Pedro Sánchez en el reciente
debate de investidura celebrado a finales de julio, dirigiéndose a Gabriel
Rufián, agradeció lo siguiente: “la voluntad manifiesta de ERC, con su
abstención a cambio de nada, de
facilitar la investidura”.
La vida son contextos. Sé
que en el plano personal y cotidiano está muy bien visto cuando ayudamos a otra
persona sin esperar recompensa alguna. Aunque tampoco es completamente cierto
el altruismo total. En el fondo casi todos deseamos obtener la recompensa de la
reciprocidad, aunque sea por vía de otra persona o incluso, si somos creyentes,
por acción divina, cuando la circunstancia torcida e imprevista se nos presente
a nosotros.
Sin embargo, en el campo de
la política creo que pocas veces en mi vida he visto un agradecimiento más
venenoso. Fíjense. El “a cambio de nada”, que para mí casi roza la mala
educación, era absolutamente prescindible, salvo que la pretensión de humillar
fuera bastante mayor que la de agradecer. El término “a cambio de nada” podía,
si lo que Pedro Sánchez quería era visibilizar ante los poderes realmente
existentes su férreo cordón sanitario respecto a los independentistas, ser
sustituido por una frase más inocua como, por ejemplo, “sin compromiso alguno”.
Esta formula, expresando algo bastante parecido, por no decir igual, resulta
bastante más cortés, no contiene el desprecio que implica el "a cambio de nada", incluso ante los electores de
ERC que probablemente se sentirían ninguneados y enfadados.
Cortesía, pienso, es lo
mínimo que se merece por parte del líder socialista quién para muchos
opinadores ha transitado del gamberrismo político y el desafío a la honorable
antesala de los “prehombres” de estado.
Desde el estrado, Rufián,
quizás olvidando el tradicional menosprecio que él ha manifestado en diversas
ocasiones por la “equidistancia” de los Comunes en el conflicto catalán,
repartió culpas entre el PSOE y Unidas Podemos por el desacuerdo en la
investidura. En concreto me llamó la atención que le espetara a Pablo Iglesias
que, siendo una fuerza muy joven, de apenas cinco años, inexperta, era un gran
logro obtener una vicepresidencia y tres ministerios. Desconocía yo que
cotizará la antigüedad a la hora de enfrentarte a una contienda electoral.
Además, me pregunto que experiencia tenía, por ejemplo, el centenario y
renovado PSOE de 1982 después de más de 40 años alejado de la acción
gubernamental y su sumisión en un cierto letargo por mor de la dictadura
fascista de Franco.
El afán casi imperioso de
Rufián por el acuerdo no dejó de ser sorprendente. Al menos si damos crédito a
la aseveración ninguneadora de Sánchez.
La justificación de ERC se
centró en cerrar el paso a las derechas. Creo que sobre la piedra trifachita
está reedificando Pedro Sánchez su vetusta iglesia social liberal. Si el 40%
que pronostica el CIS para el PSOE es verdad, el que según Susana les valía
aunque no valiera, está, probablemente vía asesores, rondando la mayoría
absoluta.
Lo tengo claro: el PSOE a la
hora de defender la unidad del estado español va ser igual de contundente o tal
vez más que las tres derechas. Por una razón muy simple: contara con el
beneplácito de las derechas oficiales (el PSOE a pesar de sus políticas sigue
siendo para la mayoría de la población izquierda) y, aunque arruguen un poquito
la nariz, no les faltara la aquiescencia de buena parte de la progresía. Esto
lo demuestra el hecho de que son contados los intelectuales de españoles
autodenominados de izquierdas que llaman a los líderes catalanes encarcelados
por su nombre: presos políticos. Pues eso es lo que eres cuando a la cárcel te
lleva tu acción política, circunstancia que reconoció, olvidándose de los votos
y acordándose de la honra, en una de sus intervenciones ante la Cámara Pablo Iglesias.
En estos tiempos de cierta zozobra
para el régimen del 78 (irrupción de Podemos, reorganización de la derecha) los
poderes fácticos del estado tienen una buenísima noticia: el PSOE, ese pilar básico
del estado al que me he referido en otras ocasiones, ha vuelto y parece en
pleno proceso de reasentamiento a costa (la feroz lucha mediática da sus
frutos) del arrinconamiento de Unidas Podemos.
Y esto que acabo de exponer
lo sabe Rufián. Por lo tanto pienso que la clave, el acuerdo soterrado, sé que
no soy el primero que lo piensa y lo expone, puede estar en los presos o en
parte de los presos.
Me refiero al hipotético
indulto, por supuesto. Con las tres derechas en el poder tras una repetición
electoral en noviembre esa posibilidad se presentaría como muy remota o
imposible por su esencia cavernaria y filofranquista y porque además ya han
rechazado de plano esa posibilidad que incluso utilizan como una herramienta de
escarceo político cotidiano contra el PSOE. Con el PSOE quizás se haya andado
ya, siempre muy discretamente, cierto camino. No olvidemos que si ERC, como
parece, deja “aparcado” el tema de la independencia (un amplio malestar existe
entre los sectores más movilizados del independentismo), por cercanía ideológica
su aliado natural es el PSC, amén de los Comunes.
Hago el matiz de parte de los
presos porque creo que no está claro que tengan una posición unánime respecto a
la posibilidad del indulto. Jordi Cuixart en diferentes ocasiones ha descartado
solicitarlo (ojo, si la condena es dura
entendería humanamente un cambio en su posición, más aún si una parte
significativa del independentismo arría, aunque sea temporalmente, la bandera).
Una última reflexión. Rufián,
la posición política de los presos no tiene porqué ser unánime, pero si debe
ser unánime e igualitaria la reivindicación conjunta de ellos como luchadores
de la causa. Me refiero a que utilizar en un momento de tu discurso la
expresión “Junqueras y compañía” o hacer énfasis en los hijos pequeños de Junqueras
(no es el único que los tiene) es establecer categorías o partidismos que, ante
la represión del estado, me parecen humanamente indeseables y políticamente,
desde la perspectiva independentista, un pasito más hacia la derrota.
Ínclito don Pepe Juan:
ResponderEliminarAún poseído por el mal de Stendhal al que me condujo la decadente belleza de Atenas, las cúpulas lapislázuli de Santorini o las empinadas calles de Hydra a la que arribé tras la sonora huella de don Leonard Cohen.
Heme aquí, asomado a su callejón, y el letárgico síndrome se desvanece ante la ingente aparición de personajes de índole diversa y, en su mayoría, perversa.
Asaltáronme dudas inquietantes ¿Por dónde empezar…Cómo no suscitar quebranto en nuestra amistad…Es que Griezmann no es de su agrado…En qué entrada rubricar?
Mas sólo esta última abordé rápidamente: la de Rufián, al que agradezco, como el bello Sánchez (metaguiño), que me ahorre la búsqueda de ocurrentes apelativos.
Teclea usted, cual supremacista Trumpista en un walmart, a diestra (la 18 de julio), a siniestra (Arafat, Fidel, el Che… iconos pop todos ellos), a siniestro (Eduardo Haro y su refulgente oscuridad. Añoro sus columnas en El País…o su Dies Irae, hagiográfico de José Antonio y del Caudillo, en Informaciones. Redactado según propia confesión del viejo niño republicano por salvar pellejo propio y ajeno).
Camarón Cuixart (entiendo que su estética capilar homenajea al insigne cantaor), como aventura usted, podría acogerse al argumentario Tecgleniano para implorar su indulto. Por cierto, otro hombre de Paz (cuánto Jesús redivivo pueblan las Españas, válgame Dios) según preanti/postprodesahucios Colau. A su vez, Ada escracheada en su investidura al grito de “putes, guarres i zorras” por los pacíficos amigos del hombre pacífico).
Apunta usted también al centro (Íñigo Escariote) e incluso al hipocentro (los gases lacrimógenos y esas cosas de la edad).
Y en paroxístico alarde de títeres decapitados, desvela su voto arrebol y felón (Et tu, Brute?) al tiempo que advierte a Rufián Rufián que no sólo Polifemo procreó, acordándose del resto de presos políticos. No tema, no haré el manido intercambio de orden de palabras; eso lo dejo para el inefable Te Adoro García Egea (apúntele el copyright a mi admirado Federico J. Losantos).
Efectivamente los llevó a la cárcel su acción política, como terminaron en la horca algunos de los dirigentes del partido nazi cuya acción política vislumbró la solución final.
Pero no es mi intención crear una analogía entre el carácter festivo, el voto de la alegría, (a merendar iba, y no a hacer una revolución, Rufián Rufián dixit) con los exterminadores de Wannsee; ni siquiera con las hordas de piolines que encharcaron la Arcadia de Paísos Catalans.
Y ni un solo piolín, alumbran los medios arcadios, para evitar que unos jóvenes magrebíes, perfectamente integrados en la República de la Alegría, arramblaran las ramblas.
Umbroso apagón informativo no obstante, si acaso breve apunte de “exotismo histórico” (mi José Mari sobre Obama), cuando los Mossos d’Escuadra, aquellos que se cuadran ante el alegre votante, aparecen en los informes anuales de Amnistía Internacional sobre malos tratos y torturas en comisarías.
Y ya que hablamos de torturas y alegrías, celebremos que el IES Arnaldo Otegui parece cada vez más cerca. Así se infiere por el derroche de alegría con el que se recibe en Oñate y Hernani a un torturador y a un asesino en serie. Intuyo también que las bengalas prendidas para tan festivo recibimiento, siguiendo consignas de aita PNV (ducho en política económica) fueron utilizadas para dar fuego a los vhs (los chicarrones fieles a sus vernáculas tradiciones de dantzaris aurreskus , aizkolaris o tiros en la nuca, aún no se han pasado al dvd) de repugnantes pelis del repugnante Woody Allen.
ResponderEliminarPor el contrario, mi deseo de jubilarme en un IES Woody Allen se licúa al comprobar que moralistas distribuidoras y gudaris de fina piel obstaculizan la ya otoñal labor del artista neoyorquino.
Me contento con algún remake de su celebrada Misterioso Asesinato en Manhattan, esta vez podría tener cierto tono crepuscular y autobiográfico, e incluso estrenada póstumamente y llevar por título Misterioso Asesinato en Donosti.
O tal vez un remake de El Dormilón, aquel clarinetista que tras permanecer 200 años en estado de hibernación, despierta en el año 2.174. Aquí, el papel de Allen podría interpretarlo Ortega Lara.Las pelis asesoradas, respectivamente, por el asesino, y héroe de Hernani, Zabaleta y por el torturador y secuestrador, y héroe de Oñate, Ugarte Villar.
Ambas basadas en hechos reales.
Reciba mi abrazo, discordante y cordial, siempre.