sábado, 31 de mayo de 2014

Tamara, Ana, Carmen, Carlos y los malhechores: la injusticia capitalista

Voy a presentarles dos grupos de cuatro personas.

Ambos grupos se caracterizan por haber pasado por los tribunales recientemente.

El primero lo conforman Tamara, Ana, Carmen y Carlos. Las dos primeras son gallegas y los dos últimos granadinos. Les une el delito del que son acusados: actuar de manera agresiva en unos piquetes "atentando contra la libertad de los trabajadores". Nadie resultó lesionado por la actuación de dichos piquetes. No obstante, han sido condenados a tres años y un día de cárcel, lo que (al superar los dos años y no tener antecedentes) implica que ya están preparando sus maletitas para cuando el juez decida que deben entrar a cumplir un año de cárcel efectivo. Según datos que he oído, actualmente en España hay cuarenta personas que han formado parte de piquetes sobre los que penden hasta un total de ciento cuarenta años de cárcel.

El segundo grupo lo conforman Ricard, Manuel, Santiago y Juan. Los cuatro son ex directivos de la extinta  Caja Penedés (era la tercera de Cataluña). El primero, ex director general, fue condenado a dos años. Los otros tres, sus estrechos colaboradores, a un año. Al no tener antecedentes, ninguno de ellos pisará la cárcel. La acusación que se les formulaba era la de adjudicarse de manera ilícita treinta millones seiscientos mil euros en pensiones y prejubilaciones en 2010. La petición inicial era de tres años y medio para el primero y tres años para el resto de los encauzados. Cuando al final decidieron devolver (después de apropiárselo durante cuatro años) veintiocho millones seiscientos mil euros, el juez decidió la rebaja de las condenas, lo que, al ser inferiores a dos años, los exonera de ir al trullo.

¿Si yo mañana consigo llevar a cabo mi soñado proyecto de atracar el Banco de España y me llevo treinta milloncetes de euros de nada y los devuelvo en 2018, después de haberme rentado un dinerillo, consigo evitar en engorroso trámite de pasar una temporadita acogido en un institución penitenciaria?

Después de la amarga ironía llega la moraleja: si usted lucha por los derechos colectivos de los trabajadores activamente, usted es mucho más nocivo y peligroso (hay que secuestrarlo de la sociedad, de su entorno y encerrarlo) que si usted, buscando única y exclusivamente su beneficio propio, roba más de treinta millones de euros.

Me parece una hermosa lección de justicia capitalista.

No sé si con razón, pero se me han venido a la mente dos versos de la "Canción del elegido" de Silvio Rodríguez:


"lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida
."





1 comentario:

  1. Interesante reflexión, Pepe.

    "Y hay que quemar el cielo si es preciso
    por vivir"

    Si te dejan, claro.

    Un saludo.

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