domingo, 11 de agosto de 2013

El árbol y el bosque. ¿Retorcido?

Hace muchos años una compañera de Centro con la que tenía una relación muy cordial me dijo, mientras disfrutábamos del tentempié matutino: "Tú eres un poco retorcido, Pepe Juan". Creo que, tras esbozar una mueca de sorpresa, me reí. No recuerdo si en aquél momento le di la razón o intenté rebatirla. Hoy seguramente sonreiría y callaría.
 
1.  Torcer mucho algo, dándole vueltas alrededor.
2.  Dirigir un argumento o raciocinio contra el mismo que lo hace.
3.  Interpretar siniestramente algo, dándole un sentido diferente del que tiene.

 

Estas son las tres definiciones de la RAE de la palabra retorcer. En la primera, metafóricamente, me reconozco y en la tercera también, por dos aspectos: soy "siniestro" en el modo italiano del término, que hace referencia a ser de izquierdas, y además, busco un sentido diferente en muchas de las realidades cotidianas, con otros enfoques, otros ángulos de visión. Me atrevería a decir que este blog es fruto, en alguna medida, de ese retorcimiento que, curiosamente, se refleja en el dibujo atormentado del cerebro. Pero desde ese retorcimiento, aunque suene paradójico, busco mostrar que las que parecen realidades diáfanas y rectilíneas, inmaculadas, tienen su lado oscuro, pérfido, el cuál, en muchas ocasiones se pretende, adrede, ocultar. O sea, desde mi sinuosidad busco, modestamente, alumbrar zonas oscuras, dar respuestas diferentes, que quizás sirvan para activar nuevas preguntas.


El día 29 de julio saltó a todos los medios de comunicación la noticia de que Ángela Bachiller iba a convertirse en la primera concejala española con Síndrome de Down debido a la dimisión de un edil del ayuntamiento de Valladolid. Ángela ha sido iluminada por el foco y ha recibido unánimes parabienes. Yo, retorcido, tengo que ser honesto y reconocer que el tema, más allá del buenismo, me genera dudas. Cuando alguien o algo es iluminado por un foco, queda un enorme espacio en la sombra. Esa sombra hoy en día está poblada por innumerables recortes en las ayudas a personas dependientes o discapacitadas. Según el observatorio de la dependencia, entre enero y junio de este año, 12.000 personas habían perdido sus prestaciones. En este mismo blog hice una reflexión sobre un discapacitado que se había quedado cobrando ¡59 céntimos! mensuales http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2013/01/59-centimos-el-desprecio-de-la-dignidad.html en un acto de violencia insoportable (este texto lo introduje en la etiqueta violencias).  Un aldabonazo, como el de Ángela, aunque sea único (o quizás por eso), suele resonar hasta en el extranjero. La pérdida de derechos que se filtra incesante, esa humedad que esta haciendo gran daño al edificio social, es tan silenciosa como implacable. Las caras de las personas que la sufren son tan borrosas, quizás por las lágrimas, como las propias manchas de humedad. India y Paquistán han tenido como primeras ministras a Indira Ghandi y Benazir Bhuto. ¿Esos nombramientos, que eran básicamente de carácter dinástico por pertenecer a familias políticamente dominantes, han contribuido a la mejora social de las mujeres en esos territorios? Ustedes, como yo, lo dudan. Si Ángela tiene capacidad y discernimiento, que sea concejala. Leyendo una entrevista con ella y con su madre se percibía que pertenece a una familia con unos recursos económicos que le han permitido una educación esmerada, un trabajo que ha llevado a Ángela a tener logros importantes. ¿Ángela habría sido la Ángela que es en otra familia de extracción social muy humilde? Al final, tozuda, casi siempre aparece en escena, aunque muchas veces la quieren camuflar, la condición social de la que partimos.  Ángela y su mérito han dado la vuelta al mundo, pero si se recortan los dineros o se cierran centros que permiten que las personas con discapacidades diversas tengan una atención adecuada, Ángela no dejará de ser un bonito espejismo.


Mi duda es si el retorcido es el espejismo, la realidad o la  mirada que los observa a ambos.

