lunes, 1 de agosto de 2011

El poema no pedagógico (con perdón de Makarenko, al que no he leído)

Un día del curso 2009-10, desde la última fila del aula, llegó a mí la mirada resignada, resabiada y muy lejana, de una alumna coleccionista de suspensos. Como un rayo (perdón por la teatralidad) surgió el primer verso, que me pregunto si estaría en mi subconsciente fruto de alguna lectura anterior, los otros, circunstancia habitual en mí, remolonearon mucho más.



Cuaderno de sus ojos:

las vigilo,

en días alternativos

soy el policía de su segunda hora,

un policía que custodia su desesperanza

y vende limas de uñas

para roídos barrotes de tiza.


Los vigilo,

en días alternativos

me miran con desconfianza,

para su vejez prematura

yo soy el hombre pétreo.

El extraño tipo

que pasea alucinado,

porra en ristre,

viendo impotente su alegre tránsito

(enanitos de Blancanieves aijoooooo

sin bosque donde trabajar)

a la cola del paro.

Mientras paseo, aprieto los dientes

y les hablo,

muriendo en la contradicción,

del viejo, necesario, impío mito

de asaltar los cielos.

                        2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario