martes, 21 de abril de 2015

Salvar al soldado Willy

El soldado (de la revolución mundial) Willy Toledo es un quijote, un orate que allá donde hay amables instituciones internacionales como el BCE (Banco central de la Esperanza), el FMI (Fondo Moral Internacional), la OTAN (Organización para la Ternura del Atlántico Norte, ¡qué se extienda por todos los océanos del mundo!) ve, en el frenesí de sus alucinaciones, maquiavélicos entes al servicio de lo que, anclado en el delirio bolchevique, denomina oligarquía. Willy de la Mancha, recalentada su testa por la bacía, piensa que son sanguinarios gigantes esos enormes pero apacibles molinos que triturando el grano alimenticio benefician a la humanidad.
Pero tranquilidad. La operación "Salvar al soldado Willy" ya está en marcha. En las últimas semanas, peregrino por diferentes cadenas, es entrevistado por comprensivas damas sonrientes que me sitúan en el momento en que esa madre universal, tan vieja y tan sabia, ante nuestra pertinacia en el error, nos mira con toda la ternura que cabe en el mundo. Ellas no se ríen de ti (acaso se ponen ligeramente severas, ceño fruncido y mohín mediante, cuando te reconvierten ante tu pecado mortal cubano-venezolano). No son como esos airados que inundan la red clamando por tu locura capaz de cuestionar que el territorio hispano sea democrático. Esas mujeres bondadosas te lo muestran diáfano, refulgente: "Willy, estás aquí y puedes decir lo que quieras". Recuerdo que en los transicionales años 70, tú aún eras muy crío, el cómico Fernando Esteso, antecesor junto a Pajares del torrentiano humor de brocha gorda, lo dejó meridianamente claro: "ahora ya se puede largar" nos aleccionaba tan carente de sagacidad como sobrante de malicia cazurra. Se puede largar es sinónimo de democracia. Te lo corroboran esas diosas de la información: puedes generar una eclosión de sapos y culebras contra el menos malo de los sistemas posibles, el capitalista, ese que siendo soberano indiscutible, nunca tiene responsabilidad alguna en el sufrimiento humano que existe en el mundo.
No puedo dejar de soñar con un acto público multirretransmitido en el que, bajo el título "la conversión de Willy" o "Willy salvado", al modo de los locuaces predicadores norteamericanos, con la mirada arrobada de sus madrinas mediáticas, tras renunciar al culto a la triada de los ángeles caídos (Fidel, Hugo y Nicolás), Willy, limpio de los odios de clase, será acogido entre cánticos, en la seráfica comunidad de los creyentes.
Sí, Willy, déjate salvar o renuncia a aguantar el asco de su condescendencia. Lúcido, lo tienes claro. En una de tus apariciones explicaste que apoyas al líder IU Alberto Garzón, pero estimas que debes mantenerte al margen pues quizás lo perjudicarías. Vivimos, aunque duela, en un sistema que, multiplicando las injusticias, ha logrado la muerte civil o social de quiénes las enfrentan desde la necesaria radicalidad. O sea, los revolucionarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario