viernes, 30 de septiembre de 2011

Otegui y Fraga, tras dos semanas seguimos debatiendo

En la entrada del viernes 16: "Contrapuntos: Otegui y Fraga", sigue produciéndose un debate, se han introducido reflexiones en los dos últimos días, que me parece interesante. Animo a quién se dé una vuelta por estos lares a que entre y los lea, y si le apetece aporte sus comentarios. Un saludo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Yo siempre vuelvo al lugar del crimen (así que ojito Banco de España)

Después de relatarles, en la anterior entrada, mi intento fallido de atracar el Banco de España, descargo aquí otra lámina ilustrada por Pilar de Vera (subiré aproximadamente, si puedo, una semanal) que  les muestra que mi pulsión delincuencial viene de atrás.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Un brevísimo cuento nada ejemplar

El viernes quién esto escribe, más chulo que un ocho, se levantó y se dijo: ¿yo a trabajar? ¡Y una mierda! Atraco el Banco de España. Hice un par de llamadas a algunos amigos (no se olviden que aunque individualista soy comunista, colectivero), que como yo, están hasta los cojones de ser unos pobres infelices (profes ninguneados la mayoría de ellos) y les dije, en llamadas sucesivas: ¿atracamos el puto Banco de España?. Reconozco que me esperaba respuestas algo timoratas del tipo: "hombre, Pepe Juan, que es viernes y ya uno tiene organizado todo el finde" o " ya me gustaría a mí, pero Manolito tiene unas décimas de fiebre y un moco colgante". Sin embargo, mis amigos, a pesar de esas pintillas de intelectualoides pusilánimes, tras un momento de silencio, se volvieron hombres arrechos, coléricos, y sentí como rugían y me gritaban: ¡¿a que hora y donde nos vemos?! Quedé en irlos recogiendo por sus casas entre las diez y media y las once. Previamente pasé por el Cárolan de la esquina y adquirí cinco caretas tipo pasamontañas de Obama y Osama (ahí tienes la alianza de civilizaciones Zapatero, de éste, como empleado segundón que es, no había caretas, incluso el dependiente, algo cruel, esbozo una sonrisa perdonavidas cuando pregunté por ellas). En la juguetería compré cinco metralletas, tan bonitas y ruidosas como ineficaces, (pensar que en EEUU por abrir un deposito bancario te las regalan, ¡que gran país!) que me remontaron a la niñez (como lea esto un pacifista me la gano). Tras estás compras fui recogiendo a mis compinches a toda mecha, que las heroicidades de los intelectuales, gente veleidosa, pequeñoburguesa, pueden zozobrar fácilmente. Pero no, en la mirada de aquellos hombres había determinación, la exaltación de los puros, de los conversos, aunque fuera a un gigante sátiro como Caco (no piensen mal, bandidos). Un médico, un abogado y tres profesores íbamos a pasar a la  historia delictiva de Canarias como los primeros en atracar el Banco de España. Cuando, León y Castillo adelante, me acercaba al banco, tras las barbas de Osama, emocionado lloraba. Pasé de largo y a través de la careta le saque la lengua al guardia civil que custodiaba la mancillada institución. Mis correligionarios bramaron, me llamaron gallina, se sentían tan gansters ya, que me prometieron cortarme los cojones y metérmelos en la boca antes de tirarme por la punta del muelle grande con un pijama de cemento. Blasfemaban mientras yo me desprendía de Osama y seguía lagrimeando. Súbitamente callaron y, caretas fuera, recuperaron sus caritas bonachonas de médico amable, de profesores desorientados o de abogado que no cree en la justicia. Les prometí pagarles el día perdido debido a mi rapto de locura. Tocahuevos que son, se cagaron en toda mi estirpe diciéndome que eso era una afrenta a nuestra amistad. Acabamos bebiendo cerveza, y comiendo calamares y longorones, en un bareto que quizás la ley de costas no tardará en derribar. Estábamos alegremente tristes, éramos unos pringaos, ya nunca seríamos los primeros en atracar, de manera ilegal, el Banco de España.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Esto es un charquito. Un recuerdo a Javier Ortiz

Me ha llegado la opinión de un lector, no mediante comentario en este blog, sino por otras vías, de que algunos de los artículos que he subido le parecen "poco profundos". Yo discrepo con él, no creo que algunos sean poco profundos, lo son todos. Ninguno de los asuntos que aquí he tratado, los he abordado de manera exhaustiva. En una de la primeras entradas utilizaba, quizás con un exceso de cursilería, el termino chispitas. Pero, a pesar de todo, lo mantengo. Busco, con las reflexiones que aquí aporto, en la medida de mis posibilidades, aunque sea fugazmente, que broten, como chispas, bastantes dudas o cuestionamientos, y algunas certidumbres y sentires. La opinión del lector arriba citado me ha llevado, no obstante, a hacerme la siguiente pregunta: ¿Estás hablando de demasiadas cosas? Honestamente creo que no. Sólo muestro en este espacio, que he abierto para canalizar mis opiniones y la de quiénes lo honren con sus comentarios, mi interés por la Res Pública (perdonen la broma del latinajo, pero queda erudito), por lo que es razón de todos, aunque en la práctica, la historia lo demuestra, siempre ha sido propiedad, al igual que la riqueza que entre todos producimos, de unos pocos: la política. Ese concepto que engloba nuestra existencia social, económica o cultural y que nos venden como depositar una papeleta en una urna cada cierto tiempo, hecho al que no niego su valor, pero que me parece muy "mediatizado" y que se utiliza, y aunque parezca paradójico no lo es, antidemocráticamente (la reciente reforma constitucional lo demuestra), para callarnos la boca el tiempo que media entre una elección y otra.
Esta reflexión quiero terminarla recordando a Javier Ortiz, periodista donostiarra fallecido, en la flor de su agudeza, a los 61 años, en abril de 2009. Cuando leí la noticia, creo que fue en http://www.rebelion.org/ se me saltaron las lágrimas. Yo no lo conocí en persona, pero sentí que me quedaba un poco solo, que una voz rigurosa, crítica y alumbradora (aunque nunca dejaba de lado las sombras), se apagaba. Que ya no podría ir cada día, tras encender el ordenador, derechito a su blog como el que va a buscar, gozoso, el pan calentito para desayunar. Su página la ha seguido manteniendo su hija, reponiendo escritos e incluso sacando a la luz algunos inéditos, pero yo, aunque sigue en mis favoritos, he vuelto poco, casi nunca, por una razón simplísima: me da tristeza. Javier, aunque participó en tertulias, no era un "todólogo". El mismo refería una anécdota que le sucedió en un corto periodo en que fue, utilicemos la odiosa palabra, tertuliano en el programa de un famoso locutor radiofónico que no me apetece citar. El locutor le preguntó su opinión sobre un determinado asunto y él le dijo que aún no la tenía. Aquél le insistió y Javier se reafirmó en que no tenía un juicio formado.
Por supuesto, no duró mucho en el programa, pero me parece que dio una lección de honestidad y humildad encomiable.

martes, 20 de septiembre de 2011

Lámina ilustrada de un poema ya publicado en julio


 
 
La lámina que hoy les muestro, como ya les dije en una anterior entrada, fruto del entusiasmo de mi amiga Pilar de Vera, es de un poema ya publicado aquí con fecha 29 de julio y que en aquellos momentos, este discapacitado informático que les escribe, no tenía la posibilidad de (la lámina) enseñarla. A mí me encanta. Por cierto, con regularidad, irán apareciendo más poemas ilustrados.



 

viernes, 16 de septiembre de 2011

Contrapuntos: Fraga y Otegui

Hace unos días Bono, presidente del Congreso de los Diputados, hizo un panegírico (gran español y hombre de estado) de un miembro del régimen terrorista-fascista que durante 40 años asesinó, torturó y encarceló a centenares de miles de personas en el estado español. Hablo de Manuel Fraga. Fue ministro con Franco del 62 al 69, estaba en el consejo de ministros que dio el plácet al fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau en abril de 1963. Era ministro de la gobernación (Interior hoy en día) el 3 de marzo de 1976, cuando fueron asesinados en Vitoria (Álava), ametrallados  por la policía, cinco trabajadores. Este individuo es "padre" de la patria y de la constitución. El día que muera, la prensa, las radios y las teles, en su inmensa mayoría, hablarán (quizás con alguna voz levemente crítica entreverada) del gran servicio que le hizo a la democracia en el estado español. Nunca pisará una cárcel, como no la ha pisado, ni la pisará, ningún fascista colaborador del régimen dictatorial que aterrorizó el país de 1939 a (al menos) 1977. En Chile los jueces han acordado procesar a la cúpula de la policía secreta pinochetista. Aquí los torturadores, los represores, siguieron en sus puestos y fueron incluso, en más de un caso, condecorados o distinguidos como egregios demócratas.
El contrapunto es Arnaldo Otegui, líder indiscutible de la izquierda abertzale, elemento fundamental en que el camino de la paz se haya abierto en Euskadi, reconocida incluso su importancia por mediadores internacionales, lleva mas de 700 días en prisión y, como colofón, hoy le condena la Audiencia Nacional a 10 años de reclusión. Están asustados, quieren que ETA queme aunque sea una papelera, una violencia de baja intensidad, les ayuda mucho en el control social. Esta sentencia muestra la desesperación ante la posibilidad de que una mayoría social vasca camine, de manera inexorable, hacia la autodeterminación, hacia su capacidad de decidir libremente su futuro. Sinceramente pienso que yerran en la estrategia, que esta política sólo consigue aunar y reforzar cada vez más a los independentistas vascos, y que ETA, más allá de sentencias judiciales desacertadas y escandalosas, ya ha decidido, afortunadamente, echar el cierre. Y a todas estas, ¿qué pensará el PSOE?, tan hamletiano él en lo que al tema vasco se refiere. Por cierto,  yo no descartaría que veamos, quizás en un futuro no demasiado lejano, a Otegui de lehendakari. Lo digo para que algunos vayan tomándose la tila.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

El dinero, la vocación y un epílogo de León Felipe

La entrada del jueves 8 de septiembre la inicié con la siguiente afirmación textual: "Yo me acuso. Soy profesor y trabajo por dinero". Después, tras un inciso, el articulo tomó vida propia y se fue por otros derroteros dejando la afirmación, hasta hoy, desguarecida. Intentaré darle refugio.
La vocación. Parece condición inexcusable para determinadas profesiones. En concreto, sabiendo que hay más, citaré tres: médicos, profesores y curas (no tengo claro que está última sea una profesión, pero desde luego si tiene que ver mucho con lo que llamamos vocaciones, o quizás seria mejor hablar de convocaciones, del llamado de dios). Los primeros se supone que deben, juramento hipocrático mediante, cuidar nuestro cuerpo, sanarnos en la enfermedad que bastantes veces nos buscamos o paliar nuestro dolor. Los segundos contribuyen a amueblar nuestra mente con conocimientos varios y a dotarnos de valores (es discutible) por la mañana, que telecinco hace trizas por la tarde. Los terceros deben velar en todo momento, sin interés material alguno, su negociado no es de este mundo, por la salud espiritual de sus creyentes. Iba a utilizar el término bíblico "rebaño" pero, quizás algo cobarde, y sabiendo la connotación cerril de la palabra, la he descartado. Me he olvidado de los militares, en España, amantes patrios por excelencia. Aunque muchos de los que mueren a miles de kilometros sean latinoamericanos cuya vocación, más allá de los honores y los himnos, era huir de la pobreza.
No nos planteamos la vocación del admistrativo, del minero, del pastor (oficio que pasa de padres a hijos, casi predestinado) o, mucho menos, de quién recoge la basura. Es su trabajo y punto. Trabajar cada vez más precarios, y cobrar sueldos congelados o en derretimiento.
Yo, siendo profesor, lo digo: aunque sea una condición que parece inexcusable en mi oficio, no tengo vocación, trabajo por dinero. Lo que sí debe exigírseme, como en el desempeño de cualquier labor, es honestidad. No debemos de
avergonzarnos de trabajar por dinero, al revés, seamos conscientes de que vendemos nuestra fuerza de trabajo y que es
nuestro derecho luchar por tener un salario digno,  que no nos hagan trampas ideológicas, ni chantajes. 
Quizás un médico, por la tarde en su casa, tras una mañana observando concienzudamente a sus pacientes, piense en el músico que le habría gustado ser o una profesora de matemáticas sueñe con ser contadora de cuentos.
Mi vocación es, cada vez más, sentarme en la tercera explanada del muelle viejo de Agaete fumando mi cachimba, leyendo, dándome un bañito y deleitándome con el perfil de Tamadaba.

