viernes, 11 de octubre de 2013

El Dia Nacional de España. Mirando con vergüenza a América y de reojo a Cataluña

El 12 de octubre se celebra la Fiesta Nacional de España,  que está regulada por la Ley 18/1987, de 7 de octubre.
Su artículo único indica:
Se declara Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre
y en la exposición de motivos se explica que
La fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.
Esta ley la elabora el PSOE, que en esas fechas tenía, con mayoría absoluta, el gobierno del estado español.
El texto tiene su miga. Habla de la "integración de los reinos de España". En primer lugar, al no existir previamente España era imposible que se integraran los reinos de España, si acaso podría ser más adecuado hablar de la integración de los reinos de la Península Ibérica. De todas formas, el término integración es bastante equívoco. Desde mi punto de vista la integración es algo que se realiza desde la voluntariedad. O sea, desde la libertad. En el caso de Castilla y Aragón es cierto que se da una unión dinástica con la boda de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Es importante destacar que cada reino mantuvo intocables sus instituciones propias. El reino de Granada no se integró, fue anexionado en una guerra de conquista. Hablar de una reconquista "española" ante los extranjeros musulmanes de casi 800 años, desde inicios del siglo VIII a fines del siglo XV, es ridículo. Ningún historiador serio lo sostiene hoy en día. En 1512, como colofón, fue conquistado el pequeño Reino de Navarra.
El artículo único de la ley culmina diciendo que se "inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos."  Bonito eufemismo utilizó el PSOE para enmascarar una expansión colonial a sangre y fuego. Apenas 8 años después de abandonar (formalmente) el marxismo como guía ideológica, son capaces de falsear, con un lenguaje deliberadamente falaz, lo que intentó, y en parte se logró, ser la aniquilación de unas civilizaciones, con sus diversos grados de desarrollo, milenarias. La cristianización era la excusa, pero la avaricia, (en dos siglos casi vaciaron el centro y el sur de América de oro y plata) era el norte que les guiaba. De unos socialistas yo espero una lectura histórica acorde a su ideología liberadora, que nace precisamente de la certeza de que la historia del ser humano (no hablo de la prehistoria) es la historia, hasta hoy y probablemente por mucho tiempo, de un saqueo casi perpetuo. La lengua y la cultura castellanas, la conquista de América es empresa de la Corona de Castilla, entraron en las entonces llamadas Indias como un elefante en una cacharrería. Se "proyectaron" a golpe de látigo y espadazo. Esclavizando indígenas y dando origen, con posterioridad, a la mayor de las migraciones forzosas que ha visto la humanidad: el tráfico de esclavos del continente africano hacia América.
Estos hechos podemos vestirlos con preciosos oropeles, pero la náusea y la sangre subyacen, y en buena parte de América Latina, esas heridas han aflorado, se ha sacado a la luz la historia pequeña, la de los humildes, y se han derrumbado las fachadas culturales de cartón piedra.
El 12 de octubre es el Día Nacional de España, la ajada "madre patria" de mi infancia y juventud. Es lamentable que el estado español celebre como día nacional el inicio de lo que fue una masacre y un expolio. Mi mente tiende a la ensoñación y a veces en su febrilidad imagina al PSOE sacando en 1987, ante el pasmo generalizado, un decreto declarando Día Nacional de España al 14 de abril, al primer intento de modernización de una pequeña burguesía ilustrada (su principal exponente sería Azaña), que quería llevar a la mayoría de los españoles, tradicionalmente caciqueados por curas y señores, al colegio.
Este año la fecha está "contaminada" por el "desafío catalán" (término usado por los, abrumadoramente mayoritarios, mass media conservadores). El foco no está en el desfile armado con el que se celebra la antes mentada proyección lingüístico-cultural, sino en la convocatoria realizada en Cataluña por los unitarios del PP y Ciutadans, que se reivindican españoles en cuanto catalanes y que no plantean en ningún momento la suspensión de la autonomía catalana, hecho que si plantean socialistas y populares de otras zonas del estado. Convocatoria aparte realizan los grupos fascistas, que, haciendo referencia a la constitución del 78, nos recuerdan que las fuerzas armadas son garantes de la unidad nacional. Cuando alguna gente reclama la intervención del ejército si se convoca un referéndum, está ciñéndose al texto constitucional. Nos guste o no. Quizás eso debería hacernos reflexionar sobre el carácter democrático de una constitución que avala al ejército como fuerza de intervención interna. Los unionistas tienen derecho a salir a la calle mañana y  defender su visión.  Y tienen derecho a hacer campaña, con total libertad, en la previa a un hipotético referéndum. Al igual que los independentistas o los que tienen una visión federalista. A lo que no tiene derecho nadie es a utilizar un elemento que, ojalá me equivoque, se irá colocando cada vez más como eje del debate: el miedo. Durante años se decía, con razón, que en Euskadi había gente que tenía que hacer política con una pistola en la nuca. Parece que esa etapa esta cerrada. Yo me hago una pregunta: ¿tiene más legitimidad, más ética, es menos terrorista la mirilla de un tanque si un pueblo, previa consulta, decide constituir un estado propio?
 

2 comentarios:

  1. Interesante y lúcida reflexión, con la que me siento identificado.

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  2. "Quizás eso debería hacernos reflexionar sobre el carácter democrático de una constitución que avala al ejército como fuerza de intervención interna". La oración nombrada anteriormente, da mucho que pensar y muchísimo en lo que reflexionar. Joder y tanto.

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