jueves, 30 de octubre de 2014

Intelectual: mi pequeña osadía

intelectual.
(Del lat. intellectuālis).

1. adj. Perteneciente o relativo al entendimiento.
2. adj. Espiritual, incorporal.
3. adj. Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras. 

Desde mi osadía, acogiéndome al medieval "asilo en sagrado" que tenían los perseguidos y que rige en este callejón ateo, cometo el delito de añadir a ese canon que son las tres definiciones de la Real Academia de la Lengua Española, personal y concisa, una cuarta acepción: "persona que crea, difunde o arraiga pensamiento".
Hay intelectuales que me reconfortan, que, en la extrema aridez, son mi oasis particular, pues en el combate por defender y extender mi visión de ese conflicto global, entre el dolor y el disfrute, que es la vida, me nutren de argumentos o, simplemente, ponen belleza a mis ideas. Intelectuales que, cuando sacan a la venta una nueva obra, me hacen ir, ávido, a la librería, o en un ámbito más limitado, seguir sus textos en internet, entregado a esas palabras que tanto se parecen a aquellas de las que yo carezco. Debo ser honesto y reconocerlo, ya pocas veces me acerco al intelectual que me deslumbra para aprender cosas nuevas o con el cuchillo de la crítica entre los dientes. Lo hago ¿acrítico?, para refrendar lo aprendido y dar a mis dudas la solidez de sus certezas. No obstante, sospecho que este artículo ya es un artículo viejo.
Ese intelectual al que yo venero, probablemente es un don nadie si hablamos en términos de su capacidad de crear pensamiento, comprensión u opinión. Una encuesta en la que se preguntara quién conoce al último de los acólitos de Jorge Javier Vázquez y quién a Eduardo Galeano, todos sabemos que no tendría color, que la distancia sería sideral. Se me dirá que no son elementos comparables, que se mueven en ámbitos absolutamente diferentes. Es una buena objeción. Pero para mí, para mis sueños, es un pequeño drama el predominio del pensamiento zafio.
En mi campo, el de la izquierda, que siempre ha amado (y odiado) mucho a sus intelectuales, a esos eternos abajo firmantes de las buenas causas, disminuidos por la incapacidad de filtrar su pensamiento a la sociedad, estos cumplen a menudo la función, como decía al principio, de ser un mágico bálsamo de Fierabrás usado exclusivamente para restañar los desaguisados que crean en nuestra alma los verdaderos intelectuales que, vía Sálvame o similares, permean, acudiendo a su embrujo incluso algún líder político, a amplios sectores de la sociedad. Los "salvadores" crean mucho más pensamiento, entendiendo por tal la herramienta con la que nos acercamos a la comprensión del mundo que nos rodea, que el mentado Galeano o, citando a un sujeto del campo de la derecha, el propio Vargas Llosa.
La televisión, en sus mil canales, ha acabado velando, sepultando, al intelectual referencial, que busca las cosquillas, mientras aúpa a un nuevo intelectual orgánico (legitimador del sistema dominante) que en demasiadas ocasiones huele a eso, a restos orgánicos. Hoy ninguna televisión hace La Clave, un espacio mítico y libre de cuando sólo había dos canales, en el que, previo pase de una película, se debatía del tema escogido (la gama era muy amplia) con gente educada, diversa y formada, que a menudo te aportaban, sin interrumpirse ni gritarse, incluso desde la radical discrepancia, un producto que me parece seductor y escaso: una idea volando hacia mí a lomos de la palabra bien expresada.
Me apetece acabar con una referencia al mundo en el que laboro: la docencia en un centro de enseñanza secundaria. En los 25 años que llevo ejerciendo he visto leyes y modas (perdóneseme la frivolidad del término) que me abstendré de calificar. Todas devoradas una detrás de la otra. Ya en la recta final, sólo he llegado a una conclusión. Debo ser, inmune a ventoleras pasajeras, un intelectual en clase, intentar en esta vorágine de pensamiento, no débil, sino derretido, pringoso, abrir territorios deliberadamente vedados, caminos que permitan vislumbrar una pizca de entendimiento. Porque, comunista solitario, ansiando un mundo de seres libres y cultos, no puedo renunciar, en mi minucia, a combatir la vasta ignorancia que, camuflada, se extiende bajo el exceso de información.

martes, 28 de octubre de 2014

188 a 2: la vergüenza del Imperio

Hoy, 28 de octubre, en la 69 asamblea general de la ONU, se ha llevado acabo una votación significativa, una votación que se repite desde hace más de 20 años con resultados similares. He tenido la oportunidad de verla, junto a la intervención del Ministro de Asuntos Exteriores de Cuba y del representante de EEUU, a través de TeleSur. Sí, un año tras otro, la delegación cubana presenta al pleno una resolución  que solicita que el país más poderoso del planeta levante el bloqueo económico al que somete a una isla de 11 millones de habitantes desde hace más de 50 años. Este año el resultado ha sido el siguiente: a favor 188 estados; en contra 2 (EEUU y su satélite israelí); se abstuvieron 3 microestados del Pacífico.
Un auténtico clamor mundial. Dudo que alguna otra resolución de tipo político alcanzara tanta unanimidad si se llevara a ese foro. En su justificación al rechazo a esa solicitud, Estados Unidos aludió a la falta de libertad del pueblo de Cuba. Curiosamente, o mejor, reveladoramente, su representante hizo especial hincapié en la falta de libertad para la actividad empresarial. Casi me da vergüenza repetir un argumento que, para cualquiera que no sea un ágrafo político, es de una evidencia meridiana: los Estados Unidos de América tienen, no solo relaciones, sino un trato preferencial económico con países donde las poblaciones carecen de libertades que si posee la población cubana. Un ejemplo: la monarquía petrolera de Arabia Saudi es una teocracia de corte medieval donde no existe libertad política o social alguna. Eso sí, la libertad económica empresarial está garantizada. Estos mismos Estados Unidos, garantes de la libertad, firmaron en 1953 un acuerdo bilateral con el régimen fascista de Franco por el cuál establecieron 4 bases militares en España. Son dos pequeños ejemplos de que su amor por la libertad, así, en abstracto (que por cierto, no existe), al menos en territorio ajeno, deja bastante que desear. Otro cantar es la libertad para hacer negocios o para situar bases militares que le permitan consolidar su domino en el planeta.
Cuando en el principal foro político mundial, aquél que reúne a casi todos los estados, te quedas en la más absoluta soledad, con la única, triste compañía, no del perrito faldero, sino del pitbull de Oriente Medio (2000 muertos palestinos en Gaza este verano avalan mi apelativo), ese sentimiento humano, que a veces nos dignifica, llamado vergüenza, debería hacerte comprender que tu política ha fracasado, que ese pequeño país no lo vas a doblegar ni con 50 años más de bloqueo, que esa isla situada a 90 millas de tu costa no podría mantener su forma de gobierno si no tuviera un apoyo popular importante que además tu imperialismo cimenta. Encima, ese país chiquito, rebosante de dignidad, es el que, ONGs privadas como Médicos sin Fronteras aparte, ha enviado mayor número de médicos a combatir el ébola a la zona donde esa enfermedad es una verdadera amenaza y no una anécdota numérica, como lo es por ahora en el mundo desarrollado, el África Occidental. Ese grano en tu patio trasero, con su "socialismo perfectible y que cuida a su gente", en palabras que hace unos años le escuche a Silvio Rodríguez, oh gran potencia mundial, es cada día más, dentro de sus muy limitadas posibilidades, un referente ético de preocupación por la salud de la gente que no tiene nada y de la que sólo obtendrá la única gloria que quizás, contradiciendo a Martí, no quepa en un grano de maíz: el reconocimiento. 

domingo, 26 de octubre de 2014

España no es país para consultas: tampoco en Canarias

España no es país para consultas. Ni al norte ni al ultraperiférico sur.
La palabra consulta está asociada a Cataluña y a su deseo de saber a ciencia cierta, no a través de la incierta ciencia demoscópica, la opinión de sus habitante acerca de la naturaleza de su relación con el conjunto del estado español. Sin embargo, con menos ruido informativo, quizás fruto de la enorme distancia, en el africano archipiélago canario, la geografía no miente aunque en el mapa de mi niñez nos desubicaran debajo de Baleares, también queremos ser consultados. No, tranquilidad, bicolores españoles de pro. No se les desmigaja también desde el flanco sur la indisoluble España. Los pérfidos independentistas, que haberlos haylos, son bastante minoritarios, aún, en Canarias. Los "nacionalistas" de Coalición Canaria son gente de orden, aunque últimamente el presidente del gobierno canario Paulino Rivero habla del trato colonial del gobierno español, que sabe perfectamente que esas expresiones son bravatas infundadas, pues en el vocabulario del nacionalismo burgués canario, al menos por ahora,  no existe la palabra independencia. Tampoco existe entre la inmensa mayoría del pueblo que, con la mentalidad infantil del temor a la ausencia del padre, piensa que la independencia supondría el hundimiento en las profundidades oceánicas de una Canarias ajita de tomates y plátanos. Y precisamente, no de plátanos y tomates, sino de las profundidades oceánicas en las que Repsol tiene previsto realizar prospecciones petrolíferas, a 50 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura, iba la consulta que quería hacer el 23 de noviembre próximo el gobierno de las ínsulas. Ya el gobierno central la ha enviado, previo dictamen del Consejo de Estado (por cierto, a mí, como canario, el mentado Consejo me ha ofendido, para la cuestión catalana se reunieron, supersónicos, a las 3 ó 4 horas, con nosotros esta pachorra de días ha sido insultante), al Tribunal Constitucional, esgrimiendo la invasión de sus inalienables competencias. Y eso que, para no invadir el minado terreno, la pregunta, que reza así: "¿Cree usted  que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petroleo?", es de una levedad tan grande que la soportaría hasta en ser de Milan Kundera. La pregunta lógica (y honesta para todos) debería ser algo similar a: "¿Está usted de acuerdo con que la compañía privada Repsol realice prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a Canarias?". Además, lamentablemente, el resultado ni siquiera sería vinculante legalmente. Otra cuestión es la legitimidad de desoír el pronunciamiento mayoritario de un pueblo. Pero bueno, con la apostilla "no vinculante" tienen las espaldas cubiertas, por si un pueblo, acertando, se equivoca a la hora de elegir, hecho que, más allá de la ironía precedente, no descarto, pues tengo claro que la democracia se basa en la mayoría, pero no otorga necesariamente la razón.
En Canarias existe un término, no xenófobo, defensivo: "godo". Tradicionalmente se ha denominado así al peninsular que llegaba a nuestras islas con ínfulas, con aires de superioridad, dando lecciones ceceantes al aplatanadillo de turno. No obstante, los peores godos, los que han modelado un pueblo bastante tímido ante la historia, han sido los paridos en nuestro propio territorio. El grancanario ministro Soria sería ese canario agodado arquetípico, el caciquillo político que, mientras su jefe estatal Rajoy dice en Baleares, donde el PP rechaza las prospecciones, que éstas no se harán contra la voluntad del pueblo balear, esgrime nuestra incompetencia para, no ya decidir, que sería lo lógico y democrático, sino opinar sobre un asunto que podría impactar gravemente sobre un territorio pequeño (7.500 kilómetros cuadrados) y fragmentado (ocho islas contando La Graciosa), que tiene en el turismo su "salario", su principal fuente de, desgraciadamente mal repartida, riqueza.

