jueves, 30 de diciembre de 2021

Miscelánea en el crepúsculo del año

Tomo notas en el móvil sobre noticias que leo o las ideas que me surgen a partir de ellas. Algunas mueren, otras, las menos, dan origen a algún texto y, a veces, creo que ya lo hice en otro fin de año y en alguna otra ocasión, elaboro una mixtura. Al caldero con los restos y a empezar el año con “las notas” a cero.

Empezaré, aprovechando las fiestas navideñas, que cabría preguntarse si son fiestas religiosas, aunque si que no podemos cuestionarnos que son fiestas que ilusionan a los niños con el cóctel vacaciones y regalos (ahora por partida doble con la asunción de Papá Noel). Mezclo religión, que en el caso del estado español es hablar de catolicismo, e infancia por una declaración, de hace al menos mes y pico, de la Conferencia Episcopal acerca de la pederastia en su seno en la que el portavoz dice: “son pequeños casos ¿por qué se pone el foco sólo en la Iglesia Católica?” 

“Pequeños casos” y “ el foco”.

Yo iba a centrarme en lo segundo, pero los pequeños casos llegan al menos a 251 miembros del clero y algunos seglares, según una investigación de 385 páginas del diario El País que ha servido de base al Papa Francisco, al cual fue entregada, para pedir a la Iglesia española una actuación interna. Según el periódico el número mínimo de víctimas sería de 1.237 y afectaría a 31 órdenes religiosas (tienen muchísimos centros de enseñanza) y 31 diócesis. Lo llamativo de esto no es que Francisco solicite que la Iglesia española investigue, lo que a mí me irrita y escandaliza es que en la noticia de El País solo se habla de tribunales eclesiásticos. Si en cualquier centro de enseñanza no religioso, público o privado, se detectara un solo caso de posible abuso, intervendría la justicia civil, entraría en acción una fiscalía que en la noticia de El País brilla por su ausencia. Los curas pederastas suelen ser “condenados”, por sus colegas administradores de la justicia divina, en la inmensa mayoría de los casos a retiros “espirituales” en los que “redimirse” mediante la oración.

https://elpais.com/sociedad/2021-12-19/la-iglesia-espanola-afronta-una-gran-investigacion-de-la-pederastia-con-251-nuevos-casos-aportados-por-el-pais.html

Ahora voy a lo que era mi objetivo principal: ese “foco” que sobreexpone a la Iglesia Católica. ¿No es evidente? Toda oferta religiosa es también una oferta moral. En ningún caso soy especialista en religiones, pero las tres grandes, las llamadas religiones del Libro, son un extenso catálogo de preceptos morales. Judíos, musulmanes o cristianos (todos en sus diferentes variedades) establecen de manera más o menos estricta, o laxa, una serie de mandamientos, de normas para transitar por este mundo y ganar la vida eterna. Tanto se asocia moral con religión que es bastante conocida la frase “si Dios no existe, todo esta permitido”, puesta por Dostoievski en boca de uno de los hermanos Karamazov. El filósofo Zizek reformuló la frase a la inversa: “si dios existe, entonces todo está permitido”. Plantea que la creencia en un ser superior, omnipotente, justifica cualquier acción en su nombre, si se es un instrumento del Altísimo todo está, en términos morales, permitido. Algunos pensamos que de la ecuación moral hay que sacar lo que José Saramago llamó, en un texto que escribió tras el 11S, “el factor Dios”. Más allá de premios o castigos, en vida o tras la muerte, el ser humano debe tener unos códigos de comportamiento y respeto, unas barreras infranqueables.

Y pocas barreras más infranqueables que el abuso a los menores, en cualquier lugar o contexto. Pero si ese lugar o contexto es una organización de señores, como la Iglesia Católica, que son servidores, intermediarios y propagadores de la bondad de Dios, elemento que los sitúa para buena parte de la población en un escalón moral superior, el foco tiene que adquirir una potencia casi bíblica. Y es vergonzoso que la Conferencia Episcopal quiera que las aberraciones de parte de sus miembros tengan menos relevancia que, por ejemplo, la de un entrenador de chavales cuya pederastia puede suponerle, con justeza, decenas de años de prisión.

Como estamos en Navidades no puedo abstraerme de comentar una noticia de hace tres semanas. En Sevilla existe una tienda de pastelería erótica llamada La Verguería. Tuvo la ocurrencia de poner en su escaparate un pequeño belén donde San José y el Niño eran penes y la Virgen una vagina, envueltos en su capita, con sus ojitos y su azuquita. Abogados Cristianos y VOX han denunciado al establecimiento por un presunto delito contra los sentimientos religiosos. Los Juzgados de Instrucción 15 y 20 las han admitido, iniciando diligencias previas. El Anís del Mono, según algunas teorías, parodia en su etiqueta, con el conocido primate barbudo, a Darwin y su teoría evolutiva. ¿Podría Abogados Ateos denunciar la emblemática etiqueta como ofensa a los sentimientos científicos? ¿O sería mejor sacar los sentimientos, como ofensa global y subjetiva, del Código Penal? Desde otro ángulo, es interesante observar que el ámbito de la hipotética ofensa es una tienda privada, e incluso sería acogido bajo el manto de la libertad de expresión si se produjera en el espacio público. A mí sí me resultaría rechazable (lo que no quiere decir que me pareciese jurídicamente punible) realizar esa muestra en el lugar de culto de una determinada religión, en este caso la católica, que pudiera sentirse afrentada por esa expresión.

Aunque en el título hablo de miscelánea voy a seguir con el “palo” religioso de la mano de unas declaraciones a la emisora Plaza Radio del cardenal Cañizares: “Francisco no es un Papa comunista, es un Papa cristiano que defiende la caridad, que va más allá de la justicia”. Añadió: “el comunismo es radicalmente falso”. Y remató: “si uno es comunista de verdad no puede ser católico”. No puedo negar que la caridad, históricamente, ha llegado a los terrenos donde no se esperaba la justicia social. Musulmanes y cristianos tienen entre sus deberes morales lo que se llama la limosna. En las iglesias está el cepillo y en las misas se pasa la bandeja. Pero trascendía de los templos. Recuerdo que mi padre comentaba que en la agencia de aduanas donde trabajaba, los sábados (se refería a los años 50 y 60) se ponían en el mostrador monedas de céntimo, décima parte de una peseta, para los mendigos de la zona. Imagino que existiría el pacto implícito de no servirse más de una. Creo que la frase de Cañizares enaltece, a su pesar, a los comunistas pues los equipara con el ansia de justicia social, quedándose él con el más allá de la caridad. A partir del siglo XIX, los socialistas y, los de su seno nacidos, los comunistas, hablando de lucha de clases e igualdad social (la igualdad que plantean la  revolución francesa y sus hijas de la  primera mitad del siglo XIX es la política, que ansía la emergente burguesía ante la nobleza y el clero) denuncian esa caridad que jamás indagaba, dándola como designio divino, en las causas de la pobreza. Lo sintetizó muy bien precisamente un obispo, el brasileño Hélder Cámara, que tiene una sentencia muy conocida: “Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo (caridad loada por todo el mundo incluidos los ricos). Cuando pregunto por qué son pobres, me llaman comunista (crítica implícita a una sociedad de clases donde la riqueza está injustamente repartida)”. Creo que queda claro que los dos paréntesis son acotaciones mías.

La última frase de Cañizares me llama la atención también porque, por su enfoque, parece expresada más por un dirigente comunista que por un dirigente católico. Habría sido más lógica, desde su perspectiva, la expresión: “si uno es católico no puede ser comunista”. Sabemos que una de las fricciones principales entre cristianismo y comunismo fue el ateísmo militante de estos últimos. Con respecto a esto, como posible punto de encuentro, me quedo con la postura de José Bergamín, intelectual antifascista y católico que planteó: “con los comunistas hasta la muerte… ni un paso más”.

Siguiendo con el tema socio-religioso, que se está comiendo todo el texto chafándome el título que tanto me gusta, una curiosidad: diversos medios informan de que la NASA ha contratado a 24 teólogos para estudiar como reaccionarían las diferentes religiones ante un posible descubrimiento o contacto con vida extraterrestre. Siguiendo los versos de Luis Eduardo Aute, que nos dicen “que todo en la vida es cine/ y los sueños/ cine son”, si nos aproximamos a las ficciones cinematográficas que han tratado el tema de la llegada de los marcianos, casi siempre desde una óptica bastante comprometida para la perduración de la especie humana (tiene lógica, si llegan desde lugares remotísimos, a muchos años luz, deben estar mucho más avanzados y, además en esa ocasión no creo que, como en en ese sueño llamado Independence Day, el presidente de EEUU se suba a un caza para expulsarlos personalmente), disculpen la ironía pero no les arriendo las ganancias de futuro a los 24 teólogos espaciales.

