lunes, 9 de junio de 2014

Carta triste de un rojo crepuscular y otras notas

Diputado o diputada del PSOE, si usted se considera de izquierdas, si su alma republicana (esa que nadie ha visto pero según los creyentes, los feligreses que aún pacen en la iglesia progre, existe) se siente lacerada por levantarse, obligado, cuando digan su nombre el día 11, para darle un sí (que al contrario del que proclamaba el poeta Gabriel Celaya, en nada glorifica) a la escueta ley de abdicación que implica un sí a la continuación de la senda trazada por Franco en la jefatura del estado durante decenios, tiene una opción digna, diría que hasta hermosa: dimitir e irse. Me dirá que el grupo socialista debatirá y adoptará una decisión que los vinculará a todos. De acuerdo. Se debate y se defiende la postura mayoritaria. Pero permítame un par de matizaciones. No hagan trampas, no le soliciten al PP, por ejemplo en el tema del aborto, una libertad de conciencia que, acertadamente, ustedes no practican. Además quisiera trasladarle la siguiente cuestión: ¿puede estar, como persona de izquierdas, en una organización que, debates aparte, traiciona sus orígenes y esencias republicanas y, en un momento histórico clave (donde el régimen podría entrar en pánico) da un paso que implicará que este pueblo siga, por muchos años, sin poder pronunciarse sobre la forma de estado que desea? Usted sabe que no hablamos de un tema baladí. Lo expresó, tras abdicar, en una reunión con los empresarios, rebosante de campechanía, el monarca saliente: "Yo siempre estaré a vuestro lado". Es uno de ellos, de los oligarcas. Eliminar la monarquía, sería eliminar un bastión de la España arcaica y tradicional, jerarquizada y clasista. La España de esa cúpula eclesial que ha expresado su apoyo a la monarquía católica del país aconfesional. Al final, usted sabe que el principal patrimonio de un ser humano de izquierdas  no es ser consejero de Gas Natural, como algún egregio conmilitón suyo, sino en el viaje, como dice el poema de Kavafis, ser un guerrero fiel a su pueblo y, perdóneme el toque sentimental, a los huesos de tanto pueblo que todavía permanece en las cunetas físicas y, lo más sangrante, en las cunetas de la desmemoria y la injusticia por defender este país de los embates del fascismo que trajo la monarquía que usted, ahora, cuando se atisban fallas en su estructura, va a contribuir a cimentar. A retratarse toca.


Apuntes sueltos (variaciones sobre un mismo tema).

¿Anticipadores del futuro?
34 ex ministros del PP, UCD y PSOE han creado la Fundación España Constitucional. Sus impulsores son Zaplana y Bono. En su primer acto público han homenajeado como principales adalides de la democracia al individuo, entonces príncipe, que se asomó con Franco al balcón del Palacio Real el primero de octubre de 1975, tras el fusilamiento de 5 militantes antifascistas y, a Adolfo Suárez, que fue director, entre 1969 y 1973, de la televisión que ensalzaba al régimen criminal. Los encarcelados, los perseguidos, los torturados (incluso hasta la muerte), siguen siendo los nadie en el ranking de campeones de la democracia. Esta agrupación de miembros de la casta (utilizando el término tan el boga por el fulgor de Podemos), quizás anuncia nuestro futuro si el bipartito, con su dialéctica gobierno-oposición, se sigue debilitando: el gobierno conjunto, a cara descubierta, del PPSOE. La unión de ambos en aras de la estabilidad y la defensa del régimen.

La preeminencia de una mala encuesta sobre una buena consulta.
Empiezan a proliferar las encuestas donde se pone de manifiesto que la ciudadanía prefiere que reine Felipe a que se reinstaure la república. A mí los sondeos sobre tendencias de voto me parecen interesantes en un sentido: pueden contrastarse con el día de las elecciones y ahí queda retratada su fiabilidad (ninguno auguró los 5 diputados de Podemos al parlamento europeo). Que me pregunten en una encuesta sobre el dilema monarquía-república me pone de mala leche. La razón es simple. Sospecho que nunca tendré la oportunidad de pronunciarme sobre ese asunto en el único lugar válido y decisivo: una urna. Uno de los razonamientos anti consulta que ahora circulan es que hay problemas más acuciantes, como el paro, y que ese gasto sería casi un lujo. Si tiramos hasta el fondo de ese hilo argumentativo llegamos, y no exagero ni un ápice, a la monarquía absoluta o a una universidad específica donde se preparen las élites sabias en cuyas manos pondríamos la gobernanza aséptica de la nación. Arribaríamos al sueño tecnocrático que nubla la razón de más de uno, o si se quiere, a los albores de la antigua Grecia, la aristocracia (el gobierno de los mejores).

El mundial salvador.
A partir del viernes 13, debut de la selección española de futbol, si el triunfo la acompaña, las calles se inundarán de enseñas rojigualdas. Ésta será la verdadera convocatoria monárquica, no las anecdóticas de hace unos días. Ésas donde un joven coreaba el "yo soy españooooo, españoooo, españooo..." Y creo que tiene razón, el representa la España eterna. Yo, crepuscular y rojo, soy cada día más, la antiespaña.



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