jueves, 23 de octubre de 2014

Cifuentes y los quemadores de banderas: acerca de las libertades de expresión

Ada Colau presentó en su momento una demanda contra la delegada del gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, porque en una declaración pública afirmó que en la Plataforma Antideshaucios había elementos "filoetarras". La jueza encargada de sustanciar el caso ha desestimado la demanda alegando que la delegada gubernamental se había limitado a hacer uso de su libertad de expresión.
Curioso y digno de alguna reflexión.
La señora Cifuentes es la responsable de los cuerpos policiales en la Comunidad de Madrid. Ser de ETA o apoyarla creo que sigue penalizado. Ella no tiene que acusar a nadie de cercanía a ETA. Si tiene indicios de que algunas personas de la PAH están en esa órbita, debería actuar con los medios de los que dispone y comunicarlo al juzgado pertinente. Si no lo hace es lícito sospechar que está, lisa y llanamente, minando a una organización que ha llevado hasta el momento una lucha estrictamente pacífica, con una acusación torticera.
Además, me parece interesante una cuestión: "filoetarra" es la acusación de adscripción a una organización concreta e ilegal, no a una ideología genérica. Me pregunto, por ejemplo, si se puede acusar a alguien públicamente, de cercanía a una organización mafiosa, sobre todo siendo un cargo público.
A mí hay otra cuestión que me parece de interés: ¿tiene un cargo público, más cuando controla parte de la maquinaria represiva del estado, la misma libertad de expresión que un ciudadano sin esa responsabilidad? Las palabras de Cifuentes no repercuten con la misma intensidad que las que junta quién emborrona este callejón que ahora usted lee. Nos guste o no, un cargo de elevado rango tiene unas prerrogativas, una posición de privilegio, de manejo de la información que, en mi opinión, implica la servidumbre de no acusar, con el eco que tienen sus palabras, gratuitamente.
Dando una vuelta de tuerca, planteo que la libertad de expresión debería implicar también, mientras no dañe a personas físicas o bienes, la libertad de acción. Lo digo porque dos jóvenes fueron condenados, a inicios de este mes de octubre, a pagar  una multa (el fiscal pedía 10.000 euros) de 900 euros por quemar una foto del rey abdicado en la Diada de 2013. Si hubieran quemado al rey de cuerpo (vivo) presente habría entendido la actuación de la justicia. Porque está feo quemar a alguien aunque ostente un cargo no electo, vitalicio y hereditario. Pero creo que la quema de la "real foto" era una manera diferente de opinar, de expresarse, de unos ciudadanos comunes. Prender fuego a la imagen del Borbón mayor supuso usar un lenguaje diferente, meramente visual, lleno de simbolismo, para expresar su rechazo a la institución monárquica.
¿Por qué el juez que dilucidó este caso no se acogió a la libertad de expresión tal y como hizo su colega con la demanda a Cifuentes? ¿Aún debemos creernos que el juez es una especie de técnico apolítico?
Pensemos en los mas altos tribunales. El constitucional cuando decide, a veces mediante ajustada votación, se convierte en un pequeño parlamento de última instancia donde predomina la ideología, el espíritu que cada uno le pone a la letra de la ley. No nos engañemos. Nadie, ni el juez ni el profesor, es independiente de sus ideas.

martes, 21 de octubre de 2014

Otegui: venganza y temor del estado español

A nivel del estado, salvo en Euskadi, la noticia fue convenientemente silenciada. Pero, por salud democrática, es importante no olvidar que en este mes de octubre se han cumplido 5 años del encarcelamiento de Otegui y cuatro compañeros más por el llamado "caso Bateragune", donde se les acusaba, en calidad de supuestos miembros de ETA, de buscar la reconstrucción de la ilegalizada Batasuna.
Otegui simboliza la venganza y el miedo del aparato estatal. Un aparato que sabe que con un Otegui en libertad, casi elevado, aunque alguien se escandalice (pero no deberían, Obama y Kissinger son premios Nobel de la Paz) a la categoría de referente moral, de pacificador encarcelado, por buena parte de la sociedad vasca, la lucha de Euskadi por decidir su relación con el estado español se va a potenciar. A medida que la sombra de ETA se diluya, la izquierda abertzale puede incrementar su ámbito de influencia, pues el sambenito terrorista dejará de ser un dique de contención. Aún tardará Otegui más de un año en pisar la calle. Sospecho que la condena de seis años y medio, ya ha cumplido más de tres cuartos, el estado va a hacer que la apure hasta el fin. En pleno auge del soberanismo catalán, aprovechando que está fuera de escena un actor principal, hay que tener el mayor tiempo posible "pacificado" el frente político vasco.
Este texto quiere poner de manifiesto que en el estado español hay presos políticos sin delitos de sangre. La paradoja de Otegui es que, desde años anteriores a ser encarcelado en 2009, ha trabajado para intentar parar un conflicto que ha causado mucho dolor (aunque sea mucho menor que el causado por los 40 años de la dictadura fascista de Franco) pero que desde hace más de un decenio tenía, por la debilidad de ETA y el creciente rechazo social a sus acciones, una intensidad baja que el estado soportaba muy bien e incluso rentabilizaba políticamente. El finiquito de una organización armada no es tarea de un día ni de un año. Ni consiste en decir que se presenten en un cuartelillo de la guardia civil con el carnet (español por supuesto) en la boca. El gobierno de Colombia lleva dos años negociando en La Habana con la guerrilla (según el argot internacional  terrorista) de las FARC la salida un conflicto que tiene cerca de seis décadas y arrastra miles de muertos. Esa negociación se está realizando incluso sin un previo alto el fuego. Pero el gobierno colombiano sabe, aunque ahora lleve la iniciativa militar, que la resolución total solo puede venir de la negociación, pues no es un conflicto con una banda de malhechores comunes, sino un conflicto con raíces políticas, que ha costado y cuesta mucha sangre.
Acabo con una idea que ya he expresado en otras ocasiones. Me pongo tan empecinado como la realidad, que aunque no convenza, siempre vence.
En el estado español, donde el fascismo (más allá del desierto donde pregonan la ONU o una voluntariosa juez argentina) sigue y seguirá impune, donde un torturador e incluso asesinos mucho peores que los etarras, no han dormido una noche en un calabozo, un hombre y sus compañeros, que trabajaban para poner fin a la violencia de decenios, de la cuál también formaba parte la tortura y el crimen de estado, es reo del nacionalismo español, ese nacionalismo que en un gesto de infinita osadía y soberbia, de necedad desconocedora de los avatares históricos, se permite sacralizar, en un artículo candado, el 2º de la biblia constitucional, dictado según Jordi Solé Tura por poderes externos al parlamento, "la indisoluble unidad de la nación española". Por cierto, el candado se torna doble con el sibilino artículo 8º que establece que las fuerzas armadas son garantes de la integridad territorial de España. Amén (o no).

