domingo, 11 de noviembre de 2012

La huelga general. Entre la historia y el presente.


1789. Todo el mundo ha oído hablar de la Revolución Francesa. En el imaginario colectivo está el asalto a la Bastilla, las guillotinas, curas y nobles aterrados, etc. Sin embargo lo que menos gente sabe es que en el origen de tan emblemática revolución está la llamada "revuelta de los privilegiados". Lo cuento.
Ante la situación de quiebra de las finanzas francesas Luis XVI plantea que los dos estamentos privilegiados, la nobleza y el clero, que suponían no más del 5% de la población, paguen impuestos. Estos señores, ante lo que consideraban una agresión intolerable a un derecho secular que hundía sus raíces en la Edad Media, se oponen frontalmente a la pretensión del ministro de Hacienda (Calonne) y convocan una Asamblea de Notables donde se da cita lo más granado de ambos estamentos (los más ricos). Esta asamblea solicitó (dando un paso en falso) al rey la convocatoria de los Estados Generales. En este cónclave, que se reunía con carácter excepcional (la última vez había sido en... ¡1614!), estaban representados aparte de la nobleza y el clero el denominado "tercer estado" o "pueblo llano" (cajón de sastre que englobaba desde burgueses adinerados a campesinos pobres). El número de representantes del pueblo llano (95% de la población) y el de los privilegiados (5%) estaba casi a la par, unos poquitos más para el pueblo llano. Pero había truco en la metodología de la reunión. Cada estamento se reunía por separado, debatía los asuntos en cuestión, votaba, y llevaba una postura única del grupo. No hay que ser un lince para darse cuenta de que la alianza nobleza-clero pondría un marcador de 2 a 1 casi siempre. Por eso el tercer estado pidió el voto nominal en reunión conjunta, hecho al que, por supuesto, se negaron en redondo los otros dos estamentos. Ante esta negativa los no privilegiados decidieron irse al frontón de Versalles y constituirse en Asamblea Nacional, comenzando así ese proceso histórico que marca el inicio de la contemporaneidad y que conocemos como Revolución Francesa.
Este breve apunte histórico viene a cuento de una entrevista que leí hace unos días con Antonio Baños que ha escrito un libro llamado "Posteconomía. Hacia un capitalismo feudal". El libro no lo he leído, pero la entrevista me pareció interesante y sobre todo la idea que exponía de que estamos asistiendo a una "revolución de los ricos". La mentada revolución consistía en una voracidad cada vez más desmedida que les llevaba según el autor a "no conformarse con su mercedes sino a querer nuestro opel corsa". Este concepto de revolución de los ricos no pude evitar que me trajera a la mente la revuelta de los privilegiados franceses. No obstante sé que hay una gran diferencia. La carcundia francesa del S. XVIII realizaba un movimiento de defensa de sus privilegios. La carcundia mundial del S. XXI nos está lanzando una ofensiva brutal aprovechando el desarme ideológico de grandes sectores de la izquierda que, por ejemplo, pensaban que la lucha de clases era una antigualla y hoy en día, atónitos, ven como ese paraíso de los trabajadores llamado "clase media" está siendo desahuciado (nunca ha sido ese término más actual y dramático). Eso sí, empezaron desahuciándonos lo más importante: el pensamiento crítico, el pensamiento que cuestiona los mantras que repiten las grandes corporaciones mediáticas, que dejan a Goebbels al nivel del betún. Para que usar la brutalidad si la sutileza, el melodrama o el foco puesto en el lugar que a "ellos" les interesa, puede dar mucho mejor resultado. Un