"El problema es que aquí sigue sin haber una efectiva separación de la Iglesia y el Estado. Sólo la 2ª República lo intentó, y se ganó un enemigo feroz. A titulo personal y en privado, si les place, que inclinen la testuz, besen o hinquen la rodilla lo que les venga en gana. No deberían olvidar que están en ese sitio como representantes de un estado aconfesional (hecho que en la práctica es falso por completo). También, se supone, representan a los de otras religiones y a los agnósticos o ateos y le exigimos que salude usted de igual a igual, sin reverencias de ningún tipo. Una referencia a Esperanza Aguirre: muda, patética, ante el Papa (representante de lo hipotético) y sorda y arrogante a la hora de recortar la sanidad y la educación pública madrileñas (realidad cotidiana para la gente del pueblo llano)".
Una última reflexión, al margen del comentario remitido a Público, sobre este tema. Por estas ínsulas también, al menos algunos, estamos hartos de ver a presidentes de gobierno, de cabildo o de ayuntamiento, asistiendo en calidad de los cargos que ostentan a misas o siguiendo protocolariamente procesiones. Insisto, a titulo individual, libertad absoluta para asistir al oficio religioso de la confesión que le plazca. En cambio, como representante electo de creyentes y no creyentes, su ubicación oficial en sitio preferencial, me ofende. Sí, usted está elegido para gestionar los asuntos terrenales, que, por supuesto, en bastantes ocasiones redundan en el bienestar espiritual, pero eso es un tema diferente a la creencia en un ser superior.
El enlace a la noticia gráfica de Publico es el siguiente:http://www.publico.es/espana/392112/inclinados-ante-el-papa#commentsContext
¡ASQUEROSO!
ResponderEliminarPues nos quedan unos cuantos años para tragar iglesia El PSOE no se atrevió a poner las cosas en su sitio, o sea a hacer real la aconfesionalidad del Estado y el PP la va a ensalzar y beneficiar hasta límites insospechados.
ResponderEliminarQué tercermundista me parece esta prevalencia de la influencia de la religión en una sociedad del siglo XXI, y luego criticamos a los musulmanes, en fin.
Muy buena tu publicación.