domingo, 19 de octubre de 2014

Podemos: entre el cielo de la esperanza y el infierno del fascismo

Sin duda, en el estado español, el año 2014 tiene un nombre propio singular, Pablo Iglesias, y otro colectivo, Podemos.
Hace un año casi nadie podía esperar la irrupción de una fuerza política que, a mediados de octubre de 2014, con algo más de medio año de vida, tiene, según las encuestas, una expectativa de voto cercana al 20% y que probablemente todavía no ha alcanzado su techo. Han tenido un gran éxito en su política comunicativa, sabiendo aprovechar los resquicios que les dejaron los grandes medios, que vieron que Pablo Iglesias propiciaba un repunte de sus audiencias al saber conectar con amplias capas de población descontenta y desnortada. Gente en la que se mezcla el hastío del bipartito "atado y bien atado" con el enfado por la sensación de que esta crisis (frase que ha hecho fortuna), es una estafa mediante la que se ha producido un trasvase de riqueza de los más desfavorecidos hacia las élites económicas, con la connivencia de una "casta" u oligarquía política que, entre otras tropelías, en agosto de 2011, gobernando el PSOE y con el apoyo del PP, ubico, vía reforma constitucional, a la deuda en el vértice de las prioridades presupuestarias. Esa masa huérfana ha encontrado en el discurso de Pablo Iglesias lo más esencial: un atisbo de esperanza. La esperanza de lo novedoso. Un inesperado amor de edad tardía cuando ya nada se espera de la vida democrática.
Mi estado, desde el arranque europeo de Podemos, es la prudente expectativa, que incluso quizás nunca se lleve a efecto, pues dudo que puedan conseguir apoyo suficiente para gobernar. Pero puedo remitirme como ejemplo a todos los ilusionados (o ilusos) con Zapatero. Su acción de gobierno fue mostrando una política errática y un inexistente arrojo para afrontar la crisis desde parámetros diferentes a los marcados por la Unión Europea o, para ser más precisos, EEUU y Alemania. Si alguien me dice que no se podía hacer otra cosa, le diré entonces que seamos consecuentes y ahorremos gasto electoral creando en las universidades los grados de "apolíticos gestores de la política".
Cuando una fuerza irrumpe con tanto brío en la vida política de un país es inevitable que se convierta en una fuente, casi una hemorragia, de opiniones. Este umbrío callejón, ubicado en la periferia de la periferia de la polis, es una pequeña muestra de ello, pues ya he dedicado algunos textos a Iglesias y al terremoto que ha removido las dos grandes placas tectónicas de la política hispana. Los análisis sobre Podemos cubren todo el espectro ideológico. El centro-derecha ha utilizado un término que se sostiene, siempre acechante, en lo malvado y lo meloso: populismo. Los "podemitas" (expresión graciosa que al oírla me hizo pensar en civilizaciones perdidas fuera de la galaxia) serían hijos de los dioses menores latinoamericanos que han osado desafiar, con mayor o menor osadía, al gran dios único del norte, e infieles, incluso aproximarse a ese dios de los infieles llamado Fidel. No obstante, es justo reconocer que el nuevo apóstol del PSOE, mientras atiza a Podemos, "radicaliza" su discurso de cara a la galería, proponiendo, por ejemplo, la refundación de la democracia. Es una estrategia ya usada en otras ocasiones por el PSOE. El problema es que ahora, a pesar de tu apostura Pedro, tienes un competidor en el escenario que embelesa a parte de "tu" público.
Izquierda Unida sabe que hay cercanía programática. Pablo Iglesias y Monedero han habitado en sus filas. Incluso Pablo (perdonen el momento rosa y tómenlo con humor) podría intentar un acercamiento a la coalición sin salir de casa. Pero IU está desconcertada. Años de trabajo (Moralsantines, que son un obús enfilado a la línea de flotación, aparte) y llegan estos tipos con programa similar al suyo, hablando de ciudadanía y asambleas, y mediante una osada estrategia comunicacional, que gira alrededor de denunciar la "castocracia", les adelantan como un bólido, usando el argot ciclístico, con un demarraje seco. IU ha respondido mandado a su estrella emergente, Alberto Garzón, a intentar coger la rueda del escalador Iglesias y ver si colaborando coronan (o mejor "descoronan", sería uno de los objetivos) la escarpada cima.
Insisto, todo el espectro ideológico opina y hace uso de gran variedad de calificativos más o menos esperables. Pero hay uno que me ha llamado poderosamente la atención y está en el embrión, en el impulso de este texto: fascista. No me sorprende el uso del concepto en sí. Creo que se ha convertido por abuso, en no pocas ocasiones, en un mero desprestigiador de las posiciones adversarias. Lo que más me ha chirriado es que se ha utilizado desde alguna posición de la izquierda transformadora. La base para sostener esa acusación (llamar fascista siempre es una acusación debido a lo deleznable de esa ideología), es la negativa de Podemos a entrar en la dicotomía izquierda-derecha, optando por la alternativa los de arriba-los de abajo o el pueblo contra la casta. Se alega que Falange Española, o el fascismo en general, también rechaza esa dualidad. Comprendo que desde sectores de la izquierda radical (de atacar la raíz) se critique lo que puede  parecer una actitud excesivamente posibilista y electoralista de Podemos. Lo planteaba al inicio de este artículo, mi actitud es expectante. Esto, desde mi pesimismo, ya es un avance. Porque siendo honesto he de reconocer que hace un año no tenía expectativa política alguna que se saliera del erial bipartidista. Me muevo entre la ilusión cauta de que algo se mueva, en un espacio que parecía condenado a, siguiendo las palabras de Unamuno al ver las cumbres de Gran Canaria, ser una perpetua "tempestad petrificada", y la desconfianza acerca de que, llegado Podemos al poder, todo acabe en un posibilismo a machamartillo que frustre cualquier atisbo de cambio en favor de las clases populares. 
Pero una actitud es la duda o la legítima y crítica desconfianza, y otra el ataque que, usando artillería pesada, la palabra fascista lo es, linda con la deshonestidad intelectual y, porque no decirlo, una especie de fobia de la izquierda (gente que quiere un mundo más igualitario) hacia otras posiciones de la izquierda (gente que también quiere un mundo más igualitario). El malestar porque Podemos, en aras de atraer un espectro social más amplio, obvie el término izquierdas, puede, o quizás debe, ser objeto incluso de un debate ético. Pero esa barrera, la de la propia ética del debate respetuoso, nunca debería saltarse entre fuerzas que se suponen críticas con la regresión en que vivimos. 
Cargando con mis cuitas, no me escabullo. Me parece razonable que el eje, aunque las etiquetas queden borrosas, sea la vieja máxima de Julio Anguita, por la que no pasa el tiempo ni la vigencia, el famosísimo: programa, programa, programa. En un mitin he visto a Susana Díaz proclamarse "roja", en otro a Alfonso Guerra, junto al dirigente asturiano de UGT que está siendo investigado acerca de los 1,4 millones euros que blanqueó en la amnistía fiscal de 2012, con el puño, símbolo de las luchas obreras, alzado. La gestualidad de izquierdas es muy digna y merece ser reivindicada. En mi muñeca derecha llevo un cordoncito con los colores de la tricolor republicana, que es parte de mi identidad política. Pero sé que lo que haría de mí un efectivo rojo republicano si fuera un político, no sería el mitín al estilo Guerra donde me deslenguo para agitar al personal (y no rechazo las demostraciones de fervor colectivo si son honestas y no van en sentido opuesto al día a día), sino el programa político y, lo más importante y definitivo, su puesta en práctica.