Para terminar añado un hermoso poema de León Felipe, que siempre me ha conmovido, y que creo viene al caso sobre todo en estos tiempos.

SÉ TODOS LOS CUENTOS
León Felipe

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen los cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan los cuentos,
que los huesos del hombre los entierran los cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me he dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos..

domingo, 11 de septiembre de 2011

Hoy no podía ser de otra manera... el 11 de septiembre

Lo confieso. Estoy harto de tanta grandilocuencia sobre el 11-S. "El atentado que cambio el mundo y nuestras vidas". "Después de él ya nada fue igual". Memoria, que diría Julio Anguita. Los EE.UU no se convierten en una potencia imperial, invasora, después del 11 de septiembre. Muchos países, que jamás habían sacudido una pelusa del suelo americano, sufrieron los ataques de EE.UU. antes de 2001 (Vietnam, Cuba, Libia, Granada, Panama, Iraq, etc). El mundo y la vida de la mayoría de la gente, tras los atentados de las torres gemelas (aceptémoslos y no seamos conspiranoicos), ha seguido siendo gris,  muy difícil para los seres humanos más pobres del planeta, sobre todo en el  tercer mundo, y estupendísimo para los grandes oligarcas. Un lugar donde la inmensa mayoría de los corderos obedece y venera al lobo que los pastorea. Y, no creo que obedezcan o admitan las genuflexiones por el miedo al acechante coco terrorista o por el temor al despido. Siempre hay excusas para no pensar y, en consecuencia, no actuar. Quizás tengo el día pesimista, pero las gentes que han luchado por cambiar las cosas, con mayor o menor calado, han sido minoritarias. La mayoría, salvo en momentos determinados, está a verlas venir, a pasar el tiempo lo mejor posible. No nos olvidemos, la vida son cuatro días... ¿para qué complicárselos? ¡Ojo!, el disfrute y el gozo es importante para todos, el derecho al ocio es una lucha de izquierdas desde los inicios del movimiento obrero (8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio).  Un ejemplo: el pasado martes 6, en la manifestación que se hizo en Las Palmas contra la reforma constitucional, que prioriza la deuda, no pasábamos de 250 personas. Si Las Palmas sube a primera salimos a la calle 100.000.
A mí me parece un acontecimiento mucho más influyente que los ataques del 11-S, la caída de la Unión Soviética en 1991. La derrota "oficial" del llamado socialismo real, de un mundo que, con grandes errores (inmensa burocratización) y crímenes (hay que decirlo por su nombre), pretendía según la letra de La Internacional "cambiar de base", acabar con la explotación del hombre por el hombre, dejó al capitalismo como paradigma universal, mas cachas que "Suasenaguer" (perdonen que lo escriba en canario). Los socialdemócratas y sus programas reformistas ya no eran necesarios, no se precisaba presentar una cara amable del capitalismo, un capitalismo de "rostro humano". La izquierda revolucionaria o radical (tradicionalmente dividida en prosoviéticos o prochinos, troskistas aparte) quedaba muy mermada. Sus faros se fundían y las aguas eran procelosas. En Rusia, en uno de los mayores trasvases de capital público a manos privadas de la historia, surgen los grandes oligarcas que convierten a Moscú, de capital de la revolución (el embalsamado Lenin debe estar deseando que lo entierren) en capital del lujo. China el otro faro es, cuando menos desconcertante. Poder político sin fisuras del PC, con liberalización económica que permite el surgimiento de una élite social y, justo es reconocerlo, un crecimiento de su Producto Interior Bruto anual que quizás en 15 o 20 años coloque al país en la cima económica mundial. ¿Habrá guerra de colosos?
Por eso me parece que se sobrevalora, incluso TVE lleva varios días abriendo sus telediarios desde Nueva York, un acontecimiento como el 11-S. Me dirán que murieron casi 3.000 inocentes. Cierto. En las guerras de Iraq y Afganistán más de 250.000. En Hiroshima y Nagasaki fallecieron más de 150.000 que no tengo yo información de que fueran culpables de nada. Curiosos esos tribunales internacionales que te condenan por masacrar a tu propio pueblo (Gadaffi, Sadam, ¿Asad?), pero no dicen ni mu si masacras a un pueblo ajeno. Sé que es algo ya dicho por muchos autores pero la muerte sigue teniendo categorías. La  numerosas familias, incluidos sus niños, que mueren por "daños colaterales" en una aldea remota de Afganistán, por ejemplo, desconocen los aniversarios (cerremos, el círculo) grandilocuentes.
Un breve epílogo. A mí el 11-S que me conmueve, que forma parte de mi educación sentimental de adolescente al que empiezan a surgirle las inquietudes, es el de 1973, cuando el Presidente Allende prefirió morir a entregarse al felón fascista Pinochet. Ese día estábamos en unos apartamentos (cuyo nombre recuerdo) del sur de nuestra isla (Gran Canaria). En el salón recepción, junto a mi padre, triste y enfadado, veía bombardear La Moneda. Ahí empecé a aprender que las libertades sólo son intocables si, en injusta correspondencia, el pueblo no toca los preeminentes bolsillos de los poderosos.

No me olvido de la frase inicial de la anterior entrada. La pobre sigue a la intemperie. Prontito la atiendo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Uno propone... y el callejón dispone

Yo me acuso: soy profesor y trabajo sólo por dinero.
Esta declaración tajante, sin ambiguedad de ningún tipo, quizás levante (eso espero) polémica entre las personas que a veces transitan este callejón.
Un inciso: gracias Jero por el deseo, expresado en tu comentario a la entrada sobre Bosco Pelayo, de que la callejuela se convierta en barrio, sé que no sucederá, me conformo con que sea diverso y rojo, conflictivo. Igual un día nos reunimos unos cuantos y montamos una barricada de  neuronas subversivas (sí Manolo, cuento contigo aunque seas de rancio abolengo). Esto de las neuronas subversivas me ha traído a la memoria una historia que no me resisto a contarles.
Cuando estaba en 5º de Geografía e Historia una compañera, Amparo (recuerdo sus apellidos pero hace mucho que no la veo y no sé si le apetece ser citada aquí con su nombre completo), y  el que les escribe, hicimos un trabajo sobre la oposición política al Franquismo en la isla de Gran Canaria en el periodo 1959-1979. El trabajo se basó en entrevistas orales a diferentes personas que según nuestro criterio habían tenido una actividad destacada en la lucha antifranquista, lo que les costó en varios casos años de cárcel. Me viene a la mente, siempre entrañable, la figura de Germán Pírez, dirigente comunista con una vida casi de película ( campeón de Canarias de ajedrez, luchó en el ejercito republicano, se exilió en Francia, volvió a Canarias y pasó, durante la dictadura, en varias ocasiones por la cárcel) que por encima de todas las cosas, aunque lo conocí muy poco, me pareció, en el sentido machadiano, "un hombre bueno". Otro de los entrevistados fue Fernando Sagaseta, en aquella época diputado de la Unión del Pueblo Canario (la UPC), esa coalición que en su momento puso los pelos de punta a la derecha canaria y que sucumbió fruto del acoso mediático y de sus, mal endémico de la izquierda, disensiones internas. La anécdota sobre las neuronas subversivas que quería contarles proviene de que en una de las 2 ó 3 entrevistas (la memoria falla, el trabajo lo hicimos en el curso 80-81), que le hicimos a Fernando, nos refirió lo sucedido cuando se votó un suplicatorio (para enjuiciar a un diputado el Congreso tiene que dar su consentimiento mediante votación), que pretendía procesarlo por unas declaraciones que había hecho por los desmanes de la legión en Fuerteventura. Éste fue rechazado con los votos de la izquierda (era su deber) y, para sorpresa de muchos, de bastantes diputados del centroderecha. Al acabar la votación se acercó a él Antonio de Senillosa, diputado independiente en el seno de Coalición Democrática (nucleada alrededor de Alianza Popular, partido progenitor del PP) y al que Fernando nos definió, casi recuerdo sus palabras textuales como: "progresista en lo cultural mientras no le toques su status de rico". Le dijo: "Fernando, vamos a formar el grupo de los no chorizos". Senillosa no acusaba a nadie de chorizo en el sentido de ladrón, hablaba de chorizos o mendrugos intelectuales, de gente que podría cantar repetidamente, sin cansarse, aquello de: "vamos a seguir al líder, al líder, vamos a seguir al líder" (en la noche este ritmillo hizo furor hace varios años).
Esta anécdota sucedida hace 30 años adquiere hoy plena actualidad en el Congreso de los Diputados. Se necesitan 35 no chorizos (un 10% de los diputados), en el sentido senillosiano, para que se les consulte en referéndum a los pueblos que conforman el estado español si quieren que en la actual constitución se introduzca un articulo, aprobado por vía urgente en el Congreso y el Senado, que prioriza, textualmente, el pago de la deuda por encima de las necesidades básicas de la gente.
Se necesitan 35 personas (creo que hay 15 días de plazo) a las que las neuronas se les subleven y formen una barricada a la indignidad.
Disculpen, pero al final el inciso degeneró y con gran voracidad se ha tragado todo el artículo. Pensé en suprimir la primera frase, como decía al inicio, tajante, cuya defensa no he desarrollado en el artículo. Pero no, que se quede ahí, a la intemperie, en unos días le doy cobijo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un poema a May (mil gracias Pilar)