ejemplo: cuando se hace una encuesta en España sobre líderes mundiales siempre sale como el peor valorado Chávez. El foco caricaturizante de la inmensa mayoría de los medios españoles ha dado sus frutos. Hay que romper su dominio del pensamiento, lo que los marxistas llaman ideología dominante que es siempre la ideología de la clase dominante, los plutócratas que gobiernan el mundo. La web de información "Insurgente" tiene la siguiente frase de Malcom X: "Si no estás prevenido ante los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido". O sea, amar al que te explota y vive de tu trabajo y odiarte a ti mismo y a tus compañeros de clase.
Y en esta tesitura de ricos desatados y pérdida de derechos que se van para no volver (al menos esa es la intención de ellos) llega la HUELGA GENERAL.
El día 14 yo iré a la huelga básicamente por un imperativo moral. Soy funcionario de educación y mi puesto no corre peligro. Sin embargo, hay muchísimas personas laboralmente precarizadas que no tienen la "libertad" real de ir a la huelga. Tienen la formal, pero no la real pues saben o temen que ir esa huelga puede suponerles por ejemplo un contrato que no se renueva. No nos dejemos engañar por los medios que nos hablan de la coerción ejercida por los piquetes, la verdadera presión opera de manera mucho más silenciosa en el seno de las empresas (ya incluso las empresas públicas pueden aplicar Eres). Los piquetes no son el opresor, son una mano tendida al oprimido. En un país con casi 6 millones de parados, con millones de personas abocadas a la pobreza o a subsistir con 426 euros (ayuda a la que dan vueltas y vueltas)
se burlarán de nosotros diciéndonos que "ese día y sólo ese día" hay que respetar el derecho al trabajo que recoge la desvencijada constitución que sitúa en el cajón más alto del podio el pago de la deuda, pero no alberga en ninguno de sus artículos un salario mínimo de subsistencia que asegure la existencia digna de un ser humano. Algunas personas alegan, aunque estén de acuerdo con las razones de la huelga, que no pueden permitirse el descuento de un día de salario. No digo que esto no ocurra en bastantes casos, pero me remito a los trabajadores públicos. En diciembre no tendremos la paga extra. Creo que equivale al menos a 18 días de huelga. ¿Se imaginan convocar una huelga de 18 días? La gente se llevaría las manos a la cabeza pensando en "esos locos sindicatos". El poder nos roba 18 días de salario y damos palmas, tocamos pitos y nos ponemos una camiseta negra que "aterroriza" al gobierno. Quizás perdamos un día de salario, seguro que al día siguiente de la huelga no habremos torcido la voluntad depredadora de los grandes capitalistas y sus siervos (el gobierno y buena parte de la oposición). No, al día siguiente el amanecer no tendrá una luz especial y la niebla seguirá envolviendo a muchas personas, pero quizás hallamos avanzado un poquito en sentirnos colectivo, pertenecientes a la clase de los que desde su tajo, sea manual o intelectual , fertilizan la tierra. Sí sé como me gustaría que fuera el despertar del 14 de noviembre: un estruendoso silencio que por la tarde en las manifestaciones, donde podremos estar codo con codo la gente que ha hecho huelga y quién no ha tenido libertad real para hacerla, se convierta en un clamor que les erice el vello... (perdonen la sinuosa maldad) de la nuca.
Añado una canción de Chicho Sánchez Ferlosio llamada "A la huelga". Recomiendo oír atentamente una de sus estrofas, es bastante aleccionadora.
Posdata: se lo dedico a mi amigo Carlos, ya nunca los Barça-Madrid (sí, me gusta el opio) serán lo mismo.
 
 
 

2 comentarios:

  1. Estimado Pepe Juan,
    Alegra leerlo de nuevo y créame si le digo que lo tengo a usted muy presente –también en mis plegarias, ya sabe que desconfío de su arrepentimiento de última hora-. Lo tengo muy presente, le decía, porque recuerdo nuestras tertulias “sagasetienses” hace ya unos 4 años, es decir mucho antes de que tuviéramos que salir al rescate de Rato y sus muchachos, y sin embargo, ante las incipientes medidas del bueno de ZP ya usted –por aquello de quien tuvo retuvo- arengaba a quemar contenedores ante mi alarmada mirada. Por eso me vengo preguntando qué propondría usted a estas alturas, cuando los límites de la desfachatez –referido a desvergüenza, no a falta de facherío- e inmoralidad por parte de la casta política bordean el paroxismo.

    Le digo lo que yo le acababa de comentar a Asun nada más ver, este domingo, en la Sexta el “Salvados” dedicado a la figura del Asesor, literalmente: “nada cambiará hasta que alguno de estos no pase por la guillotina”. A los pocos minutos leo en su blog su referencia a los gabachos y hojeo poco después un suplemento del periódico dedicado a los coches: desde hace 3 años todas las ventas decaen salvo las gamas de lujo o superdeportivos; y me vuelve a la cabeza la imagen incendiaria de los “sans culotte” –corríjame, escribo de memoria-.

    Una leve dicha: hoy martes 13 a la salida del instituto, a las 2, en Tomás Morales, en el paso de peatones frente al Pérez Galdós, una quincena –no más- de estudiantes, algunos universitarios, otros de medias, cortaron el tráfico durante unos 20 minutos sin ningún tipo de permiso; creando cierto caos circulatorio y en la cabeza de un “policía de proximidad” que por allí deambulaba. Ondearon banderas y consignas arrebatadoras con cierta agresividad megafónica, pero al final se retiraron en orden, convocando a la huelga y a la manifestación de mañana y disculpándose porque sabían que había muchos padres preocupados por no llegar a tiempo a recoger a sus hijos menores. De esa quincena de jóvenes 2 eran alumnas de uno de mis 2º de bachillerato, y acababan de salir de clase donde hicieron un comentario de texto sobre los desahucios.

    De ahí la dicha leve, no porque uno tenga algo que ver en su paso a la acción –es más, probablemente se manifiesten contra lo que uno representa- sino por comprobar que hay cierto sector de la juventud que no contribuye a convertir en trending topic la recién estrenada –vaya por delante mi enhorabuena- paternidad de Paquirrín.

    En fin, reitero mi alegría por el reencuentro. Salude a su familia de mi parte y reciba usted un abrazo.

    PDT. Escribo, sin temor al madrugón, a la una de la madrugada de hoy/mañana porque hoy/mañana no voy a trabajar: iré a la huelga. A la manifestación, no lo tengo claro, ya sabe usted que, a diferencia de lo que cantaba Kiko Veneno a mí no me gusta juntarme “con toda clase de delincuentes/ a veces comen en frío/ y otras en caliente”

    PDT2. Emociona ver a Chicho S. Ferlocio, siempre simpatice con él, quizás por mi admiración por su padre, Sánchez Mazas.

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  2. Repuesta urgente a mi querido Manolo.
    Simplemente por leer sus respuestas llenas de una deliciosa ironía que me ponen una sonrisa, a veces trufada con una pizca de amargura (los melancólicos somos una peste irremediable), vale la pena echarse un articulillo por aquí de vez en cuando. Yo, para que mentirle, infeliz descreído, no le tengo presente en mis oraciones, pero sí me acuerdo de usted a menudo, pensando que la "rubia" que íbamos acompartir cada vez está más ajada.
    Ya sabía de su reticencia a las manifestaciones. No obstante, permítame aclarale algo, en cualquier consejo de administración encontrará usted, en términos absolutos, más delincuentes (de comida caliente y tropecientos tenedores por supuesto) que entre los miles que espero vayamos esta tarde a la antigua (reconfórtese usted y el difunto Sánchez Mazas)Plaza de la Victoria.
    Imagino que, autista furibundo, ya lo sabe, pero por si no, le diré que don Luis Eduardo saca nuevo disco (a mi mujer se le saltaron las lágrimas oyendo un pequeño fragmento en la tele). Ya tiene un regalito que pedirle a los reyes magos austeros. En otro contexto al que vió nacer la canción, como don Luis "presiento que tras la noche/ vendrá la noche más larga".
    Por cierto, en la manifestación creo que me encontraré con don Jerónimo, como usted sabe viejo y muy querido amigo, sería para mi un placer presentar a dos curiosos intelectuales que en este espacio han cruzado palabra. Así que le impelo, si va, avíseme (aunque hoy por la huelga de consumo no podremos deleitarnos con una rubia).
    Salude a la parienta y déle un besito a la prole. Perdone que denomine a sus retoños así, pero por el camino que vamos los vástagos de la clase media... también lo tienen crudillo.
    Un abrazo Manolo.

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