¿Quién ha oído hablar de Pedro Nolasco Perdomo Pérez? Casi nadie. Estuvo encarcelado 33 años, entre 1936 y 1969. De los 30 a los 63 años de edad. Como dice el bolero (una de mis pasiones, tan lleno de tópicos y mentiras): "toda una vida". Pasó por diferentes penales durante esos 33 años. Todos esos penales estaban en el barrio obrero de La Isleta, en la isla de Gran Canaria. Eran las casas de sus hermanas. Ellas acogieron su vida de "topo". Uno más de las decenas que existieron en la geografía del estado español en ese periodo de 40 años y "extraordinaria placidez" de la que habla el militante del PP y ex ministro Mayor Oreja. Pedro Perdomo abandonó su vida de autoencarcelamiento, viejo y enfermo, en 1969, cuando el régimen fascista del general Franco declaró extinguidas las responsabilidades políticas, de los rojos por supuesto, derivadas de la Guerra Civil. Murió en 1974. La vida ni siquiera le compensó con la justicia poética de morir después que su carcelero virtual.
La verdad es que la vida, tan abundante en leyes, es poco dada a la justicia. Casi nadie sabe quiénes fueron Eduardo Suárez (diputado canario comunista del Frente Popular) o Fernando Egea (farmacéutico de Agaete, pueblito de Gran Canaria). O el alcalde de San Lorenzo y sus 4 compañeros, con los que el PP se resiste a llevar a cabo el compromiso, de la anterior corporación, de otorgarles en su barrio una calle. Todas estas personas y muchas más fueron fusiladas en Canarias donde, insisto, no hubo guerra. Toda esta gente, como la de tantos otros lugares del estado español, serían en otro país considerados héroes y tendrían reconocimiento y honores por su lucha contra el fascismo.
Aquí no.
Aquí existe un hombre providencial que sacrificó su vida largos años al lado de un dictador sanguinario: Juan Carlos. Ese hombre llegó en 1948, con 10 añitos, a España y estuvo 27 años sufriendo indeciblemente por cada persona que era torturada en la lucha antifascista, por la viuda de cada fusilado o agarrotado (esa forma de ajusticiar tan "cristiana" que es el garrote vil), por cada condenado a largos años de cárcel. Qué estúpidos fueron todos esos que lucharon contra el fascismo. Algunos fueron tan, tan tontos, que hasta se dejaron la vida: Juan García "El Corredera", Julián Grimau, Enrique Ruano (para que saltaste por la ventana a tus 21 años, si los "sociales", policía política, eran cojonudos, todos ellos unos años mas tarde eran custodios de la democracia traída por el hombre providencial), Salvador Puig Antich, Antonio González Ramos (muerto por torturas en la comisaría de Santa Cruz de Tenerife). Todos tenían que haberse estado quietitos, hacer lo que dicen que le dijo Franco a un ministro quejoso: "Usted haga como yo, no se meta en política". Cuanta sangre derramada en vano en la lucha contra el fascismo. Pobres ignorantes, ignoraban que esa sombra, de vida disipada y sufrimiento interior, que el genocida fascista había nombrado sucesor a titulo de rey en 1969 nos iba a traer la democracia envuelta en papel de celofán. Lo tuyo fue peor, Javier Verdejo, a ti te pegó un tiro la guardia civil en agosto de 1976 mientras pintabas en una pared: "Pan, trabajo y libertad". Hay que ser capullo Javier, si todo estaba controlado, mira que morir así con 19 años teniendo ya un rey, un hombre providencial, que estaba "pariendo" una democracia. Su antecesor también, según las monedas oficiales, fue un hombre providencial: "Caudillo de España por la gracia de Dios". Llevamos 75 años acunados por los brazos de hombres providenciales. El primero, padre severo, cirujano de hierro, nos disciplinó; el segundo, hombre, perdón, sufridor campechano, nos dio la libertad. Eso sí, a este campeón de la libertad le faltó un gesto de generosidad: preguntarnos si le queríamos o no, como rey, por supuesto. El nunca realizado referéndum que la oposición antifascista, reunida en la Junta Democrática, defendía, sin ir más lejos en 1974.
Usted, ciudadano Borbón, vino empaquetado en el lote constitucional del 78, salvavidas agujereado al que se agarran sus defensores para mantener a flote su legitimidad democrática. O todo o nada. O libertades con Borbón o militares facciosos acechantes. Parece algo tramposillo el asunto ¿no? Usted y la bandera eran intocables. E intocable ha seguido largos años, custodiado férreamente por unos medios que han enaltecido su figura hasta el sonrojo (incluso babean ante discursos tan previsibles, a ver si se esmeran sus "negros", como el del 24, a mi me sigue pareciendo más clarita mi postal republicana). Los críticos seguimos estando en la marginalidad, en las cloacas de internet, esos rojos irredentos de la prensa alternativa, o los márgenes que nos deja Público.
Aparte de no haber tenido la valentía ética de preguntarnos si le queríamos o no, usted ha tenido lo que yo llamaría una vileza: jamás ha dedicado unas palabras (y no hablo de generalidades vacuas) de reconocimiento expreso hacia todos los que padecieron, combatiéndola o resistiéndola, la dictadura que lo ubicó a usted en el trono que ostenta.
Por esa razón yo soy pedroperdomista, eduardosuarista, egeísta, y una infinidad de etcéteras. Por esa razón yo no soy, ni seré nunca juancarlista. Siempre le he dicho a mis alumnos que la historia, más allá de los hombres providenciales, cuyos nombres quedan en los libros de historia, la hacen, por activa o por pasiva, los pueblos, la gente común (ojo, de ahí viene el término comunista). No me resisto a incluir aquí el conocido poema de Bertolt Brecht "Preguntas de un obrero que lee":
¿Quién construyó Tebas, la de las Siete Puertas?
En los libros figuran sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida, ¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima, ¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que se terminó la Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma la grande. Sus césares ¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada, para sus habitantes ¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India. ¿El sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida. ¿Nadie lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra de los Treinta Años. ¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página. ¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años. ¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.
Creo que debo ser honesto hasta el final. El 13 de abril de 1977 sobre las 11 de la noche tres compañeros ( a dos les perdí la pista , otro entra aquí a menudo y es buen amigo, aunque yo siempre no fui, y lo siento en el alma, correcto con él) y el que esto escribe, que tenía 17 años, fuimos detenidos por pegar carteles a favor de la república. Un "social", desde un plano superior, sentado en una mesa, mientras me interrogaba, ponía la suela de su zapato sobre mi pantalón. Sentí, aunque había muerto Franco, y ya gobernaba el hombre providencial, la sucia "bota" del fascismo sobre mí. En otro lugar de este blog ya he citado al periodista Javier Ortiz, fallecido en 2009. Durante varios años sacó a la luz sus deliciosos artículos bajo el epígrafe "Diario de un resentido social". Algunos creo que hemos quedado reducidos a esa condición. A la del resentido repetitivo. Tal vez sea hora de callar.
Magistral artículo, me he quedado completamente mudo después de leerlo. Mudo, y sin apenas capacidad de escribir unas pocas palabras aquí. Son esas grandes y dolorosas verdades, las que se manifiestan en este artículo, de las que tanto necesitamos tomar conciencia en estos duros tiempos de ignominia política y, sobre todo, de ignominia institucional. Porque al margen de la crisis económica, o a pesar de ella, yo creo que los grandes males de España provienen precisamente de sus instituciones, de las instituciones emanadas de un régimen que cada vez tiene menos de democrático, si es que alguna vez lo tuvo, y que cada día aparece más deslegitimado ante la ciudadanía. Ya digo, un artículo que pone la carne de gallina. Enhorabuena.
ResponderEliminarEnhorabuena por este articulo, me gustaria escribir como tu , esto que siento igual que tu.Salud....
ResponderEliminarPepe Juan ya realizaré una reflexión detenida de algunos aspectos de tu último trabajo. Para los restantes seguidores del foro: debo ser el tercer adolescente detenido en la pega de carteles por la republica que participa en el blog. No entiendo eso de que no siempre fuistes correcto conmigo, más allá de algún cabreo jugando al fútbol. Yo nunca lo he sentido así. Creo que debes trasnfigurar la miada en dulce caricia. Es voluntario, of course. Lo puedes hacer público, con lo cual deberias conseguir un razonamiento universal que nos fuera util a todos, y que podría provocar reflexiones en relación a la moral, la ética y la psicología. O de una forma más perosonal o privada, que nos sea más util a ambos.O ambas opciones. Yo intento uir de los personalismos. Busco lo universal en los hechos particulares. Por eso no tiendo al dialogo en mis comentarios.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Pepe Juan ya realizaré una reflexión detenida de algunos aspectos de tu último trabajo. Para los restantes seguidores del foro: debo ser el tercer adolescente detenido en la pega de carteles por la republica que participa en el blog. No entiendo eso de que no siempre fuiste correcto conmigo, más allá de algún cabreo jugando al fútbol. Yo nunca lo he sentido así. Creo que debes transfigurar la mirada en dulce caricia. Es voluntario, of course. Lo puedes hacer público, con lo cual deberías conseguir un razonamiento universal que nos fuera util a todos, y que podría provocar reflexiones en relación a la moral, la ética y la psicología. O de una forma más personal o privada, que nos sea más útil a ambos. O ambas opciones. Yo intento huir de los personalismos. Busco lo universal en los hechos particulares. Por eso no tiendo al dialogo en mis comentarios.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Muy acertado; lo suscribo punto por punto. ¡Qué pena que seamos tan papanatas que nos traguemos los paquetes con envoltorio y todo! Como dice Juan Eslava Galán, aquello no fue una transición, sino una "transacción", como si nos hubiesen puesto a todos un a pistola en la cabeza. O democracia de chiste -en la que seguían mandando los mismos- o nueva escabechina, esta vez corregida y aumentada. ¿Quién puede sostener que el Rey no estaba "en el ajo" del 23F?
ResponderEliminarAclaración pública sobre la respuesta de Jero: Yo analizo mis actuaciones con la gente en la vida, y sé perfectamente que en algún cabreo futbolero, aciertas de pleno, de esos que tú citas, mi actitud fue bastante incorrecta. Mi error fue, al hilo de la referencia a esa detención que compartimos a los 17 años (se viene a mi mente, desde la lejanía temporal, la canción de Violeta Parra "Volver a los 17"), citar ese hecho, estrictamente personal, que no tenía trascendencia para el texto. No hay más, son sólo cabreos futboleros, que no afectando a nuestra amistad, dejaron mí el regusto amargo del comportamiento inadecuado. Por cierto, uno de los dos era gafe, siempre nos trincaron juntos. Una sonrisa y un abrazo.
ResponderEliminarMe gustaria contactar contigo para hablarte de un sordido testimonio personal que evidencia este "fascismo mutante" la situacion es desesperada, tengo dificultades tanto para defenderme como para hacerlo publico, la historia va de como descendientes de verdugos del franquismo siguen maltratando a descendientes de victimas.
ResponderEliminarUn saludo.
ale_fon@hotmail.com
Algo muy interesante al respecto, que he encontrado esta noche de casualidad:
ResponderEliminarhttp://win.cut-bai.org/unrey.pdf
Saludos.
Un texto poderoso y absolutamente necesario. Todo lo que pueda destaparse de ese tiempo, debe ser destapado, en especial, en cuanto a Canarias y la no-guerra se refiere.
ResponderEliminarCallarse nunca. De eso ya se encargan otras personas. Hay que seguir gritando con racionalidad y hay que seguir intentando que otras personas recuperen la capacidad de pensar y discernir.
Gracias por un texto que me toca profundamente.
Estupendo escrito. Salud y república.
ResponderEliminarLa ignoracia en españa prevalece y nunca dejara de existir
ResponderEliminarHacía tiempo que no tenía tiempo de leerte... qué buenos son tus artículos!!! Han pasado unos cuantos años desde que nos gobernaba Franco, pero a pesar del tiempo transcurrido aún se siente uno un bicho raro cuando se declara anti monárquico y osa decir en alto que tenemos un rey impuesto.
ResponderEliminarGracias por tu blog, a veces uno se cansa de leer los diarios ;)
Saludos
Aisha
En estos tiempos, nadie por el simple hecho de nacer, deberia tener semejantes derechos,y que un monton de gente tengan que trabajar para mantenerlo a cuerpo de rey, (nunca mejor dicho)sea normal,(me refiero a buena persona)que sea un sinverguenza,etc porque si te sale mangante aun da mas coraje mantenerlo, nada que en este siglo no tiene ni pies ni cabeza que alguien herede un pais
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el pensamiento del artículo. La realidad, es la realidad. Estamos condenados a un mundo, donde se siguen enriqueciendo unos, a costa de la gran mayoría, a costa de la fuerza. De la fuerza de unas leyes, que un organo legislativo, lacayo de las fortunas, formulan para recibir una sonrisa de estas.
ResponderEliminarMuy lejos de aquella realidad, aún cuando viviendo bajo una monarquía (la sueca), comparto tu razonamiento, que se torna universal en casi todos sus aspectos aunque parta de la realidad local española. Justas e impecables consideraciones las tuyas que ponen en evidencia, una vez más, la vileza del contubernio Franco-Juan Carlos que condujo a las situaciones que criticas y que continúan arrastrando vergüenzas. Mis cálidos aplausos y saludos.
ResponderEliminarMe ha encantado tu artículo. Dice verdades como catedrales. En los tiempos que corren, el mantener porque sí a esta gente, es cuanto menos, aberrante.
ResponderEliminarLlevas toda la razón, pero la república ni se menciona, con los políticos que abundan y se reproducen en España como setas, mejor no. No tenemos la altura moral suficiente para una república libre y serena, el trabajo de apisonadora fue largo y está muy bien hecho, quedó monísimo el país, todo igualico de norte a sur, igual de anestesiado. Ya ves que motivos no faltan para sublevarse y seguimos sin hacerlo...los egipcios, tunecinos nos están dando ejemplo. El fascismo duradero español ha sido de lo peor, por sus consecuencias.
ResponderEliminarHola, ¿estás seguro que Pedro Nolasco Perdomo Pérez estuvo encarcelado 33 años seguidos?
ResponderEliminarCoincido plenamente con el contenido del artículo.
ResponderEliminarSaludos,
Javier de la Puerta
javierpuerta21@gmail.com
Muy bueno. Dice mucho de los españoles que el dictador murió en la cama. Y que les imponen un rey y lo aceptan sin más.
ResponderEliminarEs difícil no ser un resentido cuando uno echa un vistazo a la historia de España 1936 - 1982. Y más adelante, claro.
En definitiva, VIVA LA REPÚBLICA!
Gracias por citar nombres como los de Eduardo Suárez o Fernando Egea, debe haber tantos cientos, tantos miles de nombres que desaparecieron asesinados por el franquismo y de los que nunca tendré la ocasión de leer en voz alta y de sentirlos aunque sea por un momento vivos en mi imaginación, que es bueno tener al menos estos dos que tú citas.
ResponderEliminarLos años van borrando el horror criminal de aquel puñado de fascistas y militares encabezados por el funesto general Franco. En la ciudad donde yo resido, Madison, WI USA, el último luchador de las Brigadas Internacionales murió hace dos años. Los últimos exilados antifranquistas habían muerto años antes. Nos queda un monumento erigido en honor de las Brigadas Internacionales y la memoria de algunos que como yo aunque ya viejos, no llegamos a conocer la guerra civil.
Espero que queden para la posteridad testimonios como su blog que permitan a las futuras generaciones conocer de primera mano la verdad del franquismo y la monarquía juancarlista.
Gracias
Antonio Benitez Noguera
Los brigadistas escribieron una de las páginas más hermosas de la lucha antifascista del siglo XX. En España, la mayoría de luchadores antifascistas están en el olvido. Y eso que muchos combatieron en la II Guerra Mundial y son héroes en Francia. Aquí no existe una conciencia pública de repudio al fascismo. Todavía impera la visión, que tanto daño ha hecho a la memoria colectiva, de una guerra civil de generación espontánea. Se obvia el golpe fascista. Esto se "santificó" en el pacto de la Transición con la actitud entreguista de las fuerzas de izquierda.
EliminarUn saludo
Acabo de descubrirte por casualidad. Pero desde hoy me convierto en seguidor. Espléndido artículo que los periodista de este país, incluidos los de izquierdas, no tienen narices de escribir y que contienen verdades como pinos.
ResponderEliminar¡¡¡Magnífico!!! Todo cuanto yo pudiera decir al respecto, sobra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel Ángel G. Yanes
Un placer haberte leído.
ResponderEliminarSaludos