sábado, 23 de agosto de 2014

El poder de los dioses y la sangre de los hombres

Creo que algunos de los que vimos, al momento de surgir la noticia, el vídeo de la ejecución del periodista estadounidense James W. Foley, pensamos estremecidos: "Joder, que sea un montaje para acojonar a los yankis". 
La parte proporcional de niño que aún hay en quién esto escribe, criado en la España fascista de los años 60, conserva en una baldita de su memoria, inalterable y apolillada verdad, un ramillete de pasajes bíblicos. Uno de los más conocidos es aquél en que Dios le exige a Abraham, como señal de fidelidad absoluta, el sacrificio de su hijo Isaac. Cuando el brazo de Abraham se alza para cercenar el cuello de su vástago, un ángel, enviado de Dios, le detiene. El niño que uno era respiraba tranquilo pensando que los finales felices eran posibles y hasta habituales y (como mensaje implícito lo piensa el adulto) que el poder si te humillas y lo obedeces ciegamente igual hasta te recompensa con su magnanimidad.
Pero parece que no, que Foley no tuvo la suerte de Isaac. Después de casi dos años de cautiverio fue degollado ante la cámara. En un marco sobrecogedor, en el desierto, con un silencio trágico que acentuaba el viento, con un hombre a merced de otro, esta vez en la cruda realidad, no en el mito, el dios de los musulmanes no envió ningún ser seráfico a detener el brazo criminal del hipotético ciudadano inglés John. El problema quizás surge cuando ese mismo día el dios de los judíos, completamente desentendido de los cientos de niños gazzatíes asesinados por sus feligreses, hecho que no debe sorprendernos pues ya en la Biblia mandaba a sus elegidos a desembarazarse de pueblos molestos, no impidió a un militar hebreo, más aséptico y muchísimo más lejano de su víctima que el matarife John (asesinar a distancia da mucha perspectiva), sin cámaras grabando, accionar el dispositivo que envió a la tumba, una gota en ese mar de 2.100 asesinados, a la mujer y a la culpable hija de meses de un jefe militar de Hamas. O el problema quizás se acentúa cuando el dios de los cristianos permite que el más potente de los países que mayoritariamente lo adoran tenga como uno de sus entretenimientos predilectos atacar, con el consiguiente bagaje de sufrimiento y muerte, países musulmanes situados a miles de kilómetros de sus fronteras.

De un vídeo trágico a multitud de vídeos "solidarios". 

Seguro que todos están al tanto de la proliferación, sobre las testas de famosos y anónimos, de baldes de agua helada filmados con la finalidad de recaudar fondos para la lucha contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), enfermedad degenerativa e incurable. Loable iniciativa con formato infantiloide y con el peligro de que pensemos que la investigación de las enfermedades no debe ser financiada, con impuestos progresivos (muchos de los que aparecen en los vídeos tienen el dinero, con ese corazón tan solidario, en paraísos fiscales), por los estados. 
Hace una semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que necesitaba 75 millones de euros extras para combatir eficazmente al ébola en África. Ahora mismo en la capital de Liberia hay un barrio entero, alrededor de 50.000 personas, que ha recibido el jarro de agua fría de ser aislado y abandonado a su suerte por el ejército mediante alambradas de espino. ¿En que primera página informativa está la creación de este gueto asesino olvidado de los dioses? ¿Cuesta mucho conformar una coalición sanitaria internacional que ataque a tan peligroso enemigo en su origen? Según el dato de la OMS podría crearse con menos de lo que cuesta un caza de esos que asesinan con limpieza incluso en el sagrado Sabbath.
Esta mención, con la que acabaré, viene por el hecho de que en Madrid, una oposición a enfermería que se celebra el sábado 4 de octubre para 45.000 matriculados, se le realizará a 3 personas de religión hebrea el domingo 5, con el argumento, inefable, de que el sábado su religión no les permite hacer nada, salvo darle matarile a los palestinos, claro. Partiendo de la Biblia he llegado a la Torá. La coalición judeocristiana, misteriosos califatos aparte, va viento en popa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario