martes, 10 de mayo de 2022

Un archipiélago, una isla y un preso en el limbo

Islas Salomón es un estado ubicado en el Pacífico Sur que está a 1.500 kilómetros de la costa noreste australiana, a unos 5.500 kilómetros de Japón y a 9.100 kilómetros de la costa oeste de los EEUU. Lo conforman algo más de 900 islas, entre las que destacan seis mayores. En conjunto tiene una superficie de 28.400 kilómetros cuadrados y alrededor de 650.000 habitantes. Vamos, un lugar que, una vez lo ubicamos en el mapa tras haber oído hablar quizás por primera vez de él, asociamos con playas llenas de palmeras que se estiran hacia el mar, suave brisa, alguna tormenta vespertina y mucha placidez.

Islas Salomón firmó el 19 de abril un acuerdo de seguridad con China que, según el portavoz de Pekín Wang Wenbin, en noticia de Europa Press, plantea la colaboración entre ambas partes en materias como "el mantenimiento del orden público, la protección y la seguridad de personas y prioridades, la asistencia humanitaria y la respuesta a desastres naturales".

El primer ministro australiano, Scott Morrison, temiendo que dicho acuerdo fuera el preludio para una hipotética, y futura, base militar china en ese territorio, expresó que eso sería traspasar una "línea roja". Una línea cuyo traspaso, como todos sabemos, transforma las veladas amenazas  en tambores de guerra.

El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, declaró: "creemos que el acuerdo podría afectar a la seguridad de toda la región de Asia y el Pacífico y estamos observando el desarrollo con preocupación".

EEUU, negándose a descartar una intervención militar, por boca del Subsecretario de Estado para Asuntos de Asia Oriental y Pacífico, Daniel Kritenbrink, advirtió que actuara "en consecuencia" si China instala una "presencia militar permanente" tras la firma del mentado acuerdo de seguridad.

Debido a la reacción hostil de estos tres países al acuerdo establecí al inicio de este texto la distancia  aproximada de cada uno de ellos con Islas Salomón. Como vemos, de estos tres, el estado más cercano es Australia, aunque es importante matizar que sus principales núcleos de población, ubicados en el sureste del país, distan 3.000 o más kilómetros de Honiara, capital del archipiélago. O sea, podemos hablar de un estado ubicado en la misma zona, pero no casi fronterizo, como es el caso de Canarias, situada a apenas 100 kilómetros de Marruecos y el Sahara Occidental. No obstante, Australia, quince veces más distante, no duda en insinuar una respuesta armada si militares chinos se instalaran en ese estado soberano llamado Islas Salomón.

Con respecto a Japón decir que la distancia, como reflejo al inicio del texto, es mayor que los aproximadamente 5.200 kilómetros que hay entre la isla de Gran Canaria y esa "capital del mal" llamada Moscú. Siendo irónico, no puedo dejar de pensar con que poco se le desestabiliza la región a algún país, más habiendo sufrido, y no por alguna potencia regional, dos bombas atómicas.

En cualquier caso, Japón debería estar tranquilo, tiene tropas en su territorio de su estabilizador particular: EEUU, la tercera "pata" del taburete de la desconfianza ante el acuerdo chino-salomonense. Cierto que esta "pata", siendo lejanísima, es múltiple  y envuelve el planeta, siempre con generosidad y misión redentora. 

Decenas de bases estadounidenses en Japón y en Corea del Sur "custodian" China y el latente problema de Taiwan. Sin embargo, para estos tres países el factor que alarma la región es la hipotética (el primer ministro de Islas Salomón lo ha desmentido, lo cual no quiere decir que no pueda ocurrir) instalación de una base militar china en un territorio no colindante, e incluso muy lejano, de los estados que han expresado su desconfianza. 

EEUU nunca deja de impresionarme, los australianos y japoneses son meros lacayos, pues tiene un desparpajo y una doble moral inigualables. Para ellos, única gran potencia imperialista del planeta, es inconcebible el mundo multipolar que, con grandes dolores y mayores peligros, se alumbra. No se puede entender desde otra perspectiva que pongan el grito en el cielo ante la supuesta base China en Islas Salomón cuando ellos tienen decenas de miles de soldados en zonas colindantes al país que censuras. Tampoco podemos olvidarnos del AUKUS (acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y USA), acuerdo militar para la región del Indo-Pacífico constituido en septiembre de 2021 por los tres países mencionados y al que quizás sea invitado Japón. No deja de ser curioso que un pacto que tiene como territorio de acción básicamente el sur y el oriente de Asia y el océano que lo circunda, esté constituido por tres países de los cuáles dos (cualitativamente los más importantes) no pertenecen a la región, ubicándose a miles de kilómetros de ella. Por supuesto, huelga decir que parece que se está gestando el embrión de una OTAN del Pacífico (concepto geográfico y tremendo contrasentido) en las narices de una China que cada vez más nos será presentada como una potencia imperialista cuando, al menos a día de hoy, solo tiene tres bases militares  en otros tantos países fuera de sus fronteras: Yibuti en África; Birmania y Tayikistán en Asia.

Antes de empezar a escribir, cuando pensaba en la posibilidad de este texto, me vino a la mente otro territorio rodeado de agua, en este caso no un gran  archipiélago, sino una pequeña isla: Granada. Su superficie es de 344 kilómetros cuadrados. O sea, es más pequeña que la isla de La Gomera. Ubicada en el Caribe, está a 2.600 kilómetros de Florida. Es un territorio de 112.000 habitantes que en octubre de 1983 (en esa época no llegaba a los 100.000) adquirió el triste honor de ser el estado más pequeño, en superficie y población, en  padecer una invasión de EEUU.

En 1979 había accedido al poder, liderado por Maurice Bishop, el Movimiento New Jewel que tenía un carácter socialista y aparte de hacer esa "cosa de comunistas" (al menos en muchos países pobres) llamada campaña de alfabetización, realizó otra cosa aún más comunista, establecer vínculos estables de colaboración con Cuba en diferentes ámbitos, principalmente el sanitario.  Y el 25 de octubre de 1983, tras un conflicto dentro del propio Movimiento que acabó con el fusilamiento de Bishop, se produjo la invasión de tropas yanquis en ese país minúsculo pero, se supone, al igual que Islas Salomón, soberano. La causa esgrimida para la acción militar por Ronald Reagan, presidente de EEUU, fue la construcción de un aeropuerto de considerables dimensiones (los dirigentes granadinos decían que tenía el fin de poder albergar grandes aviones turísticos), susceptible de ser utilizado militarmente por Cuba y la URSS para ayudar con armamento a las guerrillas centroamericanas de El Salvador y Guatemala. 

El Secretario de Estado de Eisenhower, John Foster Dulles, dijo que "EEUU no tiene amigos, sólo tiene intereses". Sé que es un concepto aplicable, en mayor o menor medida, y dependiendo del poderío, al conjunto de naciones. Pero hay un matiz que siento fundamental: la absoluta carencia de escrúpulos en cuanto salen de sus fronteras, aunque viendo el gatillo fácil de muchos policías cuando el sospechoso es de piel oscura tampoco es que en el interior anden sobrados. Pero en cualquier caso sí existen más escrúpulos y siempre alardean de sus derechos y enmiendas constitucionales. 

La esencia de Guantánamo y las cárceles secretas en otros países es considerar que tu territorio es un santuario de la democracia y así, el "americano" que en casa es pulcro caballero de sólidos valores, fuera es inescrupuloso bandido y genera engendros como éste con el que quiero acabar el texto: el caso de Hassan bin Attash.

En 2002, con 17 años, fue capturado por la inteligencia paquistaní en Karachi y entregado a EEUU que tras "pasearlo" por diferentes cárceles secretas donde según sus abogados fue torturado, lo envió a esos "extraterritoriales" 100 kilómetros cuadrados que tiene EEUU en Cuba llamados Guantánamo. Veinte años después, a finales del pasado abril, el gobierno de EEUU ha autorizado su liberación cuando se encuentre un país dispuesto a acogerlo y "rehabilitarlo". Lo más grave, aún sabiendo yo que el derecho y su aplicación no están en pedestal alguno y carecen de venda y balanza, es que durante estos veinte años nunca ha sido acusado de delito alguno.  Quienes me hayan leído otros textos sabrán que casi nunca uso del resalte de frases mediante negritas. Hago aquí una excepción porque me parece que este caso tiene la esencia de la  máxima indefensión (¿sin acusación como te defiendes?) y una repugnante mentalidad imperialista que convierte al enemigo externo en alguien carente de los derechos que aplico en mi territorio, pues creo que todos sabemos que puertas adentro de "la gran democracia americana" es bastante inconcebible estar 20 años encerrado sin ser acusado de algún delito. 

O sea, en cualquier orden: archipiélago, pequeña isla o preso extranjero, siempre aplican, exasperantes e inmorales, un doble rasero.

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