martes, 28 de mayo de 2013

Construyendo el Día de Canarias


El 30 de mayo se celebra el día de Canarias. Creo que pocos habitantes de estas ínsulas saben que ese mismo día del año 1481 se firmó el Pacto de Calatayud por el que el “reino de Canarias” se incorporaba a la Corona de Castilla. Hasta fecha reciente se ha considerado que ese pacto se cerró entre Tenesor Semidán (conocido tras su bautismo como Fernando Guanarteme) y Fernando el Católico. Sin embargo un trabajo reciente del historiador Manuel Lobo sustenta que en esa reunión no estuvo el guanarteme grancanario sino otro miembro de la aristocracia isleña. Yo desconozco donde está la razón, simplemente refiero las dos versiones. En cualquier caso resulta curioso, o paradójico, que el día del sometimiento, aunque fuera simbólico, pues muchos canarios siguieron alzados, sea el día de la autonomía. Matizar también que aunque se habla del reino de Canarias, hasta la siguiente década no se produciría la conquista de La Palma y Tenerife.
 
Las Islas Canarias hasta inicios  del siglo XV, más allá del sustrato cultural común que tenían debido a su poblamiento de origen bereber en los albores de la era, eran entidades políticas incomunicadas entre sí y en la mayoría de los casos fragmentadas en territorios o cantones que tenían sus propios jefes. Existía una casta dominante y una casta sometida. Es falsa la imagen mitológica de una sociedad agrícola-pastoril carente de contradicciones internas. Algunas personas sitúan en el pacto de Calatayud el origen de la colaboración entre los sectores dominantes isleños y sus iguales castellanos. Entre ellos se repartieron la tierra, el agua y el ganado. Los sometidos lo siguieron siendo.
 
Es un hecho que el acto colonizador suele contar con la figura del colaboracionista. Todos nos horrorizamos cuando pensamos en el cruel tráfico de esclavos negros que se produjo desde el siglo XVI hacia el territorio americano. Lo que quizás es bastante menos conocido es que en muchas ocasiones esos esclavos eran “servidos” a los traficantes por reyezuelos negros (¿cuántas fortunas actuales tienen su origen ese repugnante comercio? ¿saben que el primer Borbón español, Felipe V, en alianza con su primito francés Luis XV, se enriqueció con él?). Jorge Verstringe, ese curioso caso de evolución inversa de las especies políticas -, del fascismo a la izquierda crítica, entre el abundante tráfico en sentido contrario- decía en una entrevista algo interesante: “La gente muy rica no tiene patria, los trabajadores sí”. Y aún defendiendo el histórico lema “proletarios de todos los países uníos”, me hizo pensar. El negrero blanco  y el jefe tribal negro se unían en el negocio -con beneficios diferentes por supuesto-. El problema del racismo siempre es un problema económico.
 
Esta referencia al comercio de seres humanos -que también sufrieron los aborígenes rebeldes-  es para ejemplarizar la lógica de las élites originarias de las islas, en las que primó la posibilidad de ampliar sus riquezas, el interés de clase, sobre la hipotética “solidaridad” de los nacidos en la misma tierra. Don Fernando Guanarteme pasó, con gran entusiasmo y avidez, de colonizado a colonizador participando en la conquista de Tenerife. Se dice que sus restos reposan en una ermita de La Laguna.
 
La  lógica arriba mencionada pervive en nuestro archipiélago 500 años después. A la oligarquía canaria le interesa que el día de Canarias sea una especie de carnaval –más de una persona habla de disfrazarse de canario- del tipismo, a veces hasta fashion. El otorgado Día, pues el pueblo nunca votó en referéndum el estatuto de autonomía, se convierte en una rememoración a caballo entre lo folclórico y un costumbrismo con tintes arqueológicos. Las papas arrugadas, el mojo picón (record guiness incluido), la luchada, el molino de piedra aborigen o el timple son la fachada de un edificio que está vacío, cuyo interior es un enorme solar que carece de lo único que le permite a un pueblo articularse como tal: conocer su historia de sufrimientos y miserias para, adquiriendo conciencia, luchar por su futuro. Los días de Canarias son aquellos en que el pueblo se alza por una sanidad o educación públicas y dignas. El pasado 9 de mayo la gente que fue a la huelga o salió a manifestarse para defender la enseñanza pública –pocos- celebraba el día de Canarias luchando por una causa justa. El día de Canarias lo construyen quiénes van a la huelga general para resistir políticas agresivas contra la clase trabajadora. Esto no colisiona con que oír unas chácaras, al menos para quién esto escribe, sea un viaje emocionado en el tiempo. Pero reducir, como se pretende, el día de Canarias a una bucólica sociedad campesina, con un toque de clipper de fresa, anclada en el siglo XIX -sociedad por otra parte inexistente, pues la pobreza, la elevada mortalidad infantil y la emigración constante eran sus distintivos-, es mantenernos, como pueblo, en una minoría de edad perpetua.

2 comentarios:

  1. Aunque este feo, como nadie comenta, ni siquiera los habituales, me comento yo a mí mismo adoptando una actitud hamletiana.
    Es una reflexión brevísima que me surgió al releer ahora el texto (pasa muchas veces que sientes que hay cosas que han quedado en el teclado). Digo en el texto: "El día de Canarias lo construyen quiénes van a la huelga general para resistir políticas agresivas contra la clase trabajadora". Ahora añado: cuando se celebró hace un mes el 1º de mayo había un run run acerca de la posibilidad de convocar una huelga general en Canarias, ante la grave situación económica de las islas. No he vuelto a oír o leer nada sobre ese tema. ¿O era una estrategia de CCOO y UGT para movilizar ante el 1º de mayo? ¿se debaten entre su alma blanca y pactista y su corazón rojo?
    Saludos.

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  2. Pues es la primera cosa que leo en tono nacionalista canario que me produce simpatía y ganas de conocer más. Gracias.

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