En el año 2009 Pilar de Vera, psicóloga y persona con inquietudes artísticas tales como el teatro y las artes plásticas, y por encima de todo, amiga, se empeñó, tozuda como es, en que le enviara 25 poemas para, no sé si es la expresión correcta, ilustrarlos. Lo fui haciendo poco a poco (el envío fue mi única labor), a medida que ella iba realizando sus creaciones. El resultado fue una hermosa carpeta artesanal, hecha con mimo, con 25 láminas cuyas ilustraciones se enlazan, desde mi punto de vista, salvo un desacuerdo (secreto de sumario), magníficamente, con los poemas. Además, hizo multitud de gestiones, luchó por la posibilidad de que ese trabajo viera la luz. Su esfuerzo, yo estuve esceptico y pasivo (la abulia y la negatividad son de los peores rasgos de mi carácter), no obtuvo recompensa. La crisis, como ella bien sabe, ya venía a galope tendido. La lámina que añado a continuación, con su permiso, forma parte de ese trabajo. Seguramente irán apareciendo otras.
Para el poema pido comprensión (entre otras cosas porque la lectura debido al tamaño de la letra requerirá cierto esfuerzo visual) . Lo escribí en marzo de 1979, era muy joven. La juventud no justifica el que sea malo, Neruda escribío su cumbre poética (los 20 poemas de amor y la canción desesperada) con poco mas de 20 años. Pero creo que en la juventud surge el deslumbramiento con más facilidad. A mí, en esos momentos me cegaba Miguel Hernández (también César Vallejo o León Felipe), y no sería honrado por mi parte negar la enorme influencia (creo que plagio no hay) que tiene de la "Elegía a Ramón Sijé". El mayor activo del poema es que está dedicado a mi hermana May que, cercana a cumplir 4 añitos, falleció en accidente. La ilustración de Pilar me parece conmovedora, pues capta perfectamente el tormento y la sombra que un muchacho cercano a la veintena, pasados ya bastantes años de la pérdida, quiso plasmar.
Por último, dedicárselo a mis padres, que quizás no lean este texto, pasan de los 80 y tal vez se emocionarían mucho, pero de los que, a medida que he elaborado esta entrada, me he ido acordando más y más.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Los profesores o buscando privilegiados desesperadamente

