sábado, 19 de noviembre de 2011

En la jornada de reflexión: mierda (con perdón) con una pizca de merengue

Hoy es el día de reflexión. ¿Se dan cuenta? Es absurdo. Cualquier persona con interés por la " Res Pública", hablando en "cristiano", por el acontecer político (aquí lo englobo todo, lo económico, lo cultural, lo social) del mundo donde vive, debería tener como uno de sus fundamentos la reflexión sobre la realidad que lo rodea. Soy consciente de que muchas personas no están en condiciones de llevar a cabo esa reflexión porque viven una realidad muy dura, donde su principal esfuerzo es la lucha por el sustento diario, por buscar un trabajo (o no perderlo) en lo que sea, aunque le impongan unas condiciones draconianas, de semiesclavitud. Y nos quieren así, sin capacidad de pensamiento, de crítica. Es el edén soñado para la clase dominante: una  espada de Damocles vital sobre las cabezas de millones de personas (cuando nuestra cabeza está en juego la serenidad, que es base de la reflexión, es muy complicada) y por otra unos potentísimos medios de comunicación que nos adocenan (con emisiones masivas de basura, programas que nos invitan a ser los payasos de un circo sin gracia) y aterrorizan con las siete plagas bíblicas o, para actualizarnos, "las siete primas de riesgo", a cual más siniestra y amenazante. Y la verdad, es que así no hay quien reflexione, lo que te entra es flojera de barriga y tienes que salir disparado al baño. Y al baño quería, en este día de reflexión (quizás uno de los lugares donde podemos pararnos un poquito a pensar), llegar yo. Días atrás salió la noticia de que la mitad de la población mundial, 3.500 millones de personas, carece de inodoro, de un saneamiento básico que prevenga múltiples enfermedades infecciosas (principal causa de mortalidad en el los países subdesarrollados). En el mundo del despilfarro con un consumo de productos de lujo disparado, de las infames guerras multimillonarias, en gasto y en sufrimiento, que hacen multimillonarios, de las ingenierías especulativas en las que un individuo en un solo día puede ganar millones de euros,  en ese mundo hay gente (perdonen la escatología) que caga en condiciones infrahumanas, generando incluso una situación de peligrosa insalubridad para sus vidas. En esa misma noticia se decía que dos millones de personas, mayormente niños,  mueren por diarrea al año. Si el sistema que genera esto es el mejor para el planeta, sigamos adelante, y si la cosa se pone muy difícil que vengan los tecnócratas, los hombres, imposibles, sin ideología, especialistas en aplicar las políticas más duras de la derecha, eso sí, la mierda (ideológica) que generan en los baños de lujo de sus mansiones, más allá de los corifeos que cantarán sus excelencias, seguirá apestando.
De la mierda al dulce. De lo trágico a lo tragicómico. El pasado 27 de octubre la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, fue "atacada" a tartazo limpio por tres activistas contrarios al tren de alta velocidad (TAV). Han sido acusados, por la Audiencia Nacional, que juzga los delitos de terrorismo (¿estará Maquiavelo Otegui detrás?),  de "atentado a la autoridad" y empegostamiento capilar. Que cabello tan delicado tiene la autoridad. A dos de estos agresores, dotados de armas de destrucción (o de diabetes) masiva, les puede caer hasta 6 años de cárcel. Al tercero, por ser concejal, hasta nueve. Sin comentarios. Propongo que las tartas, como las pistolas, lleven registro de fabricación y que al comprarlas tengamos que presentar el DNI. Todos hemos oído eso de que: "las tartas las carga el diablo".
Acabo, ya en tono serio, haciendo mención a que hoy al mediodía, en un acto breve y bastante emotivo, un grupo de 30 ó 40 personas hemos hecho una ofrenda floral en memoria de los seis trabajadores asesinados hace cien años, el 15 de noviembre de 1911, en Las Palmas de Gran Canaria. Confieso que me dio un poco de tristeza que fuéramos tan pocos. Termino repitiéndome, porque, si no ando errado, ya lo cité en otra entrada a este blog, pero ha vuelto a mi mente el verso de Silvio Rodríguez: "yo sé que hay muertos que alumbran el camino".

3 comentarios:

  1. La avaricia de unos y la ignorancia y borreguismo de otros, son un peligroso cóctel molotov que nos lleva al caos, a la catástrofe, a la servidumbre... Pero yo aún no pierdo la esperanza: las personas, poco a poco, están abriendo los ojos, o por lo menos esa es mi impresión.
    Muy buen artículo.

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