"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Este microrrelato del guatemalteco Augusto Monterroso, escrito en 1959, quizás es el más celebre en lengua castellana.
Ya no es el más corto, según la Wikipedia, lo ha superado el mexicano Luis Felipe Lomeli con uno llamado "El emigrante", escrito en 2005, que dice así: "¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!".
Yo estaba pensando en escribir un microrrelato con el siguiente titulo: "Atragantamiento". El texto, después de separar la paja del grano, sería el siguiente: "¡Aaaggghhh!".
Con éste entraría en la literatura mundial haciendo doblete, a lo grande. Por un lado relegaría al tercer y segundo puesto a don Augusto y a don Luis Felipe como autores del relato más corto. Por el otro pasaría a ser el cuentista (pues aquí hay bastante cuento) con la obra más corta de la historia de la humanidad: una única palabra que condensaría "la esencia, no falta de estética, que se observa en la triple exposición de cada letra, de nuestro discurrir sobre la faz del planeta", que diría un crítico de enjundia.
Anoche, metido ya en la cama, se me vino a la mente el cuento de Monterroso (sospecho que este hombre, ya fallecido, tuvo que reírse muchísimo a cuenta del cuento) unido a la figura de don Juan Rosell Lastortras (el segundo apellido, si prescindimos de cierta consonante es premonitorio para los trabajadores), presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Ustedes pensarán que soy un retorcido (no irán desencaminados) estableciendo esa asociación. Pero la literatura nos ofrece algunos títulos o microtextos que nos aportan el formato idóneo, la carcasa recurrente para exponer una idea. El ejemplo de García Márquez y su "Crónica de una muerte anunciada" es paradigmático. Centenares de periodistas han titulado: "Crónica de un........................anunciado/a" (rellenen el hueco con la palabra que quieran, dudo que no haya sido ya usada). Valdano, exmánager del Real Madrid, hace un año o algo así, utilizó la estructura del cuento de Monterroso para inquietar el exquisito juego del Barcelona. Dijo: "Cuando el Barcelona despierte, el Madrid estará ahí".
A mí el cuento de Monterroso y la figura del señor Rosell Lastrortas me ofrecen algunas combinatorias. Veamos:
1. "Cuando Rosell despertó, el funcionario todavía estaba ahí".
2. "Cuando el funcionario despertó, Rosell Lastrortas (y toda su organización) todavía estaban ahí" (debo cuidar la extensión, casi me sale el Quijote).
3. "Cuando el trabajador despertó, Rosell y su minijob ya estaban ahí".
4. "Cuando Rosell despertó, el trabajador, presto, todavía estaba ahí".
5. "Cuando Rosell despertó, el trabajador, organizado, ya estaba ahí"
El señor Rosell sueña con minijobs y funcionarios. A los primeros sueña con darles cobijo, acunarlos (Isaac Rosa en Público decía que minijobs suena a nombre de tierno muñequito). No sé si el señor Rosell será hombre creyente, pero el adaptará el dicho bíblico y dirá "decreced y multiplicaos". A los funcionarios, o trabajadores públicos en general, sueña con crear empleo despidiéndolos. Sospecho que él y sus muchachos están deseosos de convertirnos en unos deliciosos minijobs para jugar con nosotros a gusto, para estrujarnos de cariño.
Los minijobs, aunque imagino que todos conocen el término, son trabajos " de tiempo y relevancia escasos" con un salario bruto que nunca pasaría de los 400 euros. En resumen, una invitación a hacer un proyecto de vida. Además es vestir una muñequita vieja con un trajecito nuevo. Ya existen los contratos a tiempo parcial. Contratos que muchas veces se mantienen parciales en el salario, mientras en el horario se vuelven "totalitarios".
Las baterías mediáticas funcionarán a pleno rendimiento. Pronto, si no lo es ya, (siempre nos ganan la batalla ideológica) el trabajador público será un sospechoso, no para el señor Rosell Lastrortas, que, coherente, defiende sus intereses de clase, sino para el trabajador privado, el parado o el minijob. Acaba de ocurrírseme una última variante al cuento monterrosiano fusionándolo con el poema "Masa" de César Vallejo: "Cuando Rosell Lastortas (que nos esperan) despertó, el trabajador público ¡ay! siguió muriendo".
Saludos.
ResponderEliminarMinirelatos:
"Cuando los trabajadres y clase media despierten los especuladores moriran".
"Los capitalistas duermen, pero no sueñan"
"Los trabajadores sueñan, pero no duermen"
Salud para todos.
Hace tiempo que estoy,comentando que en este país, sobran rompe cojones, como el "fulano" Rosell,dicho fulano no es mas que un come mocos,.Que le pasaría si un día todos los trabajadores de este país se les diese por dejarse morir de hambre, y no ir a trabajar,Que comería este come mocos. Solo una cosa votando a los e la Gaviota,los obreros,que ahora son burgueses,ya lo tienen arreglado,."Despierta Español de bien o nos darán por culo" Estamos cotizando lo que estos Bandidos nos imponen y a la hora de jubilarnos nos dan una mierda,.Los políticos nos llevaran a la miseria ! Sobran el 90%de esta Calaña¡ Pues no son mas que mafias en contra del pueblo soberano.
