martes, 30 de diciembre de 2014

Repatriaciones y fosas comunes: no todos los muertos son iguales

Hay trincheras y tumbas dignas, y otras que están llenas de oprobio.
Decididamente, España es país para fascistas. Un territorio en el que en muchas ocasiones a los grupos antifascistas se les tilda de extremistas o radicales, ignorantes, los que así se manifiestan, de que antifascista o antinazi sólo se puede ser desde la más estricta radicalidad. En el sentido de que esas funestas ideologías (que son la misma con ligeros matices) deben ser, combatidas, arrancadas de raíz de cualquier sociedad. 
El nazismo es una de las peores expresiones de desdén por el sentido de la palabra humanidad que ha conocido la historia. El nazifascismo, aparte de surgir como arma de ataque de una burguesía aterrorizada por el peligro comunista, es esencialmente criminal pues plantea la superioridad intrínseca de unos seres humanos sobre otros, Humanos nacidos para mandar (hipotéticos arios en Europa o nipones en Asia) y humanos nacidos para obedecer (eslavos en Europa o chinos en Asia). Sé que ese elemento ha estado presente (y lo que queda) en la historia durante milenios. Amos y esclavos. Señores y siervos. Es la esencia del devenir histórico. Y esa esencia alcanzó su culmen en el siglo XX de la mano de Hitler y sus secuaces. La consecuencia se llamó Segunda Guerra Mundial. Un conflicto que, entre 1939 y 1945, dejó 60 millones de muertos, de los cuáles 25 millones eran soviéticos. Lo he dicho en alguna otra ocasión: desembarcos de Normandía y soldados Ryan aparte, la tumba nazi empezó a cavarse en las llanuras de Rusia.  Y desde Rusia, con el amor del gobierno pepero, vía Ministerio de Defensa, son repatriados los cadáveres de los voluntarios de la División Azul que fueron a combatir, bajo las ordenes de Hitler, por una causa, más que injusta, miserable.  
Contraste. Desde 2012 el gobierno del PP no ha asignado ninguna cantidad económica para la exhumación de los enterrados en fosas comunes y cunetas por enfrentarse al fascismo y defender, aparte de la legalidad republicana, ideas de justicia social, de vida digna para cualquier ser humano. Se apoya, se facilita con erario público, el retorno de los restos de quiénes libremente optaron luchar y morir, apoyando a una fuerza invasora, por una doctrina genocida, y se ningunea, bajo la excusa falaz de la crisis económica, localizar y descubrir los restos de aquellos que anticiparon en tres años (1936) la lucha antifascista en la que se vio envuelto el planeta. 
Lo siento, pero no. Todos los muertos son iguales en su paso a la inexistencia física y en el dolor que su pérdida deja en sus allegados. Pero no todos los muertos son iguales en el sentido que dieron a sus vidas. La muerte no lava la acción reprobable del que murió luchando voluntariamente bajo la esvástica. Sin embargo, haciendo honor al "Spain is diferent" (y paraíso de fascistas), el mayor asesino del siglo XX sigue enterrado en un lugar de privilegio sufragado por todos, mientras más de 100.000 republicanos y antifascistas siguen amontonados en fosas comunes, víctimas de un gobierno que los derrota de nuevo, repatriando, por encima de sus cadáveres, los cadáveres de quiénes fueron a luchar por un mundo más injusto.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Paseando entre lo viejo y lo nuevo al borde de 2015

Un sentimiento personal: cada vez me siento más una antigualla. Casi seguro que es inevitable. Con el inexorable tic-tac biológico que te conduce al fin, algunos nos melancolizamos aún más y otras personas, obviando o soslayando la realidad a la que nos enfrenta el espejo, restringen la juventud a un estado del espíritu, un territorio cuasi sagrado mental que me genera admiración y envidia. En no pocas ocasiones ese espíritu joven se asocia a una apuesta por lo nuevo. El mundo de lo viejo ("hay que ir con los tiempos") se convierte en un mundo "maldito", casi tabú. Que el arranque del texto no les confunda, queridos (siempre los engloba a todos: hombres y mujeres) paseantes de este ya algo veterano callejón. No me voy, al menos hoy, a tender en el diván. Ni voy a hacer un ejercicio de sacralización de lo viejo o antiguo, ni, por oposición, uno de demonización de lo joven o nuevo.
De todas formas, seamos claros, hoy decir de algo que es novedoso, especialmente si se utiliza la palabra precisa (emprendedor por ejemplo), aporta un plus de prestigio, de credibilidad. Esto puede aplicarse tanto a lo estrictamente material, adquirir de inmediato la última innovación tecnológica comunicativa que sale al mercado anualmente, como al pensamiento, al más escurridizo mundo de las ideas. La sensación de este año, que se nos muere de viejo, es un casi neonato llamado Podemos que maneja como uno de sus activos fundamentales ser lo nuevo en combate contra lo vetusto. Esta idea, en la historia, es recurrente. La época denominada Antiguo Régimen (s.XVI-XVIII) recibió ese nombre de los revolucionarios franceses para expresar tanto el desprecio como el ansia de cambiar el mundo que les rodeaba. Incluso crearon un nuevo y precioso calendario cuyos meses hacían referencia a los ciclos de la naturaleza (en el hemisferio norte y en Europa, maticemos). Este mismo término se le ha aplicado en el estado español a la dictadura fascista de Franco, aunque debemos precisar que los fascismos, en sus diferentes versiones, reivindican un "orden nuevo", camuflando lo que han sido en su esencia: el estado de excepción de la burguesía cuando se han encendido las luces rojas (nunca mejor dicho) de alarma. También era un ángel portador de lo nuevo el Imperialismo o Colonialismo europeo del siglo XIX, que tuvo un matiz con respecto a la gran expansión del siglo XVI en la menor utilización de lo religioso, de la expansión de la fe verdadera, relegada a un segundo plano por la nueva fe revelada del avance científico-técnico. Un ángel ajeno a la voracidad de materias primas de la revolución industrial, abnegado, absolutamente sacrificado en su afán civilizatorio según Rudyard Kipling. Transcribo el primer párrafo de esa justificación ideológica y moral que es su poema "La carga del hombre blanco", escrito en 1899, en pleno auge de la expansión colonial que padecieron África y Asia.