 

2 comentarios:

  1. Brevemente, estimado don Pepe Juan.
    Hago escala –también breve- en Torre Azul y parto hacia los Mares del Sur; pero antes retomo la agradable costumbre de pasear por su callejuela, otear, y replicarle. En esta ocasión, ya le advierto, el trazo de mi réplica será más bien grueso.

    Quiero comenzar expresando mi admiración hacia Castilla y León junto con la sorpresa que me produce esta noticia. Sorpresa, digo, porque sorprende comprobar que la opinión pública se haga eco del nombramiento de la señorita Ángela, máxime cuando la sensibilidad e integración de los discapacitados mentales en la cosa pública por parte de los castellanos leoneses viene siendo demostrada desde hace ya décadas; no en vano don JM Aznar presidió su Junta durante un par de años.

    Usted dice “Si Ángela tiene capacidad y discernimiento, que sea concejala”.
    Que quiere que le diga, a mí me inquieta que una persona con deficiencia/retraso/discapacidad intelectual/síndrome de down –ni sé cómo llamarlo sin temor a que una asociación se me eche encima- rija y tenga tales atribuciones administrativas.
    También me consta que personajes con “capacidad y discernimiento” a años luz –por debajo- del de Ángela poseen responsabilidades aún mayores, pero esa es otra cuestión.

    A su vez me sorprende que alguien no pueda acceder al cuerpo de bomberos por medir un centímetro menos de lo estipulado o hacer 79 en lugar de 80 abdominales y sin embargo para Ángela, “ancha es Castilla (y León)”.

    Pero cuidado, que cierto olor a nazi puede rezumar por creer que -y salirse de la oficial corrección política- no todo el mundo vale para todo.
    Cómo usted bien comenta, hoy por hoy, el límite que nos impone “la condición social de la que partimos” convierte en más sencillo que un incapaz aristócrata asuma la jefatura de un estado que el hijo del obrero vaya a la universidad –por rememorar añejas consigas-.

    Por último, por apuntarme a retorcido, a modo de retruécano, ¿no estaría su cordial compañera augurándole un prometedor futuro como concejal y donde usted oyó “tú eres un poco retorcido, Pepe Juan” ella en realidad dijo “tú eres un poco retrasado, Pepe Juan”?

    Le adjunto los versos de Jorge Drexler que le apunté en una reciente noche de verano y que me recordaban a aquellos de Benedetti en los que celebraba la primavera, así como un enlace para que los disfrute en su versión sonora.

    Como siempre, reciba mi respeto y cordialidad en el saludo.

    “Mirando desde mi balcón
    las transeúntes
    haciendo de cuenta que estoy tomando apuntes
    Y ella busca algo en su cartera
    y yo me digo ya llegó la primavera.

    Y la maceta enfrente se llenó de brotes
    y allá abajo el barrio se llenó de escotes…”


    http://www.youtube.com/watch?v=aU9gzRy2dQc

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  2. Estimado don Manuel.
    No sé donde he oído que la importancia de un hombre se mide por la grandeza de sus enemigos. Si este aforismo fuera cierto mi importancia sería cero... si usted no existiera, pues parece empeñado en mostrar las palaciegas maneras de cierto ex presidente de la autonomía canaria, que junta el halago, que se pretende amigo,con el sutil pero no menos contundente garrotazo.
    Retrasado sé que soy en determinadas materias (la profesión siempre nos ronda don Manolo) que ya nunca recuperaré y quedarán en mi limbo. Cada día miro a los ojos de doña Limitaciones, que muestra carita de hastío.
    El poema que usted pone no es el que yo decía en la noche estival que compartimos. Este es el bueno. Un abrazo muy cordial para el renacentista señor de la torre azul y su familia.

    "En primavera
    cuando surgen
    las consabidas muchachas de ojos verdes
    y el nuevo viento agita con esperanza
    antenas y divisas y follajes
    y cada miserable sobretodo
    vuelve a su ropería monacal
    y los escotes rebosan de golondrinas
    es fácil creer en Dios
    y en los horóscopos
    proporcionar migajas a los mendigos
    complejos vitamínicos a las palomas
    salpicarse sobriamente de optimismo
    o imaginar que por los hilos del telágrafo
    viajan canciones pegadizas
    y más o menos insurreccionales".

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