Beatriz ni siquiera es
Beatriz. Intuye que tiene que ocultarse, que podría ser objeto de un festín
mediático -en realidad ya lo es-, cuando simplemente es una muchacha salvadoreña de 22 años,
embarazada de un bebé anencefálico (carece de una parte del cerebro) que morirá
apenas nacer. Beatriz está enferma de lupus y tiene problemas de riñón. Según
los médicos su vida corre peligro si el embarazo llega a término y pare a un
niño que nunca será. En la televisión oigo su voz y percibo el hablar
titubeante del miedo, de una vida de pobreza que probablemente conoce más del
palo que de la caricia. En El Salvador el aborto está penado en todas sus
formas para la mujer con 30 años de prisión y para el médico con 12. El
tribunal constitucional de El Salvador (por cuatro votos a uno) ha denegado la
petición de aborto terapéutico formulada por Beatriz. Yo digo que este tribunal
actúa sobre Beatriz con violencia extrema. Abusando de ella. Digo que abusan
porque saben que es una mujer pobre, pues una mujer de clase pudiente habría
ido a cualquier país de manera discreta y resuelto su “problema”. Aquí muchas
personas aún recuerdan los viajes a Londres de bastantes jovencitas de familias
de buena posición social en la católica e hipócrita España franquista. He mencionado otra palabra clave en este
tema: católica, iglesia católica. Esta institución, por voz de sus
administradores (varones todos), con su tradicional vocación de carcelera de
almas y cuerpos, dice que permitir la interrupción del embarazo de Beatriz
sería “abrir la puerta de entrada al aborto en el país”. Estos seres violentos
e insanos plantean que hay que defender la vida del niño que nacerá para morir
aun a riesgo de la vida (prescindible parece) de Beatriz. Iglesia católica o
judicatura son bridas ideológicas que utilizan las élites salvadoreñas (todas
la élites dominantes combinan control ideológico y material con el fin de mantener
su supremacía económica) para someter y conducir al pueblo con violencia
soterrada, estructural, que traspasa las contiendas electorales. Beatriz es
oprimida como pobre, como mujer e imagino que también como indígena. Yo me
pregunto cuanto costará en El Salvador u otro país de la zona contratar a un
sicario, a un ser humano que por una determinada cantidad eliminará sin
problema de conciencia alguno a otro ser humano.
Me parece vergonzoso, una gran hipocresía de los que se oponen al aborto porque dicen defender el derecho a la vida, y que permitan que esta mujer pueda morir.Esta gente no tiene conciencia.
ResponderEliminarNadie tiene derecho a matar a nadie este dentro o fuera, que sea el destino, la vida misma quien lo decida. De todas maneras si esta jovencita esta enferma no entiendo como no lo penso antes de tener relaciones, de quedarse embarazada, quieren tener derecho a asesinar a alguien,dicen ser maduras y conscientes para hacerlo, pero poco lo fueron cuando se acostaron y tuvieron relaciones sexuales. Si tuvieron sexo por que se les vino la gana que apechuguen después con las consecuencias. Me alegra que haya paises dignos donde el aborto,(asesinato de un ser humano vivo) este penado. ¡Bravo!.
ResponderEliminarOscuridad García, farisea, hipócrita, las prostitutas te precederán en el reino de los cielos.
EliminarLuz García , me da la sensación de que usted ha comentado sin leer el texto.
Eliminar------------------------------------ Beatriz ni siquiera es Beatriz. Intuye que tiene que ocultarse, que podría ser objeto de un festín mediático -en realidad ya lo es-, cuando simplemente es una muchacha salvadoreña de 22 años, embarazada de un bebé anencefálico (carece de una parte del cerebro) que morirá apenas nacer. Beatriz está enferma de lupus y tiene problemas de riñón. Según los médicos su vida corre peligro si el embarazo llega a término y pare a un niño que nunca será.-------------------------------------
Después de leer ese párrafo , detenidamente.
Le pediría , que me diera solamente un argumento razonable para que la chica no abortara.
Creo que no hay discusión , es pura lógica.
Gracias por tu sensibilidad. Ojala más de una mujer la tuviera, ya que no espero que iglesia y otros poderes básicamente controlados por hombres, lo tengan. La resignasión de los pobres, que arma tan poderosa, junto con el miedo al poder. Gracias por seguir reivindicando lq conciencia de clase y la lucha. Que no decaiga, en estos tiempos que corren es una responsabilidad y casi una obligación "no acallar las voces discrepantes". Ánimo.
ResponderEliminarFe de erratas: (lo que tiene escribir desde el movil)
ResponderEliminarResignación y un lp se colaron