viernes, 17 de octubre de 2014

Un "milhombres" extraviado


Aquí está un "milhombres" extraviado, tardío. El poema sé que es pésimo. Ahora, releyéndolo, cuando me preparaba para publicar la lámina, me ha disgustado mucho la rima.
Lo pongo en el blog porque en cambio la lámina de Pilar de Vera me parece especialmente preciosa: mezcla de intensos colores que festejan la vida y de la grisura, resignada o rebelde, del individuo sufriente. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Ébola y aritmética

Soy un amante de la aritmética perversa, de la que desvela la patraña de los filantrópicos multimillonarios estelares.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y poseedor de una fortuna de 27.400 millones de euros, anunció a través de su red social que iba a donar 20 millones de euros para la lucha contra el virus del ébola. Es el 0,073% de una fortuna que crece de año en año. 
Un dato comparativo: si una persona que gana 1.000 euros al mes, sueldo con el que una familia media tiene enormes dificultades para atender sus necesidades básicas, dona 1 euro de sus emolumentos, estaría dedicando un 0,1% de sus menguados ingresos a la lucha contra esa enfermedad. La persona que hiciera esta mínima donación, aparte de hacer una aporte porcentualmente mayor, estaría realizando un esfuerzo, comparado con el del autopublicitado Zuckerberg, enorme. 1 euro para quién ingresa 1000 al mes es un  verdadero sacrificio sin publicidad, que nace de la buena voluntad de ayudar.
El dueño de Facebook sabe que con su acción gana prestigio social. Leer los comentarios laudatorios en la red acerca de la impactante limosna me hace pensar que seguimos en tiempos donde los siervos veneran la generosidad de los amos, sin cuestionarse en ningún momento la existencia de esos amos obscenamente enriquecidos. 
Desde otro punto de vista, pero sin perderle el ojo a la pérfida aritmética, parece que estamos muy lejos aún de que exista una fuerza de acción interestatal que actúe en casos de graves crisis humanitarias por enfermedades u otro tipo de catástrofes. Los EEUU prometieron hace un mes, a mediados de septiembre, el envío de 3.000 soldados que aún no han llegado (según dicen para construir hospitales), y han estimado una ayuda de algo más de 300 millones de dólares. El costo, o inversión, de la intervención militar de más de 8 años en Iraq fue, según Wikipedia, de 845.000 millones de dólares. Lo asignado para la lucha contra el ébola, por la salud de gente muy pobre, es el 0,035% de lo empleado en llevar la destrucción y la muerte al país de Oriente Medio. Cuba, la para muchos oprobiosa dictadura cubana, el país bloqueado, ya tiene sobre el terreno 165 sanitarios y la previsión de enviar hasta un total de 400 y pico.
Un final digno para este texto sobre el ébola y el dinero. 
En el telediario del mediodía de La Sexta, el sábado 11 de octubre, alguien que no identifiqué, no miraba en ese momento el televisor, dijo lo siguiente (me di prisa en anotarlo): "La cosa va teniendo una magnitud que hará rentable elaborar vacunas para combatir el ébola". 

lunes, 13 de octubre de 2014

74 años

Casi siempre que escribo un texto cuando lo acabo le doy vueltas al título. Con este sucede exactamente lo contrario. Al empezar a teclear ya tengo puesto el conciso encabezamiento. Tan pequeño es el encabezamiento como grande es el enfado que sentí al leer la noticia.
La fiscalía pide para 14 participantes en el 15M de 2011 un total de 74 años de cárcel. Para 10 de ellos las solicitudes de pena se elevan a un total de 6 años para cada uno. Si lo trasladamos a días, que aunque parezca una tontería da un cambio de perspectiva, estamos hablando de 2.190 días por desordenes públicos e hipotéticos atentados a la autoridad a resultas de los cuales ningún agente tuvo lesión seria alguna. 
El fiscal general es nombrado por el gobierno y nadie, salvo que tenga un ataque agudo de candidez, puede dudar que el objetivo básico es sembrar el miedo, que la petición de penas tan severas es una directriz que busca el amedrentamiento y criminalización de la protesta, del hartazgo que sienten muchas personas, la mayoría jóvenes, que empiezan a darse cuenta de que están en un círculo nada virtuoso que llaman democracia. Una democracia que, curiosamente (o no), no soluciona las enormes desigualdades sociales. No. Al revés. En plena democracia, crisis mediante, los pobres se empobrecen aún más y los ricos hacen que las tiendas dedicadas al lujo hayan disparado sus ventas.
Alguien pensará, que tío más liante. Quizás. Pero en un momento en que el latrocinio y la desfachatez campan a sus anchas, a pesar de que globalmente creo que el pueblo español ha sido algo mansurrón, desde el poder pepero se nos advierte que su mano es dura, que tengamos mucho cuidadito con desmandarnos un pelín, aunque estemos enfadados y estafados (véase el rescate bancario y todos los recortes que padecemos en multitud de servicios básicos). 
Esta petición se conoce el mismo día que se sabe que al empresario que introdujo a 20.000 personas donde solo había aforo para 10.000, provocando la muerte en una estampida de 5 chicas, la fiscalía le pide 4 años de cárcel, 2 años menos que a unos jóvenes llenos de razones para estar airados. No lo olvidemos, estamos en un sistema capitalista. Una carrera donde, votación mediante cada equis años y para casita, todo es lícito para enriquecerse. Y si un día, en un ataque de dignidad, esas votaciones colocan en el gobierno una opción algo díscola (¿lo veremos en 2015?) con los principios del capital, tengo claro que vamos a saber, "atémonos los machos", lo que es una calle violenta. Chile en la lejanía o Venezuela este mismo año derraman sobre nosotros una esclarecedora luz

domingo, 12 de octubre de 2014

Breve pincelada de un 12 de octubre con algo hermoso que celebrar (para variar)

El 12 de octubre de 2014, si la "ciencia" demoscópica no falla, puede ser un buen día para los indígenas y los pobres de Bolivia y de América Latina en general. Evo Morales ganará su tercer mandato apropiándose de una fecha emblemática para los enemigos contra los que él y su gente han luchado siempre: los explotadores, los colonizadores de ayer y de hoy. Sí, eso es lo que se celebra el 12 de octubre, oculta tras las fanfarrias está el inicio de una colonización. O sea, el inicio de lo que implica toda colonización: la destrucción de unas civilizaciones que tenían una manera, con sus miserias y grandezas, de estar en el mundo. A una escala infinitamente menor, creo que lo mismo pudieron sentir muchos aborígenes canarios (los mal llamados guanches, pues estos eran solo los originarios de la isla de Tenerife). Fuerzas invasoras, técnicamente más avanzadas, que intentan borrar de un plumazo, por la fuerza, su visión de la vida. El auge de la espada y la cruz, esa férrea combinación secular de la España eterna que ha servido tanto para someter o eliminar aborígenes díscolos allende los mares, como para matar a esos indios del interior llamados rojos. Que tengan cuidado los catalanes, que se miren la piel, que pueden estar poniéndose ligeramente cobrizos. Ojo. Entiéndase la ironía, o si se quiere la boutade, que refleja el momento político de tensión entre la mayoría catalana que quiere celebrar la consulta y el estado español. Sé perfectamente que las guerras de independencia latinoamericanas fueron guerras de la burguesía criolla contra un dominio colonial que lastraba sus intereses. En ellas los indígenas, meros espectadores o carne de cañón, ni pincharon ni cortaron. Éstos empiezan ahora, 200 años después, a pinchar y a cortar algo en países como Ecuador o Bolivia. Mucha gente, con osada e infundada superioridad, se ríe cuando ve a Evo, con un poncho de vivos colores, en celebraciones rituales que invocan a los viejos dioses inexistentes que fueron expulsados u obligados a clandestinizarse por el nuevo dios igualmente falso al que veneran muchos de los reidores. Dudo mucho que Evo, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), crea en espíritus no ligados a nuestra periclitable carne. Pero Evo ha tenido claro que a la par que intentaba recuperar parte de las riquezas de Bolivia, en manos extranjeras, para mejorar la vida de los más humildes, tenía que reivindicar el orgullo, el lugar bajo el sol de unas culturas secularmente despreciadas.
quiénes todavía utilizan el desfasado concepto de Descubrimiento de América, tierra habitada desde hace al menos 15.000 años, les invito a usar otra mirada, a pensar que, desde ese momento, muchos seres de ese continente también empezaron a "descubrir", sin derecho a decidir (la cosa viene de lejos), la civilizada Europa.