Como he hablado de comunismo en una de las noticias quiero hacer mención a que el 26 de diciembre se cumplió el trigésimo aniversario de la disolución de la URSS. Por supuesto, no voy a entrar ahora en un análisis sobre causas y consecuencias. Simplemente quiero mencionar dos aspectos: ese mismo año, el 17 de marzo de 1991, se celebró un referéndum en que se planteaba la preservación o no de la Unión Soviética. Con una participación del 80% del censo, el 77,8% de los votantes lo hicieron a favor. Nueve meses después, con el beneplácito de EEUU y sus satélites, y anunciándose por Francis Fukuyama “el fin de la historia”, la URSS estaba disuelta. Se observa que en los grandes acontecimientos, en los terremotos históricos, guste o no, la fuerza de los votos suele ser escasa. El segundo aspecto es una simple curiosidad terminológica. Con los terribles años 90 de Yeltsin y su enorme traspaso de propiedad pública a manos privadas, se hizo de uso común referirse a los nuevos ricos rusos como oligarcas. La gente de izquierdas siempre hemos utilizado ese término para referirnos a la clase dominante de nuestros países. Sin embargo, los medios de comunicación de masas no. En ellos nunca se habla de la oligarca Ana Patricia Botín o del oligarca Jeff Bezos o de Amancio Ortega, mi oligarca predilecto, que, por cierto, debería presionar para que fábricas textiles indias que producen, entre otras empresas, para Inditex, pagarán el salario mínimo legal a sus trabajadores. Según The Guardian adeudarían 41 millones de libras a 400.000 trabajadores. Amancio, entre donación y donación de máquinas a hospitales, presiona, que tú, uno de los grandes ricos (oligarca, aunque no seas ruso), puedes.

Siempre escuché que era noticia que un hombre mordiera a un perro.  O sea, sería noticia, según ese criterio, que a un perro se le perdiera un amo. Pues no. El periódico Canarias 7, hace unos días, publicó en la portada de su edición digital la localización por la Policía Local de Las Palmas de G. C. de un perro perdido en el barrio de Miller Bajo. ¿Soy un tipo insensible al mostrar mi sorpresa por esta noticia?

Una última mención: el rapero Pablo Hasel, diez meses y medio después, sigue encarcelado por delitos de opinión. Entre otras cosas por llamar lo que es, ladrón, al hijo político de Franco. Imagino que habrá herido los sentimientos borbónicos.

Casi siempre acabo los escritos y después me planteo el título. En este caso me ha sucedido justo lo contrario. El título se me subió a la chepita, acomodándose, y después estuve mucho rato mirando las seis palabras que lo componen, echando un vistazo, con cierta decepción, al cajoncito de sastre de las notas abandonadas y enredándome, desasosegándome mentalmente con la cuarta palabra. Ese “crepúsculo” tan mentiroso en lo global y tan verdadero en lo personal. Y me vino a  la mente, no soy muy original, el Ouróboros o Uróboros. La serpiente que se come su cola. El eterno retorno del círculo. El alba de un año devora el crepúsculo de otro, en una ficción humana de reinicio que me permite desearles a ustedes que el nuevo ciclo les sea venturoso y, sobretodo, saludable.


2 comentarios:

  1. En realidad este artículo me ha llevado más tiempo digerirlo, lo hice leyéndolo y separando los temas, hasta que encontré el conjunto, espero que para el próximo no se note efectos festivos, y logremos entenderlo en una leída, gracias marstro

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    1. Hola Raquel. Lamento la pesada digestión. Prometo que ganas de enredar no había, aunque tiendo a la digresión y el vericueto. Sí debo de reconocer que con un texto sé de que territorio parto, pero el recorrido y el lugar de llegada a veces hasta a mí mismo me sorprenden. En cualquier caso, en esta ocasión, creo que la "miscelánea" del título avisaba.
      Agradezco tu comentario y te digo que me queda muy lejana la maestría.
      Un saludo y todo lo mejor para este año.

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