jueves, 29 de agosto de 2013

Intervencionismos

Hace algunos días veía un programa de televisión donde, en un país africano cuyo nombre no recuerdo, se llevaban a cabo, para personas de aldeas apartadas y muy pobres, una serie de operaciones que les permitieran recuperar, aunque fuera de manera parcial, la visión. Se les reabría el mundo a casi todos. Y empleo el casi adrede, pues hubo un niño que expresó ser feliz en su ceguera. El narrador explicaba que el chico, acogido en una institución en la que hacía vida comunitaria con otros muchachos, donde era atendido y querido, si recuperaba la visión tendría que volver a su aldea. Un lugar que para él debía ser sinónimo de miseria y soledad. La acción, encomiable, de devolver la vista a esas personas la llevaba a cabo una ONG, una institución privada. Incluso al final del programa, cuando los espectadores pueden estar bajo el impacto emocional, pusieron una propaganda de "Médicos sin fronteras" en la que se recalcaba su "independencia de gobiernos, estados y poderes económicos".
Sé que por el tono de este texto puede parecer que esgrimo una velada crítica a la actuación de las ONG. En principio, no. Pienso que es admirable la gente que acude a esos lugares a entregar, en condiciones difíciles, su sabiduría y amor. No obstante, y sin cuestionar lo anterior, me gustaría hacer alguna reflexión.
El cuidado de la salud de las personas tendría que ser una obligación de los poderes públicos a nivel mundial. Si algunos estados no pueden garantizar la plena salud de sus habitantes debido a su pobreza (la del estado), debería haber un fondo público internacional aportado según la riqueza de las naciones que velara por la salud de cualquier persona de este planeta.
No soy un quimérico (utópico, sí). Es perfectamente posible. Incluso hay un país en el mundo que, en la medida de sus escasas posibilidades, intenta hacerlo. Me refiero, quizás ya alguien lo ha intuido, a Cuba. Tiene médicos en más de 80 países del mundo. Estamos hablando de una nación de 11 millones de habitantes. EEUU tiene 30 veces más población y 100 veces más riqueza global. EEUU podría inundar el mundo de médicos y material sanitario. A veces, en mis delirios mentales, pienso que son un poco necios. Creo que ésta sería mucho mejor carta de presentación del "American way of life", de la superioridad del capitalismo, que todas las bases militares y las flotas que patrullan los océanos. Sé que hago ficción. La naturaleza del capitalismo y su máxima expresión, el imperialismo, es depredadora: obtener el máximo beneficio.
En el tema de la ayuda sanitaria cubana hay otra arista interesante. Es la ayuda de una OSG "Organización si gubernamental". Pone en valor la acción del estado. Demuestra que la perversión de lo público depende de quién -y para quién- maneje ese ente, que a muchos produce sarpullidos. Cuba tiene médicos en el Sahara Occidental o en Timor Oriental. Ahora mismo, mientras el mundo está pendiente del más que probable ataque a Siria por parte de EEUU y su acólito Reino Unido, Cuba va a "intervenir" en las zonas mas recónditas y pobres de Brasil con una "fuerza invasora" de 4000 médicos, que pondrá pie donde no quieren hacerlo la inmensa mayoría de médicos brasileños.
Como he dicho, el ataque a Siria parece inminente (¡oh ingenuos obamistas, el color de la ideología y el dinero marca más que el de la piel!). Más allá de los más importante, la destrucción que sembrarán en un país ya desangrado por dos años y medio de conflicto, el coste de la operación debe ser multimillonario. Infinitamente mayor que el coste de la "intervención" en Brasil y el resto de países pobres con los que colabora la OSG cubana.
La feroz dictadura exporta médicos y, por añadidura, ha creado la "Escuela Latinoamericana de Medicina" para formar a jóvenes del Tercer Mundo que lleven el saber adquirido a las zonas depauperadas de sus países.
La democracia estadounidense se prepara para enviar sobre suelo sirio carísimos misiles que enriquecerán a unos pocos y, según parece, por alguna extraña arte nigromántica, son mucho menos asesinos que las armas químicas o que los drones que a veces visitan a los niños afganos o paquistaníes, o que el arma atómica que iluminó Hiroshima a las ocho y cuarto de la mañana, o que el "agente naranja" que aún envenena los campos vietnamitas.
Un pequeño desahogo final.
El habitante de este callejón minúsculo y pancartero, "un loco (o un idiota) lleno de ruido y de furia" que diría don William, sabe que la realidad es poliédrica. Tan poliédrica como el PSOE, que apoya el hipotético ataque de EEUU. Cada cuál empuña la papeleta que quiera, pero me pregunto si se puede ser de izquierdas y votar a esa mitad -¿incongruente?- del bipartito reinante.

domingo, 25 de agosto de 2013

"Mi jefe me da de comer"

 

"Mi jefe me da de comer". Cuando oigo la frase que antecede, recuerdo la genial escena de la película "Tiempos Modernos" de Charles Chaplin, en la que el dueño de la fábrica utiliza al protagonista de conejillo de indias para probar una maquina que automatiza la alimentación del obrero, sin que este tenga que moverse de su puesto de trabajo. Probablemente -quizás esté equivocado- el humor con el que el cómico enfrenta la posibilidad de que te alimenten como a ganado, sin ausentarte de tu lugar en la cadena de producción, diluye en cierta medida la carga de dramatismo que la situación encierra. En varias ocasiones, cuando he trabajado en clase,  con los alumnos de 4º de la ESO, el tema de la revolución industrial y el nacimiento del movimiento obrero, he puesto esta cinta (o al menos su, en mi opinión, magnífica primera media hora). Los alumnos se ríen, yo también lo hago, al igual que en una escena posterior donde se refleja el estrés alienante, que lo lleva a enloquecer, de apretar tornillos sin pausa. No obstante, temo que la risa vele el poso de amargura y malestar, la enorme carga crítica que esas dos escenas contienen.
Sí, nuestros jefes probablemente querrían darnos de comer, automatizarnos, si eso supusiera que aumentara nuestra productividad. La película de Chaplin es de 1936, tiene casi 80 años. Me imagino que en esa época, cuando un trabajador avizoraba el siglo XXI (pongamos por ejemplo el año 2013), pensaba en una sociedad en la que el avance tecnológico libraría a los trabajadores de buena parte de su "esclavitud", ayudando a reducir las jornadas laborales y las desigualdades sociales (las ocho horas es una reivindicación del siglo XIX, de hace 150 años, en la que nos quedamos estancados, ¿se ha multiplicado la capacidad productiva por el boom tecnológico en este tiempo?). Sin embargo, tanto jornadas como desigualdades, aumentan, aunque paradójicamente el trabajo disminuye por el desarrollo tecnológico ya citado. Con la disminución del trabajo mengua también la conciencia y la unión de la clase trabajadora, pues cada vez más el miedo es el ominoso señor que preside la mesa de las relaciones laborales. El otro trabajador deja de ser mi compañero de desdichas y luchas y se convierte en mi "enemigo" frente al señor que "me da de comer".
Lo he dicho en alguna ocasión, y lo reitero, nada es más libre y humano (bien lo sé yo que voy sobrado de ellos) que el temor. Y el miedo a ver que un día no tienes trabajo, y que pasa un mes y otro y otro, en una pérfida cuenta atrás, y que un día se acabará el seguro de desempleo y que tu horizonte, con suerte, pueden ser 450 euros, debe ser atroz. Sin embargo deberíamos intentar que no nos atenacen el pensamiento. Salirnos y  ayudar a otros a salir -hablando, debatiendo el cualquier lugar que se tercie- del redil ideológico donde, apretujados, nos miramos con desconfianza, y cuya máxima más perversa es el título que encabeza este texto.
Una pregunta muy simple, incluso idiota: si mi patrón me da de comer, ¿por qué el día que hago huelga no me paga la comida? Ustedes me contestarán: ¡coño, es que ese día no trabajo! Pues eso.
 

jueves, 15 de agosto de 2013

Primera página perpetua


Las 300 mayores fortunas del mundo acumulan más riqueza que los 3.000 millones de pobres.
Así lo afirma el profesor Jason Hickel de la Escuela de Economía de Londres, asesor del movimiento The Rules, que lucha contra la desigualdad, y autor de un video titulado 'La Desigualdad de la Riqueza Mundial'.

"Citamos estas cifras porque nos ofrecen una comparativa clara e impresionante, pero en realidad la situación es aún peor: las 200 personas más ricas tienen aproximadamente 2,7 trillones de dólares, y eso es mucho más que lo que tienen 3.500 millones de personas, que tienen un total de 2,2 trillones de dólares", explica el economista. 

Esta noticia salió el pasado 21 de julio. En ningún periódico del mundo apareció en enormes titulares a seis columnas. Desconozco si en alguno saldría siquiera en un pequeño recuadro de la portada. Un recuadro que debería reflejar de manera perpetua, día tras día, esa monstruosidad (¿cómo evolucionará? o mejor ¿se revolucionará?).  También estoy convencido de que ninguna emisora de televisión abrió sus informativos con esta estafa monumental que deja a Bárcenas, Cospedales y Rajoys como lo que en el fondo son: unos mindundis, unos empleados (cierto es que muy bien remunerados y por lo que parece algo trapicheantes) de los grandes oligarcas. El escándalo del mentado Barcenas, y otros por el estilo, son nimiedades ante ese escándalo supremo que se llama sistema capitalista, que es el que permite esas aberrantes acumulaciones de capital en manos de 200 ó 300 personas. Ante estos individuos los superhéroes de la Marvel son unos pobres infelices. Estos tipos si que tienen superpoderes. Por ejemplo, Bill Gates era en 2011 el segundo del ranking con 56.000 millones de dólares. Suponiendo que gane dinero desde los 15 años, ahora tiene 55, dividiendo el dinero acumulado en esos 40 años entre las horas totales que ha vivido (incluso las que ha dormido, amado, festejado, vacacionado, todas, absolutamente todas) sale que el susodicho ha acumulado cada hora de su vida 160.000 dólares (120.000 euros, el salario español medio de 6 años). Eso es ser un héroe del trabajo y no los estajanovistas que se premiaban en la extinta URSS. Ahhhh... claro, tienen trabajadores, no había caído en ese pequeño detalle. Incluso alguno los tiene (muchísimos) en países con salarios muy bajos. Vaya, vaya.
 
Goethe dijo: "prefiero la injusticia al desorden". Si se es hijo de un consejero imperial alemán la frase tiene su lógica. No siempre uno desafía, intelectualmente y en la práctica, a su propia clase social (caso de Engels). Pero más allá de esa circunstancia, y preferencias aparte, si el cuerpo social que es víctima de la injusticia no agoniza o languidece, lo más lógico es que la propia búsqueda de justicia alumbre un verdadero orden.
 
A mí que una aldea de 300 habitantes pueda tener más riqueza que, por ejemplo, toda la población de Sudamérica, Europa y África, me parece el más grave de los desordenes y la más lacerante de las injusticias.
 
 


domingo, 11 de agosto de 2013

El árbol y el bosque. ¿Retorcido?

Hace muchos años una compañera de Centro con la que tenía una relación muy cordial me dijo, mientras disfrutábamos del tentempié matutino: "Tú eres un poco retorcido, Pepe Juan". Creo que, tras esbozar una mueca de sorpresa, me reí. No recuerdo si en aquél momento le di la razón o intenté rebatirla. Hoy seguramente sonreiría y callaría.
 
1.  Torcer mucho algo, dándole vueltas alrededor.
2.  Dirigir un argumento o raciocinio contra el mismo que lo hace.
3.  Interpretar siniestramente algo, dándole un sentido diferente del que tiene.

 

Estas son las tres definiciones de la RAE de la palabra retorcer. En la primera, metafóricamente, me reconozco y en la tercera también, por dos aspectos: soy "siniestro" en el modo italiano del término, que hace referencia a ser de izquierdas, y además, busco un sentido diferente en muchas de las realidades cotidianas, con otros enfoques, otros ángulos de visión. Me atrevería a decir que este blog es fruto, en alguna medida, de ese retorcimiento que, curiosamente, se refleja en el dibujo atormentado del cerebro. Pero desde ese retorcimiento, aunque suene paradójico, busco mostrar que las que parecen realidades diáfanas y rectilíneas, inmaculadas, tienen su lado oscuro, pérfido, el cuál, en muchas ocasiones se pretende, adrede, ocultar. O sea, desde mi sinuosidad busco, modestamente, alumbrar zonas oscuras, dar respuestas diferentes, que quizás sirvan para activar nuevas preguntas.


El día 29 de julio saltó a todos los medios de comunicación la noticia de que Ángela Bachiller iba a convertirse en la primera concejala española con Síndrome de Down debido a la dimisión de un edil del ayuntamiento de Valladolid. Ángela ha sido iluminada por el foco y ha recibido unánimes parabienes. Yo, retorcido, tengo que ser honesto y reconocer que el tema, más allá del buenismo, me genera dudas. Cuando alguien o algo es iluminado por un foco, queda un enorme espacio en la sombra. Esa sombra hoy en día está poblada por innumerables recortes en las ayudas a personas dependientes o discapacitadas. Según el observatorio de la dependencia, entre enero y junio de este año, 12.000 personas habían perdido sus prestaciones. En este mismo blog hice una reflexión sobre un discapacitado que se había quedado cobrando ¡59 céntimos! mensuales http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2013/01/59-centimos-el-desprecio-de-la-dignidad.html en un acto de violencia insoportable (este texto lo introduje en la etiqueta violencias).  Un aldabonazo, como el de Ángela, aunque sea único (o quizás por eso), suele resonar hasta en el extranjero. La pérdida de derechos que se filtra incesante, esa humedad que esta haciendo gran daño al edificio social, es tan silenciosa como implacable. Las caras de las personas que la sufren son tan borrosas, quizás por las lágrimas, como las propias manchas de humedad. India y Paquistán han tenido como primeras ministras a Indira Ghandi y Benazir Bhuto. ¿Esos nombramientos, que eran básicamente de carácter dinástico por pertenecer a familias políticamente dominantes, han contribuido a la mejora social de las mujeres en esos territorios? Ustedes, como yo, lo dudan. Si Ángela tiene capacidad y discernimiento, que sea concejala. Leyendo una entrevista con ella y con su madre se percibía que pertenece a una familia con unos recursos económicos que le han permitido una educación esmerada, un trabajo que ha llevado a Ángela a tener logros importantes. ¿Ángela habría sido la Ángela que es en otra familia de extracción social muy humilde? Al final, tozuda, casi siempre aparece en escena, aunque muchas veces la quieren camuflar, la condición social de la que partimos.  Ángela y su mérito han dado la vuelta al mundo, pero si se recortan los dineros o se cierran centros que permiten que las personas con discapacidades diversas tengan una atención adecuada, Ángela no dejará de ser un bonito espejismo.


Mi duda es si el retorcido es el espejismo, la realidad o la  mirada que los observa a ambos.

 

martes, 6 de agosto de 2013

Milhombres (Portada y uno)

Hoy, 6 de agosto,  comienzo a subir a este blog  un breve poemario,  también ilustrado por Pilar de Vera. Son 16 poemas que irán siendo publicados con una periodicidad semanal (más o menos, claro). Surgieron de un hombre polimorfo, al menos en lo mental, que me asaltó alevosa y repetidamente, durante los meses de mayo y junio. Como si de una colección de campanillas se tratara, hoy pondré dos láminas: la portada y la primera entrega. Imágenes y palabras. Siempre pensares y sentires.