viernes, 10 de octubre de 2014

Truhanes en muestra trinchera

Sé que dentro del campo de las fuerzas conservadoras hay gente honesta o al menos coherente con su forma de pensar. Estás personas defienden un sistema, el capitalista, que plantea que un ser humano tiene derecho a acumular tanto capital como sea capaz. Donde yo veo explotación del trabajador, ellos ven avezados empresarios creadores de riqueza. Conciben la vida como una especie de carrera darwinista en la que llegan a la cúspide los más fuertes y el resto queda destinado a desempeñar menesteres de menor importancia. Si el citado menester es el de cirujano, juez, o algún otro oficio que requiera elevada cualificación (aunque quizás debería empezar a hablar en pasado), sabemos que estos senderos los pueden llevar a vivir con cierta comodidad pero nunca conducen al olimpo de la riqueza. Por supuesto, quién queda en escalafones más bajos sabe que su vida no podrá estar presidida por grandes dispendios, si acaso por importantes estrecheces que a veces llevan a carecer de lo elementalPero el elemento conservador (aquí englobo a gente que probablemente se autotitularía de izquierdas), aunque sea un asalariado modestopensará que todo el mundo tiene derecho a luchar por amasar una fortuna. Yo creo, lo he escrito ya en alguna otra ocasión, que la riqueza y la pobreza deberían tener sendos límites. Pero no es de estos límites de los que quiero hablar aquí, ni de que me parezca una vergüenza que según un estudio del banco suizo Julius Bäl los diez europeos más ricos acumulen 232.000 millones de euros o que la mitad más pobre del viejo continente tiene que conformarse con un mísero 10% de su riqueza. Tampoco voy a hablar aquí de que el 1% más pudiente de la población española maneja el 20% de su economía, ni de que la hija de Amancio Ortega tiene, vía herencia, una fortuna de 5.200 millones (¿es ético heredar tanto dinero?), ni de que desde 2007 las familias de la marca España se han empobrecido un 28% (1,4 billones de euros en términos absolutos). Insisto, no lo digo yo, lo dice un banco de la nada sospechosa Suiza.
Esas personas que defienden las desigualdades aquí descritas (lamentablemente muchas, incluso dentro de la clase trabajadora), son honestas, desde mi modesto y quizás peculiar parecer, por una razón de extrema simpleza: no me engañan, no me decepcionan pues son coherentes con su pensamiento. Ni siquiera me planteo la ética de sus posiciones. Sí, soy un pelma con la ética, la mezclo con la estricta lucha de clases. Para ellos no es nada personal, es sólo cuestión de intereses, de pasta. Pero con los míos (perdona Excalibur, tú podrías alegar que han sido muy "humanos" contigo) soy bastante perro. Los quiero limpitos como una patena. Y si se ensucian habría que correrlos a hostias. No, yo no busco trabajadores con conciencia, luchadores sociales mitad monjes y mitad soldados. Creo que uno de los principales derechos del ser humano es poder disfrutar razonablemente de su estancia en este planeta. Parafraseando a Torrente Ballester, hincarle el diente a los gozos e iluminar un poquito las sombras.
Blesa, Rato y toda la carcundia bipartita que ha abusado de las tarjetas negras, esos sobresueldos ilimitados que otorgó a 86 consejeros Caja Madrid, teniendo ya algunos de ellos sueldos millonarios, no me irritan. Son el enemigo. Tienen la altivez de los poderosos, de los que circulan siempre por los salones de paso mullido y son capaces de gastarse sin pestañear 11.000 euros en vino tomándose al pie de la letra el ¡viva el vino! rajoyano.
A mí me revientan, me hacen daño, los truhanes de la que percibo, aunque sea con importantes discrepancias, mi trinchera histórica. Los considero enemigos mucho más peligrosos, más debilitantes que los oligarcas, pues destruyen, minan desde dentro ante una sociedad más impulsiva que reflexiva, un campo ya muy bombardeado por la férrea y conveniente ideología dominante del "todos son iguales".
Dirigentes de IU, de UGT, de CCOO, unidos en el despendole final tarjetero con los enemigos del pueblo, son una herida en el costado de una izquierda que sólo tiene sentido si no pierde el irrenunciable norte ético, ese que nos dice que cada ser humano debe poder vivir y disfrutar con el fruto de un trabajo digno.

martes, 7 de octubre de 2014

Breve reflexión sobre un cargo fugaz

El jueves dos de octubre el presidente de la Generalitat, Artur Mas, firmó un decreto para nombrar a los siete miembros de la Comisión de Control de Consultas designados por el parlamento de Cataluña. Este organismo vendría a ser una especie de junta electoral encargada de velar por la limpieza de la consulta del 9N. Uno de los miembros, a propuesta de Iniciativa per Catalunya  (ICV), era el catedrático de Ciencia Política Joaquim Brugué.
Cargo fugaz. Nombrado el jueves, dimite el domingo. 
Todo el mundo tiene derecho a dimitir, a irse cuando quiera, se me dirá. Por supuesto. Pero se tiene el mismo derecho a dimitir que a ser honesto. La razón alegada por Brugué para renunciar es que "la consulta no ofrece garantías democráticas". El señor Brugué, se me dirá también, tiene derecho a defender esa postura. Yo asentiré de nuevo. Pero hay un derecho que no asiste al señor Brugué: el de engañar. ¿Alguien con un mínimo de honestidad intelectual puede autoconvencerse de que el jueves, cuando fue nombrado, su pensamiento era el opuesto y estaba imbuido de la pureza democrática de la consulta ? De verdad, no creo que nadie albergue tanta candidez. La jugada, lo siento señores de ICV pues han quedado desairados, es evidente: desprestigiar el proceso, en una situación donde las contradicciones se agudizan, con una dimisión acompañada de una declaración que pone en duda la faz democrática de la consulta, no por parte, oh paradoja, de quién impide votar, sino de aquellos a quienes se niega ese derecho. Usted tenía que haberle planteado a la formación que lo propuso, por ética o simple honestidad, su duda o su rechazo, para que ésta, defensora de realizar la consulta, tuviera la posibilidad de proponer a otra persona que la representara. Usted no puede ignorar que de hecho su acción, no sólo traiciona y desprestigia a Iniciativa, sino que le da munición a los ya muy surtidos arsenales mediáticos de los enemigos de votar el 9N, para que puedan mantener el fuego graneado que presenta como antidemocrática la acción de una amplia mayoría absoluta de un parlamento que solicita, crimen de los crímenes, consultar, realizar una encuesta sin valor vinculante, donde el muestreo sea toda la ciudadanía, para saber, acerca de su hipotética constitución como estado (independiente o no), lo que opina la población.

