínimo nivel de pensamiento) son definitorias de una época, de cómo nos inculcan una visión del mundo. En la conversación salió el tema del terrorismo y yo (pagado de mi mismo, envanecido) me referí a mi texto publicado en este blog llamado La 18 de julio: la banda terrorista más criminal de la historia de España http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2013/07/la-18-de-julio-la-banda-terrorista-mas.html. Su reacción, cuando me referí a Franco como el principal -cualitativa y cuantitativamente- asesino terrorista del siglo XX español, fue de absoluta sorpresa pues no había establecido nunca esa relación. El término más habitual que ha oído para referirse a este sujeto ha sido dictador e incluso gobernante autoritario. Llamarlo terrorista a él y a sus secuaces (sean Mola o el último de los sociales), a todos aquellos que fueron su mano de hierro, casi siempre descoloca, o escandaliza incluso, al interlocutor que tengas en ese momento. En este país, terrorista es igual a etarra o musulmán. Ya lo he dicho en otras ocasiones, no se utiliza ese concepto para los aparatos represivos estatales, cuando, en general, son los que tienen más capacidad de provocar terror en una población. Bastante más, desde luego, que los grupos armados que proliferan en distintas zonas del planeta.
El colectivo de presos de ETA ha reconocido en un comunicado el daño causado, que asumen la justicia del estado español y una salida individual según la situación personal de cada uno. O sea, descartan (ellos mismos) la posibilidad de un indulto general. Los comentarios van desde quién lo considera un paso importante a quién (como la Asociación de Víctimas del Terrorismo) dice, siguiendo el bolero que lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. La conciencia interior, lo que uno piensa de labios adentro, es intransferible. Me reconozco profano, incapaz de bucear en las ciénagas o sestear en las praderas mentales de cada persona. Pero, aunque sea con la boca chica, a regañadientes quizás, lo han dicho: hemos causado daño y dolor y estamos pagando por ello. Paradójicamente también está cumpliendo cárcel, como indudable preso político, Arnaldo Otegui, uno de los impulsores y hacedores de que se haya llegado a esta situación anhelada por todos. Según la ley, para acogerse a beneficios penitenciarios tienen que pedir perdón expresamente a las víctimas. Cúmplase la ley.
A quién sigue sin alcanzar la ley es al fascismo español y a sus ejecutores, pues la Fiscalía está buscando argucias legales que permitan no extraditar a los represores fascistas que reclama en la actualidad la justicia argentina, y a los que pueda reclamar en un futuro. Creo que quiere alegar qué España es competente para después esgrimir que sus delitos están amnistiados por la ley del 77, que recientemente ha sido denunciada por la ONU como ilegítima. Con un par, en libertad sin pisar una celda y sin pedir perdón a nadie. Y oiga, aterrorizar, aterrorizaron lo suyo a miles de luchadores antifascistas. Con un agravante: el paraguas protector del estado.
Quizás me acusen de mezclar churras con merinas, pero voy a señalarles un acto terrorista silencioso y repugnante: la disminución, o eliminación en algunos casos, de las ayudas a la dependencia. Ese es un acto criminal, la acción más infame de un gobierno que aterroriza, que desampara a los que ya tienen sobre sí y sus familias un sufrimiento vital perpetuo. Solamente por eso, siento estupor cuando veo que una encuesta del rotativo El Mundo le da la victoria, en unas hipotéticas elecciones, al PP con el 34% de los votos. Prefiero, en un acto de fe, creer que son abducidos, para no amargarme pensando que vivo en un país de canallas o/e insensibles.
Para acabar dos símbolos de nuestro sueño que está generando monstruos:
1. En León han puesto en la iluminación navideña decenas de pequeñas esvásticas.
2. El hijo político del terrorista Franco sale, galán otoñalísimo vestido de sport, en una sesión fotográfica rejuvenecedora en el Hola.
Pues eso. Ni arde La Zarzuela, ni arden las conciencias.