viernes, 2 de agosto de 2013

Lo abyecto

Sé que este texto podrá parecer demagógico y probablemente lo sea. Demagógico y simplista.  Pero parafraseando, sin que sirva de precedente, una carta de militares fascistas de 1978, donde recurrían al latiguillo de que estaban "dolorosamente hartos", yo me confieso en el mismo estado de indignación que aquellos individuos, aunque por motivos bastante diferentes. Y la indignación me vuelve demagógico, simple y montaraz.
Lo abyecto se pasea por nuestras plazas y calles entre nuestra indiferencia o, lo que es peor, nuestra servidumbre.
Es abyecto que la administración elimine del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas a 67 de sus 470 empleados por razones de ajuste presupuestario. Encima dicen que no se verá mermada su calidad de sus investigaciones. O se regalaban 67 puestos de trabajo o los 403 restantes tendrán que asumir lo que hacía ese 13% despedido. El ahorro es de 4 millones de euros. No digo más.
Es abyecto que Christine Lagarde, como directora del FMI, proponga que en el estado español los salarios disminuyan los dos próximos años un 10% para que se cree más empleo. Aquí la abyección es doble. Por la proponente y por lo propuesto. Esta medida podría suponer que alguien que ahora gana 1.000 euros mensuales (ahora mismo un sueño para muchas personas), a fines de 2015 gane 900 euros. Eso, multiplicado por 14 pagas, significan 12.600 euros anuales. Doña Christine, la proponente, gana 324.000 euros netos anuales. Dividido entre 14 pagas, sale a 23.000 euros netos mensuales. Comparen cifras y la vileza les salta a la cara. Los mensajeros del apocalipsis, que lo combatirán ajustando el cinturón, usan tirantes. El señuelo, el maná resultante de lo propuesto, es "crear empleo". Tú ganas menos y así trabajan más personas. No se habla de repartir el trabajo, de laborar menos horas, ganando menos,  para que trabajen más personas. Incluso la tendencia es al revés, lógicamente. En Canarias, por ejemplo, en la enseñanza hay sobre 2.000 trabajadores menos que hace 3 años. No digo que hayan habido despidos, pero las jubilaciones no se reponen. Al aumentarse las horas lectivas esto es una consecuencia lógica. La solidaridad se establece de manera horizontal, entre trabajadores, precarios la mayoría de las veces, y desempleados. "Si tú, egoísta, te bajas un poco el sueldo, podrá currar más gente. No seas insolidario". Opera un mecanismo, sibilino, de culpabilización, de hacer creer al que trabaja que es un "privilegiado". Junto con el recorte salarial se pretende profundizar en el sometimiento ideológico. Por eso la propuesta es sumamente abyecta, porque nos empobrece en lo material y también en lo espiritual, en el soplo de rebeldía sin el cual la nave trabajadora queda al pairo.
Es abyecto que la alcaldesa de Telde, localidad de la isla de Gran Canaria (mi isla) diga que "Las bibliotecas no dan nada de dinero y hay 14 personas trabajando en ellas". Trabajando los tres últimos meses sin cobrar, por cierto. De verdad, no lo entiendo, como es posible que esta gente haya cobrado alguna vez si su trabajo no aporta un duro. Catalogar libros, aportar lectura y emociones a chicos y chicas pobres... valiente idiotez. Así se va un país al garete.
Gente con este pensamiento es votada. Pregunta que me sale al paso: ¿puede ser abyecto un voto?
Mañana que cierren hospitales e institutos, que no dan nada de dinero. Los primeros habrá que tolerarlos pues reparan cuerpos maltrechos y susceptibles aún de producir (habrá que pensar que hacemos con los viejos, creo que alguna película disfrazándose de ciencia ficción ha planteado algunas hipótesis). Los institutos son antros donde anidan la mentira, las falsas esperanzas y, a raudales, las buenas intenciones. Creo que Wert, el señor de la LOMCE, va a plantear un cambio de rumbo, una nueva materia, una materia recia, digna de la Marca España (nada de educaciones para ciudadanías quiméricas, inverosímiles): Educación para la Abyección. Preceptiva, por supuesto. Eso sí, los manuales variarían.