miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un poema a May (mil gracias Pilar)

En el año 2009 Pilar de Vera, psicóloga y persona con inquietudes artísticas tales como el teatro y las artes plásticas, y por encima de todo, amiga, se empeñó, tozuda como es, en que le enviara 25 poemas para, no sé si es la expresión correcta, ilustrarlos. Lo fui haciendo poco a poco (el envío fue mi única labor), a medida que ella iba realizando sus creaciones. El resultado fue una hermosa carpeta artesanal, hecha con mimo, con 25 láminas cuyas ilustraciones se enlazan, desde mi punto de vista, salvo un desacuerdo (secreto de sumario), magníficamente, con los poemas. Además, hizo multitud de gestiones, luchó por la posibilidad de que ese trabajo viera la luz. Su esfuerzo, yo estuve esceptico y pasivo (la abulia y la negatividad son de los peores rasgos de mi carácter), no obtuvo recompensa. La crisis, como ella bien sabe, ya venía a galope tendido. La lámina que añado a continuación, con su permiso, forma parte de ese trabajo. Seguramente irán apareciendo otras.
Para el poema pido comprensión (entre otras cosas porque la lectura debido al tamaño de la letra requerirá cierto esfuerzo visual) . Lo escribí en marzo de 1979, era muy joven. La juventud no justifica el que sea malo, Neruda escribío su cumbre poética (los 20 poemas de amor y la canción desesperada) con poco mas de 20 años. Pero creo que en la juventud surge el deslumbramiento con más facilidad. A mí, en esos momentos me cegaba Miguel Hernández (también César Vallejo o León Felipe), y no sería honrado por mi parte negar la enorme influencia (creo que plagio no hay) que tiene de la "Elegía a Ramón Sijé". El mayor activo del poema es que está dedicado a mi hermana May que, cercana a cumplir 4 añitos, falleció en accidente. La ilustración de Pilar me parece conmovedora, pues capta perfectamente el tormento y la sombra que un muchacho cercano a la veintena, pasados ya bastantes años de la pérdida, quiso plasmar.
Por último, dedicárselo a mis padres, que quizás no lean este texto, pasan de los 80 y tal vez se emocionarían mucho, pero de los que, a medida que he elaborado esta entrada, me he ido acordando más y más.

2 comentarios:

  1. Mil gracias a usted. Ha sido un placer dar forma a esas láminas apoyándome en sus poemas. Las valora usted en demasía, son poca cosa.
    Gracias a mi marido he podido descubrir el enigma y por fin creo que este mensaje podrá llegar.

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  2. A mí, aún siendo parte interesada, me parecen sus láminas, más allá de poca o gran, cosa hermosa. ¿Se da cuenta? Los maridos a veces servimos para algo. Me alegro de que este espacio ya también, si le apetece, sea el suyo. Insisto: mil gracias.

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