sábado, 25 de abril de 2015

Tiro al negro

Hace unas semanas  una periodista cuyo nombre no recuerdo (creo que es subdirectora de La Razón), decía que era absurdo hablar de racismo en EEUU pues ostenta la presidencia del país un negro. Aplicando esa magnífica regla de tres, todos los países que han tenido a mujeres al frente de sus gobiernos han eliminado de sus realidades la discriminación por razón de sexo. En La India o Pakistán (estados donde la situación de millones de mujeres es la de una agudizada doble explotación: primera, la social, por su condición de pobres y segunda, por añadidura, la patriarcal en sociedades fuertemente machistas) gobernaron, en diferentes momentos históricos, dos mujeres: Indira Gandhi y Benazir Bhutto. La razón es bastante sencilla: por pertenecer ambas a la élite dominante y políticamente dirigente (hijas de primeros ministros) que tomó el testigo de los británicos cuando ambos territorios accedieron a la independencia. Su condición de mujeres no trascendía la categoría de la anécdota para la lucha por los derechos sociales (y económicos) de millones de mujeres pobres.
Algo similar sucede con Obama. Su presencia al frente del gobierno de EEUU no es sustancial para la lucha contra la discriminación racial, cara grosera de la discriminación social que comporta, con mayor o menor virulencia, la división en clases sociales.
Siempre he pensado que el dinero es un gran blanqueador de pieles. Los oscuros del mundo cuando manejan grandes recursos económicos empiezan a resplandecer. Reconozco que mi abanico de ejemplos no es amplio, y siempre les comento a mis alumnos que el moro mirado torvamente, con desconfianza, en un barrio, en Marbella (cénit de los tópicos) es alfombrado.
Apuntando al título que encabeza este texto, diré que en EEUU el tiro al negro es un "deporte" de vieja tradición que parece estar en auge el último año. No es descartable que esta sensación de auge también tenga que ver con el hecho de que gran parte de los seres que transitamos por las calles somos grabadores de vídeos en potencia. Las manifestaciones de rechazo que se han producido, con su escasa participación, me inducen a pensar en la acción de grupos conscientes y en una cierta pasividad de la ¿comunidad? negra. La absolución en 1992 de los cuatro policías que apalearon en Los Ángeles a Rodney King (no hablamos de asesinatos, como en la actualidad) generó, aunque sólo fuera en forma de brote de ira, enormes disturbios. Las protestas actuales están siendo mucho más limitadas. ¿Estarán esperando el resultado de las causas judiciales abiertas? Gran error. Sólo la acción decidida, continuada y masiva de la población en la calle, puede enfrentar la brutalidad policial que impera en EEUU. Y no es una acción que concierna a la ¿comunidad? negra, sino a las clases o masas populares (suena raro este "viejo" concepto rojo, desechado por el "nuevo" ciudadanismo del mester de progresía). Encierro entre interrogantes el concepto comunidad negra pues me planteo que tienen que ver los afroamericanos encarcelados en EEUU con, por ejemplo, la comunidad de deportistas o actores negros de élite que, salvo excepciones, dan la impresión de desconocer sus orígenes a la misma velocidad en que se incrementan sus cuentas corrientes. En algún caso, ese acceso a la riqueza va de la mano de la ostentación más obscena e irritante, desde mis fobias, claro. El boxeador Mayweather, mientras muchos de sus "hermanos" (esta expresión es norma de trato habitual entre los negros de EEUU) viven encarcelados, en la pobreza o son tiroteados, se fotografía en la cama, con él de fondo, en un primer plano de tongas de billetes o va a usar para su próxima pelea contra el púgil filipino Pacquiao, enésimo combate del siglo, un protector bucal hecho de escamas de oro, diamantes y billetes valorado en 23.000 dólares. Reconozco que el moralista imperfecto y sanguíneo que habita en mí detesta esos alardes pueriles de riqueza en la misma medida que simpatiza con la discreta brillantez. Obviando la bolsa demencial de alrededor de 100 millones de dólares para cada uno por un máximo de 36 minutos de pugilato, deducirán ustedes que, desconociendo el grado de chulería de un Pacquiao que salda las cuentas de sus orígenes de niño de la calle haciendo obras de caridad, ardo en deseos de que el asiático de buena cuenta de este Tio Tom enriquecido del siglo XXI, que queda reflejado en este párrafo de un texto de Malcom X del año 1963:
"Igual que el amo de aquellos tiempos usaba a Tom -al negro doméstico- para mantener a raya a los negros del campo, el mismo viejo amo tiene hoy a negros que no son mas que tíos Tom modernos, tíos Tom del Siglo XX, para mantenernos a raya a ti y a mí, para tenernos controlados, mantenernos pasivos, pacíficos, no violentos... ". 
Quiero acabar haciendo una reflexión sobre la foto de Esperanza Aguirre con una mujer negra de pelo níveo que circuló hace unas semanas. No sé cuál de las dos componentes de la imagen me resulta más hiriente: Aguirre por pensar, probablemente con fino olfato, que ese gesto puede darle, por mínimo que sea, un rédito electoral por la vía emotivo-solidaria o la señora que se abraza sonriente a un personaje público, sabiendo que ese abrazo no nace de un sentimiento sincero y, además, presta su imagen de una manera indecorosa, convirtiéndola en un símbolo de empatía con los inmigrantes. Cuidado. Desconozco si la señora es española o no, analizo lo que, desde mi punto de vista, la foto quiere fijar en nuestro imaginario por si misma.


2 comentarios:

  1. Raúl Domínguez Guerra
    Alumno de 2º Bach- D del IES Pérez Galdós
    He elegido esta entrada del blog por parecerme un tema interesante y muy actual, ya que por desgracia estamos viendo constantemente en la televisión noticias sobre tiroteos y enfrentamientos entre la policía y la población de raza negra residente en EEUU.
    En la primera parte de la entrada hace referencia a una pregunta que seguro que muchas personas se han planteado en algún momento, ¿cómo puede ser racista un país en el que su presidente es de raza negra?
    Me parece una reflexión muy interesante la que hace usted al respecto; en contra de lo que solemos pensar, no es tan importante el color de la piel, sino que hoy en día prima más la economía que la raza. En el caso del presidente de EEUU podríamos estar hablando de que la gente tiende a “olvidar” que su presidente pertenece a la raza negra por el simple hecho de ser quien es, algo que no ocurre con los jóvenes que son asesinados en las calles, los cuales pertenecen a una clase social claramente inferior.
    Como menciona usted, no es un problema que debiese afectar únicamente a la población de raza negra por considerarse los únicos afectados, sino que incumbe también a las clases populares aunque apenas sean conscientes de ello. En mi opinión la única forma de conseguir un cambio social a gran escala, como es necesario que suceda en EEUU, es mediante la unión de todos los afectados directa o indirectamente, porque si unos pocos luchan mientras otros muchos se dedican a grabar lo que sucede sin tomar parte de esta lucha, que en cierta manera les influye, ¿cómo pretendemos que aquellos a los que todas estas revueltas no les quitan el sueño nos tomen en consideración?
    Como bien recalca, no observamos signos de unión ni entre la propia población negra, ya que como he comentado al principio, un alto poder económico hace olvidar a la mayor parte de la gente sus raíces. El caso del boxeador Mywheather, me parece un claro ejemplo de lo mencionado, además de un caso excepcional de egoísmo y egocentrismo, ¿cómo puede una persona hacer semejante ostentación, como puede permanecer inmutable ante tantos casos de desigualdad y pobreza extrema, sabiendo lo que es vivir rodeado de desgracias?
    Y es que en mi opinión, las personas olvidan fácilmente cuantos esfuerzos tuvieron que hacer para salir de situaciones difíciles, cuantas veces recibieron ayuda y cuantas veces se la negaron necesitándola, cuando deberían llevar esos recuerdos grabados en lo más profundo de su memoria. Esas personas son las que deberían tener presente cuanto bien puede hacer una mano amiga en el momento adecuado, pero no solo ellos, sino que todos deberíamos centrarnos en ver cuáles son nuestras prioridades, porque volviendo al tema de la entrada, hemos podido ver numerosos videos e imágenes en los que se ve a chicos siendo acorralados, golpeados, tiroteados… pero, ¿en cuántos de esos videos e imágenes se ve a alguien intentando evitar una desgracia?
    Desde mi punto de vista, estas situaciones no se deben a problemas de racismo o de clases como se suele pensar, sino a una falta de empatía total y a una pasividad por parte de la mayoría de la población que no entiende de razas o dinero sino que solo entiende del egoísmo de pensar que algo que no nos suceda directamente a nosotros, es algo que no puede afectarnos, hasta que por desgracia lo hace.

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  2. Ciara García Cruz.
    Alumna de 2° de bach. C en el IES Perez Galdós.

    Cuando comencé a leer este texto, inmediatamente me chocaron los actos que en él se reflejaban. ¿ A estas alturas del siglo XXI siguen habiendo actitudes racistas y machistas? Desgraciadamente sí. Los prejuicios que dichas actitudes han implantado en la sociedad se han agarrado de tal manera que, por mucho que pasen los años y cambien las mentalidades, son muy difíciles de arrancar. Por otra parte, EEUU, país de las libertades. Ese que presume de ser en el que mayor cantidad de étnias y culturas conviven, ahí es donde mayores actos de racismo se viven. ¿Hipocresía? Pues sí, y además con todas las letras. Un pueblo que presume de patriotismo, pero que no se acuerdan de sus raíces. ¿Acaso no tuvieron ellos que aniquilar a un pueblo entero para asentarse en el lugar que hoy llaman hogar? ¿Acaso no presumen de ser un país igualitario y cada día se ven manifestaciones del pueblo negro en contra de la violencia policial? Si es que en este mundo nadie mira por nadie sin querer recibir nada a cambio. Lo que queda claro es que, independientemente del que esté al frente del país, los problemas internos de éste como por ejemplo los que se exponen en este texto, seguirán existiendo. Y otra cosa, ¿realmente es importante el color de tu piel, tu sexo o tu orientación sexual para ser alguien en esta vida, o lo que es peor, para que te respeten?

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