domingo, 5 de octubre de 2014

Buscando las vueltas informativas a dos noticias luctuosas de Latinoamérica

Desde el 26 de septiembre estaban desaparecidos en el estado de Guerrero, en México, 43 estudiantes de Magisterio. Digo estaban, no porque hayan sido encontrados sanos y salvos, sino porque se han encontrado varias fosas comunes con 43 cadáveres. Entre los detenidos por estos hechos hay 22 policías locales. Es una noticia que no ha tenido especial relevancia en los medios masivos de comunicación españoles, entendiendo por estos a las grandes cadenas de televisión que abastecen informativamente el pensamiento de una parte mayoritaria de la sociedad española. Y cuando tratan el asunto, por ejemplo el informativo de Antena 3 del domingo 4 de octubre al mediodía, no veo en ningún momento que se refieran a 43 asesinatos en el México de Enrique Peña Nieto. Diluyen, a pesar de haber 22 agentes policiales (¿qué se volvieron locos?) detenidos, la hipotética responsabilidad de algún poder gubernamental. No está en mi ánimo decir, al desconocerlo, que en las bambalinas de esos crímenes se mueven instancias ejecutivas de ese país. Sí está en mi intención cuestionar como habría sido tratado por los mass media españoles el secuestro y posterior asesinato de 43 estudiantes venezolanos en el que hubieren participado 22 agentes de policía. Tras la palabra Venezuela vendría detrás, con pegamento, Maduro. La Venezuela de Maduro abriendo todos los informativos. Mi madre, que quizás por su propia situación recepciona los grandes dolores del mundo con especial intensidad, diciéndome: "¿Te has enterado Pepe Juan de esos pobres muchachos que mataron en Venezuela? ¡Dios mío, a dónde vamos a llegar!". El beneficio de la duda que le dan a Peña Nieto mutaría en otra piedra más para edificar el imaginario de la feroz dictadura venezolana en muchas conciencias, incluso como la de mi madre, bienintencionadas. Y aprovecharían, pues no dan puntada sin hilo, para sacar beneficio interno, para alejar la posibilidad de que la realidad política española se desencauce, que quiebren los hierros del raíl bipartidista, para profundizar el descrédito neutralizador en el que quieren sumir a Iglesias y Monedero como agentes a sueldo del coco bolivariano.
El 1 de octubre fue asesinado en su casa de Caracas, junto a su compañera, el diputado del PSUV (partido gobernante en Venezuela) Robert Serra. Igualito tratamiento al de los 43. Perfil bajo. Incluso insinuaciones de que pudieron ser delincuentes comunes para así quitarle al crimen su carga política y atribuirlo a la inseguridad que hay en Venezuela, consiguiendo de este modo culpabilizar de facto al propio gobierno. Imaginemos que el asesinado fuera un diputado opositor. Casi ningún ciudadano español ignoraría ese crimen y cualquier hijo de vecino, con la cabeza llena de problemas o perezoso para buscar otras vías de información, tendría la certeza de que detrás estaría la larga sombra de Maduro. Los grandes distribuidores de información crean, sobre todo en Latinoamérica, países que, si buscan una transformación social más igualitaria, llevarán como coletilla el nombre de sus presidentes y serán tratados con el despectivo término de "régimen". En la otra categoría están los bondadosos países democráticos sin apellido, aquellos de los que la inmensa mayoría de la ciudadanía española desconoce los nombres, bien cuidados por los grandes medios, de sus presidentes. 
Lo resumió magistralmente Correa, el presidente de Ecuador, en una frase destinada a perdurar: "Desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta". Y hoy el dueño de la imprenta es también el dueño de los focos televisivos y alumbra, incluso en exceso para desvirtuar, allá donde le interesa, mientras deja importantes zonas de la realidad en la penumbra.

Nota al día siguiente de la publicación del texto: los cadáveres encontrados, por ahora, son 28. Pido disculpas por el error (ojalá los 15 restantes estuvieran vivos), pero creo que no afecta al planteamiento esencial que defiendo. Saludos. 


jueves, 2 de octubre de 2014

La comida al fuego o tripitir (un cuento frustrado)

-¿Qué quieren? Tengo la comida al fuego.
Si las miradas matasen, el despacho de la jefa de estudios abriría el telediario.
En el instituto donde trabajo no es demasiado raro que cuando cuando llamas a una madre porque su criatura no está sacando el provecho debido, nos exprese, cuando el vacío no preside su mesa, sus urgencias culinarias, que habitualmente están aderezadas con las especias del cansancio y la incomprensión.
Crucé miradas fugaces con mis compañeras. Somos un trío, a pesar de la veteranía, que se acentúa en quién esto escribe, bastante bien avenido. Aún hay chispa en nuestra "relación". Dentro del marasmo, y a veces una cierta desolación, la sonrisa, y hasta la risa ocasional, no nos han abandonado. Los compañeros, algo incautos, incluso tienen la tentación de compadecernos...
Me empantané. Quedé varado lejos de la orilla.
Lo que antecede pretendía ser el arranque de un pequeño cuento paródico, desde la cotidianidad de un instituto de barrio popular donde el repetidor es un ejemplar habitual, acerca de la noticia que nos desvelaba que un individuo de 16 años, ubicado en la línea sucesoria al trono español, y no en un escalafón muy bajo, iba a ser enviado al extranjero para cursar por tercera vez ese listón insalvable llamado 2º de la ESO. Pensaba, en el delirio del nonato cuento, sugerirle a la madre de mirada asesina y comida en proceso de carbonizarse, que existía la solución, ejemplo real mediante, a la pertinaz remolonería de su vástago. Tras bucear en las procelosas aguas de internet, estábamos en disposición de ofrecerle un ramillete de prestigiosas instituciones educativas diseminadas por el orbe. 
Froilán, un individuo real (doblemente), y Kevin, un individuo ficticio que he conocido por centenares. Sujetos ambos, con capacidades intelectuales similares, pero económicas abismales. Uno deambulará por la vida con la red de los colegios caros y la economía disipada, y el otro, aunque no sea consciente, debe cuidarse mucho de no perder de vista el vacío que lo circunda, ese páramo que, siendo económico, tiene también la fea cara del hastío, del desamor, o para ser más justos, del amor errado.
Este texto nació cambado (el hermoso "torcido" de Canarias).
Como si fuera un niño chico me he enfurruñado porque, a regañadientes, tengo que admitir que las reinas magas no existen, que estoy empecinado en una utopía igualitaria, que los Froilanes y los Kevines viven sus roles con absoluta normalidad, asumiéndolos, mientras yo, extraviado en una obra digna del teatro del absurdo, sigo yendo, con el debido respeto, del brazo del poeta gomero Pedro García Cabrera y la copla que iluminó su vida:

A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene,
metí la mano en el agua,
la esperanza me mantiene.

Lástima, sería un lujazo ver el reinado de Froilán I el tripitidor.