Voy a poner aquí un comentario que he hecho a un artículo publicado por el escritor Isaac Rosa (una de las plumas más interesantes de la narrativa española actual), en su columna diaria de  Público, sobre el profesorado y el conflicto planteado en las Comunidades de Madrid, Navarra y Galicia por el aumento de las cargas horarias.
 http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2011/09/04/trabajas-menos-que-un-profesor/
 Tras releer el comentario, he introducido algún pequeño añadido. El definitivo ha quedado así:

Yo soy profesor. Empecé a trabajar en el año 89. Hay dos aspectos en el artículo de Isaac muy interesantes: primero, el tema de los privilegios de unos trabajadores sobre otros, que ya he tratado en alguna ocasión. Nos quieren enfrentar entre los currantes y cada vez lo consiguen más. Tenemos que entender que nuestra fuerza es la unidad. Yo sé que hay trabajos mejores y peores (por cansancio físico o psíquico, remuneración, horario, peligrosidad, responsabilidad, etc). Pero más allá de todo eso, las grandes diferencias no están entre nosotros, sino con la gran burguesía. Ella es nuestra principal enemiga. No lo es el fijo o funcionario del precario, el que tiene trabajo del parado, el que gana 3000 euros del que gana 1500 o 1000. Los trabajadores no explotamos como clase a otros trabajadores. ¿Seremos más felices si unos trabajadores con mejores condiciones las pierden, aunque las nuestras no mejoren ni un milímetro?
En su momento el gobierno decretó el estado de alarma por las reivindicaciones de los controladores, se les demonizó mediáticamente, y las masas enardecidas de viajeros pedían su linchamiento. En cambio,  se reforma la Constitución a velocidad supersónica y sin consultar a la población, para poner en el altar de las prioridades el pago de la deuda, por encima de las políticas sociales, hecho mucho más grave que la huelga de controladores, que era un problema coyuntural, y la respuesta social es, seamos honestos, escasa.
El segundo aspecto sería el del privilegio de los profesores en concreto. Tenemos más vacaciones que nadie, es así. También, según la Unesco, es una de las profesiones con mayor desgaste psicológico. Una hora de clase, en general, suele ser bastante intensa. Imagínense un 2º de la ESO de 25 ó 30 alumnos, pongan que 5 de ellos estén obligados por la ley en clase, hablamos de una franja entre 13 y 16 años. Tendrás que dar la clase mientras controlas a los que no tienen ningún interés (que como ustedes intuirán no suelen estar quietitos y callados). Les aseguro que eso es agotador si luchas por que la hora sea provechosa. ¡Ojo!, no digo que siempre sea así, pero es una situación bastante común. Añádanle que el hipotético instituto esté en una zona socialmente problemática: familias desestructuradas, droga, paro, etc. En ese caso el Centro se convierte en un reflejo del barrio y los profesores no paramos de ver problemáticas para las que en muchas ocasiones no tenemos respuestas. Muchos docentes ejercemos  de "padres o madres", en el sentido de modelo referencial, de intentar aportar un poco de luz a existencias que en muchas ocasiones, por diversos motivos, se mueven entre tinieblas o reflejos de espejos, televisivos por ejemplo, deformantes. Insisto, es un trabajo de interacción continua con seres que están formándose y transformándose. Además, ni las clases se preparan solas, ni los trabajos o exámenes de los alumnos se corrigen por el método de la alfombra.
He hablado de secundaria porque es lo que yo conozco, pero mi mujer es de primaria, en concreto preescolar. A modo de ejemplo: ¿quién se apunta a  estar 20 horitas semanales con 20 niños de 3 años? A mucha gente le cuesta estar con uno solo media horita. Seguro que es muy gratificante en muchos aspectos, pero tiene un trabajo enorme.
Pienso que  formar a los niños y adolescentes es básico, duro y maravilloso. Y creo, para acabar, que los profesores de secundaria madrileños, luchando por sus condiciones laborales, reafirmándose como trabajadores, lo mismo que los gallegos o navarros, le estarían dando a sus alumnos la primera, y quizás más importante, clase del curso.