martes, 12 de noviembre de 2013

La enésima catástrofe: los últimos de Filipinas

Tras el devastador ciclón el ejército filipino se ha desplegado rápidamente en el lugar de la catástrofe para... evitar los saqueos. Viendo las imágenes me pregunto: ¿qué hay que saquear? ¿cadáveres? ¿hambre? ¿destrucción?
Repugna que la protección de unos bienes materiales, cuando habrán miles de heridos y dolientes que pueden morir en horas, se convierta en la prioridad.
El estado filipino, íntegramente, tendría que estar volcado en el auxilio de los damnificados, en la lucha contrarreloj por salvar vidas. Los saqueadores pueden ser de dos tipos: o aprovechados de las circunstancias o ¿lo más probable? gente desesperada porque no llegan ayudas. En cualquier caso no son el elemento prioritario cuando el hambre y la enfermedad se enseñorean del paisaje.
La ayuda internacional.
Una locutora de radio se escandalizaba por una encuesta hecha en Francia en la que un 60% de los preguntados decían no estar dispuestos a contribuir económicamente para ayudar a las víctimas del ciclón. ¿Son ese 60% seres sin entrañas? Quizás. Pero me imagino que en ese 60% hay diferentes motivaciones. Cuando sucede una catástrofe siempre se apela al humanitarismo del particular, al óbolo, a la limosna salvadora. Ayer en la prensa salía una lista de cuentas corrientes de diversas entidades y oenegés pidiendo la donación ciudadana. Es vergonzoso que unos estados capaces de emplear decenas de miles de millones para salvar a la banca o en una intervención militar imperialista, cuando se trata de realizar una ayuda primaria, de choque (alimentos, medicina y un techo provisional), dejen parte de sus deberes ineludibles en manos de entidades privadas. En Haití, cuando ocurrió el terremoto, la ayuda médica mejor y más estable fue la del estado cubano.
La ONU pide movilizar recursos por 225 millones de euros para 11 millones de afectados (la descomunal cifra de 20 euros por afectado). La ridiculez queda acentuada si pensamos que el Real Madrid gastó 100 millones en Bale. ¿Es inconcebible o imposible crear un fondo de garantía mundial para actuar urgentemente ante catástrofes brutales que afecten a poblaciones especialmente empobrecidas?
Siempre queda la opción que le escuché al presidente de Filipinas don Benigno Aquino: rezar.
 
 
Una peligrosa saqueadora

3 comentarios:

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  2. Viendo este artículo, cada persona se da cuenta de como está el mundo hoy en día. A pesar de la catástrofe, todavía hay gente que piensa más en lo material y en sí mismo, que en ayudar a las personas que verdaderamente lo necesitan, y que con tu ayuda estarán eternamente agradecidos. Todavía no me explico como, el ejército filipino, desplegó sus tropas para... EVITAR LOS SAQUEOS! ¿Pero qué pasa? ¿Su propio País está destrozado y lo primero que piensan es en los saqueos? ... Pues sí, este es el mundo en el que vivimos... Egoísta.
    Con respecto a la encuesta hecha en Francia en la que dice que más de un 60 % de la población no ayudaría económicamente a las familias perjudicadas, puedo decir que entiendo que varis familias francesas no ayuden, por la crisis, por no tener suficiente dinero, por no ser familias de clase alta y un sinfín de etc… Pero lo que no estoy de acuerdo es que, gente rica, familia rica, que tiene millones e incluso billones de euros, no decidan dar ni un jodido euro ante estos tipos de catástrofes. E incluso me rio irónicamente, cuando muchas de estas personas que van de subidas por tener una mansión y cuatro coches lujosos, dicen que todos tenemos que ayudar económicamente para que estas familias puedan salir adelante… ¿Qué? Yo, por supuesto que daría dinero a esas personas, porque tengo moral y entiendo perfectamente lo que pueden estar pasando, pero que me lo digan gente con ese tipo de clase social y que ellos , no suelten ni un duro… me repugnan.
    Y lo que me hace gracia también, es… como dice usted , se gastan 100 millones!!, en un jugador de fútbol y la ONU solo pide 225 millones de euros para 11 millones de afectados , en la que la cifra estaría en torno a 20 euros por persona ( una verdadera porquería , al ver el desastre…). Como le he dicho antes, señor José Juan, estamos ante un mundo, una sociedad, una vida… injusta y egoísta.
    Saludos.
    Cristo Rivero Pérez, 2ºBachillerato E . Ies Peres Galdós.

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  3. Y nos decía Nietzsche que seremos superhombres cuando entendamos que Dios no existe. Ahora me pregunto ¿entonces en estos casos que hacemos? ¿Nos volvemos locos? Rezar es la única opción ante semejante panorama. Parece irónica tanta humildad que se nos hace llegar para, a la hora de la verdad, cambiar el canal de la tele porque una tragedia ocurrida a tanta distancia no nos afecta. Se detecta perfectamente los dos tipos de personas que desenmascaramos en una situación como esta. Por un parte, gente que se debate entre la vida y la muerte, que necesita ayuda -ya no solo para recuperar sus bienes, que supongo que es lo que menos les importaba en ese momento, sino para sobrevivir-; por otra parte, aquellos a los que les sobran los millones pero que no son capaces ni de donar 20 míseros euros. Es este momento cuando la desesperación se multiplica, cuando comienzas a replantearte si realmente la gente es tan humana como quieren aparentar ¿Por qué cada país no hace un donativo a aquellos que en algún momento determinado sufren semejante desgracia?

    Encontramos cada día en los informativos un nuevo caso de corrupción… A esos tantos que roban les diría que ya que roban, que sean un poco más solidarios. Ahora paremos a reflexionar, ¿qué pasaría si eso ocurriera en nuestro país? Ah, ahora sí que las ayudas económicas internacionales son, más que necesarias, exigidas.

    Es aquí donde afloran los intereses personales de cada uno, donde vemos cómo se prefiere una satisfacción económica a la personal. Con lo mínimo que se hubiera aportado, se habría ayudado a miles de millones de heridos que, tras el ciclón, lo perdieron todo.

    Un saludo.
    Sara Torres. 2º Bachillerato D

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