viernes, 4 de octubre de 2013

Profesores de Baleares.¡Viban los compañeros!

Desde el 16 de septiembre los profesores de las Islas Baleares han mantenido una huelga indefinida. En estos tiempos de huelgas testimoniales, chiquitas,  que generalmente no osan ir más allá de un par de días, me parece cercano al heroísmo que estos compañeros se hayan planteado un pulso, a priori,  tan desmesurado. Cuando leí la noticia de que en Baleares los enseñantes planteaban una huelga sine die, el docente archipielágico  (canario) que es quién esto escribe pensó que se habían vuelto locos los colegas, que iban a ser masacrados principalmente por dos razones: la primera, endógena, por la propia enormidad del desafío; la segunda, exógena, por una coalición (circunstancial) mediático-familiar que, apelando al sacrosanto derecho de los niños a su enseñanza y sabiamente azuzada por la mayoría absoluta del PP en Baleares, mataría socialmente a los profesores. Pero no. Al menos por ahora. El 29 de septiembre sobre 100.000 personas salen a la calle en una, sin exageraciones de ningún tipo, auténtica marea verde. Canarias tiene alrededor de 2.100.000 habitantes, Baleares la mitad, 1.088.000. Aquí se manifiestan en defensa de la enseñanza pública, lo veremos el 24 de octubre, 200.000 personas, y del subidón nos da un telele a más de uno. Fíjense en un dato: en Canarias hay poco más de 20.000 docentes, en Baleares debe haber 10 ó 12.000. En esa manifestación los profesores eran una gran minoría, la lucha se transforma en una reivindicación de la sociedad balear en su conjunto.
A los estúpidos que hablan de la mayoría silenciosa que no se manifestó recordarles un dato: el PP, sobre un censo de 35.000.000 de votantes, sacó en las elecciones de 2011 mayoría absoluta con alrededor de 11.000.000 de votos. ¿Qué pasa con los 24.000.000 que se abstuvieron o votaron a otras opciones? ¿Son silenciosos o gritones?
Bauzá, presidente balear, o es tonto (mayorías absolutas aparte) o, lo más probable, quiere entontecer. Dice: "la huelga tiene un trasfondo político". Dense cuenta que le atribuye a la política, de manera soterrada, una especie de malignidad intrínseca. Bauzá bebe en las fuentes de Franco, que le aconsejó a un ministro atribulado: "usted haga como yo, no se meta en política". Serán descarados los profesores baleares... Hacen una huelga "política" contra una "ley" educativa ¡Qué osadía! El PP, cuando se pone húmedo, sueña con votantes apolíticos.
En algún otro texto ya he hecho referencia a la máxima de Danton: "¡Audacia, más audacia, siempre audacia!". Nunca más adecuado citarla, en reconocimiento al valor de los compañeros, que ahora. Por cierto, quizás su triunfo no dependa sólo de ellos, que ahora mismo son un ariete. En cualquier caso, en este ambiente algo mortecino, son un ejemplo vivificador.
Aclaración para posibles escandalizados, si es que han llegado a estas alturas del texto. La segunda parte del título hace referencia al poema Pedro Rojas del poeta comunista César Vallejo. Lo añado aquí. No se si viene al caso. Júzguenlo ustedes. A mí, como la lucha de los compañeros de Baleares, me emociona. Y eso me basta.
 
III
  PEDRO ROJAS
Solía escribir con su dedo grande en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas»,
de Miranda de Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.

Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!
Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!
¡Abisa a todos compañeros pronto!

Palo en el que han colgado su madero,
lo han matado;
¡lo han matado al pie de su dedo grande!
¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!

¡Viban los compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con esta b del buitre en las entrañas
de Pedro
y de Rojas, del héroe y del mártir!

Registrándole, muerto, sorprendiéronle
en su cuerpo un gran cuerpo, para
el alma del mundo,
y en la chaqueta una cuchara muerta. .

Pedro también solía comer
entre las criaturas de su carne, asear, pintar
la mesa y vivir dulcemente
en representación de todo el mundo.
Y esta cuchara anduvo en su chaqueta,
despierto o bien cuando dormía, siempre,
cuchara muerta viva, ella y sus símbolos.
¡Abisa a todos compañeros pronto!
¡Viban los compañeros al pie de esta cuchara para siempre!
Lo han matado, obligándole a morir
a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquél
que nació muy niñín, mirando al cielo,
y que luego creció, se puso rojo
y luchó con sus células, sus nos, sus todavías, sus hambres, sus pedazos.

Lo han matado suavemente
entre el cabello de su mujer, la Juana Vásquez,
a la hora del fuego, al año del balazo
y cuando andaba cerca ya de todo.

Pedro Rojas, así, después de muerto,
se levantó, besó su catafalco ensangrentado,
lloró por España .
y volvió a escribir con el dedo en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas».
Su cadáver estaba lleno de mundo.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario