1. La mirada desnuda
Fíjense que contraste.
En las portadas del 2 de enero, varios digitales recogían la petición del PSOE de que el gobierno les prorrogue, a los trabajadores desempleados de larga duración, 400 euros para… malvivir (otra cosa no hace una familia con esa cantidad). En esas mismas portadas, esos mismos digitales, casi al mismo tiempo, publicaban el ranking, aparecido en la revista de negocios Bloomberg, de los 100 mayores megarricos del planeta, con decenas de miles de millones cada uno. Los primeros se van a la cama rumiando (mi padre cuando quedó en paro vio amanecer, sin pegar ojo, más de una vez) angustiados, como distribuir los escasos dineros, y pensando si pronto tendrán que añorar la presente miseria. Los segundos, tal vez, se irán a la cama, pensando ¿cabreados?, mortales como son -al menos aún-, en las miles de vidas que nunca vivirán, que no pueden comprar y que necesitarían para gastar sus enormes fortunas.
2. La mirada jocosa
Hago la siguiente propuesta formal a los señores de Bloomberg:
Vivimos en la era de los ídolos mediáticos. Tomen ejemplo del fútbol. El 7 de enero se otorga el “Balón de Oro” al mejor futbolista mundial. Hay tres candidatos (multimillonarios también, por cierto, es que lo quieren todo), pero hasta la gala de ese día no se sabrá el ganador. Mientras tanto todo son especulaciones. Un carrusel infinito de valoraciones sobre los méritos y deméritos de los nominados. La potencia germánica de Ronaldo; Messi y ese balón que lleva dentro del píe según Valdano, fecundo creador de frases certeras, padre del miedo escénico; Iniesta y ese paso de baile virtuoso que intercala entre carrera y regate. Emoción a raudales, coño. Aprendan bloombergianos. La siguiente tripleta ridiculizaría el Balón de Oro, rompería el techo de los derechos televisivos, sería pura leyenda: Slim ( recibido al grito de ¡viva México cabrones! a pesar del apellido delator, de fondo el mariachi loco y en la platea un Felipe González con el corazón partío), Gates (este es un sosainas, además los EEUU tienen muchísimos ricos, aunque de último les pasa como en el tenis, les cuesta copar los primeros puestos) y Ortega (Galicia, tierra de caudillos, nunca defrauda – lo dice un canario envidioso y aplatanado- coreado por el entrañable “ yo soy españoooo, españoooo”).
Si ahora mismo el mundo se parara por completo... Imagínenselo. El ser humano más rico del planeta no tendría nada de nada. El planeta funciona gracias a las personas que trabajan diariamente, gran parte de ellos en educación, en sanidad, en justicia, en el comercio, en las industrias, en cualquier actividad, por nimia que parezca. Los trabajadores somos los imprescindibles. Ortega, Slim y Gates si se declarara la huelga general universal e indefinida -no se curra ni más allá de Orión- pasarían a no tener nada: sus mansiones se convertirían en chabolas lujosas y decadentes que no tendrían ni agua, ni luz, ni protección, nada. Quizás apenas una triste habitación del pánico, que te convierte en poco más que una alimaña temerosa. Sé que lo que digo es algo imposible. Sólo busco ejemplarizar la importancia del trabajo humano. Gerard Depardieu, el actor francés, ha emigrado (utilizar en este caso esta palabra no es muy afortunado) a Bélgica por el proyecto del gobierno socialista (tumbado por el Supremo), de hacer pagar a los que ingresen más de un millón de euros el 75% en impuestos. Además de irse del país ha puesto a la venta su mansión de 50 millones de euros (equivalente a 500 viviendas de 100.000 euros, una barriada para 2.000 ó 3000 personas). Este individuo, egoísta e insolidario, desconoce que toda su riqueza ha salido del trabajo de mucha gente, sea vía subvenciones o vía entradas. Pagando el 75% a la hucha común seguiría siendo riquísimo. Yo para ganar 1.000.000 tendría que trabajar sobre 40 años. Y no me quejo. Tengo un techo que me place ( es un piso, quieta esa imaginación), alimento y la suerte de poder comprarme los libros que me apetecen. Sinceramente, creo que la riqueza debería tener, por ley, un tope máximo. Quizás planteo un sacrilegio económico pero, créanme, lo digo desde el convencimiento moral de que llegará el día en que borraremos de los labios de los humildes aquello de “siempre habrá ricos y pobres”. Taimadamente los ricos nos tienden una celada diciendo “cualquiera puede llegar a ser rico”. Esa frase es muy pérfida, pues su objetivo oculto es dividirnos, hacernos competitivos (capitalismo) en vez de colaborativos (socialismo). Acabamos en lo de siempre: la mirada ideológica.
Cuanta razón llevas, amigo. Si junto a la noticia de nuestro héroe patrio Ortega hubieran puesto las imágenes de sus fábricas en Marruecos, ya no parecería ni tan heroico ni tan patriota. Un saludo. Víctor.
ResponderEliminarUn excelente artículo José Juan. Y no hace falta esa mega-huelga universal, la dama de negro va a meter tabula rasa a todos, y que gran sufrimiento el del que sabe que por mucho ahorro poco disfrute en tierra consagrada o urna cineraria ad-hoc.
ResponderEliminarHe llegado aquí tras leer tu comentario de El País esta mañana. Me produce repulsión la comparativa entre este señor de Jaén (y otros millones de españoles) y los ricos insolidarios de este país (como muchos de los trincados en la trama de la Operación Emperador). ¿Para que cojones quieren tanto dinero?, ¿están enfermos? sinceramente creo que sí. El dinero enferma la mente.
Me ha gustado y he sonreído leyendo tu entrada. A Slim también se le podía cantar eso de "Asturias, patria querida...", por lo de ser accionista mayoritario del Oviedo fútbol club.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Afectuosos saudos. Por diversas razones no he realizado ningún comentario a los últimos trabajos de Jose Juan. Me alegra que haya retomado la pluma, quiero decir el teclado. Habla de cosas graves. El paro, el ejercito de parados, es una manifestación de que la fuerza de trabajo existe separada de los medios de trabajo. Y separada de los medios de trabajo, la fuerza de trabajo no puede conservar el trabajo pasado. Se destruye capital. Lo vemos en la crisis de la construcción, las grandes obras paradas. Se destruye riqueza.
ResponderEliminarEl límite a la riqueza personal. No es sólo por una razón práctica, por ética. Tambien por razón teórica. Nadie ha podido demostrar el enriquezimiento desmesurado en base al trabajo propio. Los sindicatos mayoritarios y las organizaciones de izquierda que quieran el socialismo deberían hacerse con esa consigna: hay que poner límites a la riqueza personal. En cabeza de las mayorias sociales se transformaría en una idea transformadora.
Hoy día todo el mundo parece estar de acuerdo en que hay que poner límites a lo que ganan nuestros representantes políticos. Se habla de que ningún alcalde debe ganar más que el presidente de gobierno. Parece lógico. Ningún alcalde debería ganar más de 70.000 euros. Ese es el acuerdo que quieren defender PSOE y PP. Pensemos en un futboloista que se embolse 16.000.000 de euros al año. Daría para pagar a 226 alcaldes. Hay que hacer un inciso: del futbolista se podría prescindir, del alcalde no.
Un efectuoso abrazo. Jerónimo.
Acabo de descubrir tu blog por el comentario en Público...gracias desde Cádiz.
ResponderEliminarMuy buena reflexión compañero!!
ResponderEliminarPor cada Bill Gates, Donald Trump,Carlos Slim, Amancio Ortega, Emilio Botín, etc. etc. debe haber por fuerza millones de personas sometidas a una vida de máxima pobreza y miseria, solo así se sostiene un sistema tan atroz y demencial.
Nadie se hace millonario trabajando, sino explotando y robando.
Invito a que conozcais mi blog:
http://el-azote-del-tirano.blogspot.com.es/
Salud!!
Muy bien expresado, una vez un compañero de trabajo me comento que para que nosotros podamos comprar y consumir como lo hacemos y con estos precios, cientos o miles de millones de personas tienen que vivir obligatoriamente mucho peor que nosotros, nuestro estilo de vida en el "primer" mundo esta subvencionado con la expoliación de los recursos y explotación humana en el tercer mundo... creo que no es correcto del todo, pues la verdadera lacra del sistema es la acaparación sin sentido de estas enormes fortunas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen artículo, ojalá día a día seamos más los q pensemos asi.
ResponderEliminarMuy buen articulo,lo descubri saliendo de leer en un foro en el que una persona afirma, con gran placer el que , "mas vale 1.000.000€ a 1.000.000 personas humanas" , a cual se corrige "1.000.000 violadores-asesinos-etc." ,asi exprimiendo o haciendo copy-paste de lo que el tal Rockefeller expreso un dia diciendo que un medico vale mas que un asesino...
ResponderEliminarAhora yo pienso , "primero" acaso un asesino no nace tambien, se reproduce y se alimenta.Si tuvieramos que razonar de esa manera yo llamaria a todo ser assesino y sin valor con ningun proposito en el mundo.
"Segundo" si una organizacion de 1 mil. de personas no valdria 1 mil. de euros(en el mundo en que las personas tienen precio) , ese dinero no existiria ya que sin trabajadores el rico no tiene nada y toda cosa no tiene ningun valor.
Ahora volviendo a tu blog yo pienso que SI que deberian poner un limite , es lo unico que haria falta para cambiar toda la mentalidad humana y la vida de cada uno.Un millon por cabeza bastaria al año.
Nose si se habra dicho ya, pero mi opinion es que
"cito":
LA INTELIGENCIA ES LA MAYOR DEBILIDAD DEL SER HUMANO