ResponderEliminarAun hay quien ve el mal en quienes se quejan de este estado de opresión.
ResponderEliminarEnlazo con algo que leo y que me ha hecho pensar un buen rato, y que aunque la lectura se traslada a los meses anteriores al golpe de estado militar en España y está pronunciada por un distinguido miembro de las JONS (a buscar en la Wikipedia a aquellos y aquellas que no tienen memoria histórica), me parece de una actualidad brutal, a mi que me lo cuenten, y que paso a trascribir:
ResponderEliminar“Por suerte una propina soluciona cualquier problema de un modo satisfactorio. En este país todo se arregla con una buena propina”
Y pensaran ustedes: ¿Por qué?
Pues bien he aquí lo interesante: porque permite mantener los sueldos bajos y al mismo tiempo escenifica la jerarquía. El trabajador cobra la mitad y la otra mitad se la tiene que agradecer al AMO redoblando el servilismo.
Sigamos contentándonos con míseras migajas, que nada solucionan, y dando gracias por un mínitrabajo, un mínisueldo, una minidignidad, unos miniderechos y…¡COÑO, A ESO SE LE LLAMABA EDAD MEDIA Y FEUDALISMO!. SÓLO ME VA A FALTAR ENTREGAR A MIS HIJAS AL AMO POR EL DERECHO DE PERNADA (Más Wikipedia).
Saludos.
ResponderEliminarComo bien dice José Juan Hernández “las baterías mediáticas funcionarán a pleno rendimiento. Siempre nos ganan la batalla ideológica”. Así que la batalla ideológica es una batalla importante en la lucha por una sociedad más justa.
Dice Marx que el capital más irracional es el capital productor de interés. El dinero circula como medio de circulación, lo representamos: M-D-M, donde la M representa mercancía y D dinero. El trabajador la única mercancía que puede vender es su fuerza de trabajo, que la vende por un salario, con el cual se agencia los medios de vida. La otra forma de circulación del dinero es como capital, lo representamos como D-M-D. El fin que persigue este movimiento solo puede ser el incremento de dinero. Nadie ha podido explicar la riqueza por medio de su propio trabajo, sino como apropiación de trabajo ajeno. Marx defiende que el incremento de D proviene del nuevo valor creado en el proceso de trabajo y no retribuido al trabajador,apropiado conforme a derecho por el capitalista. Considerada toda la plusvalía (valor no retribuido) creada por la clase trabajadora esta se divide en ganancia, renta del suelo e interés.
El capital productor de interés lo representamos D-incremento de D, donde incremento de D es el interés. Así representado el movimiento,haciendo desaparecer todo el movimiento de producción y venta de mercancias, el interés aparece como brotando del propio dinero. Irracionalidad, ya que el dinero es una cosa y las cosas no se reproducen.
Supongamos una pareja de jóvenes trabajadores que piden un préstamo hipotecario para la compra de una vivienda. Por circunstancias diversas pierden el trabajo cuando han pagado gran parte de los intereses contraídos por el préstamo. Legalmente el banco que les prestó el dinero se queda con la propiedad de la vivienda y además la pobre joven pareja debe lo que resta del préstamo contraído. Como son casos muy aislados sufren su desgracia en soledad. Pero tras un gran boom inmobiliario y una crisis económica, este hecho aislado se torna frecuente y general, y son muchos los trabajadores que sufren esta injusticia. Grandes sectores de la opinión pública ven la necesidad de cambiar las leyes y que los préstamos hipotecarios queden pagados con la entrega de la vivienda en caso de impago. Mucha gente se queja y hay pequeñas revueltas para evitar desahucios. Pero se impone el derecho humano más defendido en la sociedad burguesa, el derecho a la libertad. El derecho a la propiedad privada. Derecho que se impone al derecho de tener un techo bajo el que dormir y vivir.
Y como no tenemos fuerza parlamentaria para cambiar las leyes vigentes, se seguirán produciendo desahucios, aislados o en masas.
No me cabe la menor duda que construir una sociedad más justa no es posible sin la existencia de un frente popular que trascienda fronteras del estado nación. Frente que deben formar la clase de los trabajadores y la clase media, incluidos los pequeños y medianos empresarios. Sería una buena consigna: igual que existe un salario mínimo, que además quieren que mengue, debe existir un tope máximo a los ingresos y patrimonio personal.
Termino. Un poco de intrascendencia. Dice Vicente Umpierrez, mi profesor de música, que la dificultad en la creación es el crecimiento. Que se debe crecer con unidad y diversidad. Me gustó el mordaz e irónico relato breve que lleva por título “atragantamiento”, cuyo contenido es : “¡Aaaggghhh!”. Como van los tiempos creo que el relato podría crecer, conservando la estética y aumentando el contenido: “¡Aaagghhh!” ¡agh! ¡agh! ¡agh! “¡Aaaagggghhhh!”, RIP.
Así que a espabilarnos.
Salud para todos.
En Eskup he descubierto este blog y estoy gratamente sorprendida. Hoy he nacido como admiradora de este que dice ser profesor y yo digo además, crítico muy lúcido.
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