         "Llevad la carga del Hombre Blanco.
       Enviad adelante a los mejores de entre vosotros; 
       Vamos, atad a vuestros hijos al exilio 
       Para servir a las necesidades de vuestros cautivos; 
       Para servir, con equipo de combate, 
       A naciones tumultuosas y salvajes; 
       Vuestros recién conquistados y descontentos pueblos,
       Mitad demonios y mitad niños."

Los últimos 200 años, son el reinado del aceleramiento de la historia, de la avalancha de lo nuevo. En 4º de la ESO la asignatura de Ciencias Sociales estudia el mundo contemporáneo, esa época que transita desde la Revolución Francesa hasta nuestros días (suponiendo que no estemos ya en el mundo postcontemporáneo y uno sin enterarse). Para los alumnos perciban la radical especificidad de este periodo les hablo de un hombre (o mujer) de cuento (la inspiración me la proporcionó la película musical Brigadoon) que "dormido" en el año 1000, y sin beso de princesa mediante, tuviera la concesión divina de despertar unos días cada 250 años. Les explico que esa persona en sus despertares hasta 1750 observaría cambios: vestimentas diferentes, mejoras viarias, ciudades más grandes con hermosas catedrales y palacios, mejores herramientas, avances en técnicas de cultivo, etc. Pero habría elementos esenciales que no sufrirían grandes modificaciones: transporte (barcos de vela y carros de tracción animal), comunicaciones, ocio, formas de producir (básicamente el taller artesanal). El "gran gran salto adelante" (recordando mi breve etapa prochina) se produce entre el despertar de 1750 y el del año 2000. Los ojos alucinados del durmiente contemplarían: grandes pájaros de hierro surcando los cielos, enormes barcos desvelados que desprecian las calmas chichas de los mares, vehículos circulando a gran velocidad que olvidaron en los establos a caballos o asnos, unos seres humanos reducidos que hablan desde cajas rectangulares, ciudades de tamaño imposible con edificios que aspiran a ser la Torre de Babel, etc. Quizás el resucitante cíclico pediría una prorroga para entender...y disfrutar.
O sea. Hay motivos para sentir el orgullo o admiración de lo nuevo, al menos en el plano material, siendo conscientes de que estamos en un vértigo histórico, de que la revolución científico-industrial es también la revolución armamentística que se inició hace un siglo con la Gran Guerra y alcanzó su apogeo destructivo con las bombas atómicas sobre Japón en 1945. Por eso tiendo a ser cauto ante el fetiche de lo nuevo como intrínsecamente positivo, como elemento de valor en lo argumentativo.
Escribí más arriba que la esencia de lo novedoso en la política española se llama Podemos. Pablo Iglesias y Monedero proceden de Izquierda Unida. El programa de Podemos tiene bastantes nexos, se supone que sus fines son también similares, con el de IU. Sin embargo, mucha gente que jamás le votaría a IU está ansiosa por votarle a Podemos (he leído encuestas, aunque lo dudo, que hablan de hasta un 20% de votantes del PP dispuestos a apoyar a dicha formación). Quizás porque, con cierto fervor religioso, identifican en Pablo Iglesias al "nuevo" Jesús dispuesto a echar a la casta político-mercader del mancillado templo de la democracia. A la par, sus primos de IU son percibidos como la marca blanca del "viejo" comunismo que, aunque quizás alguien se espante tras tanta lucha desinformativa bien librada por el capitalismo, es la ideología mas novedosa, la única que se plantea erradicar una de las lacras más antiguas (o viejas) que padece el ser humano: la explotación del hombre por el hombre. Desde el esclavismo infame de la Edad Antigua, hasta la precariedad cada vez más generalizada de la España de 2014, la lucha de clases, más o menos virulenta o consciente, es el estigma necesario de la humanidad. Una sociedad sin explotadores y explotados (cada vez se impone más la perversa ideología de que el explotado debe estar agradecido al explotador, "que le da de comer"), sí sería radicalmente nueva. Tanto, que la inmensa mayoría de la gente la sitúa en el desván de los sueños deseables pero irrealizables que llamamos utopía.
La gran novedad de Podemos, más allá de utilizar sabiamente la brecha que lograron abrir en los medios y un lenguaje estudiado, con ideas contundentes que han convocado a los hartos, es un programa paliativo de la creciente desigualdad social, que introduce, con bastante delicadeza, no sea que huyan en tropel, la mano en el bolsillo de los ricos. Resumiendo con trazo grueso: la vieja socialdemocracia. Sé que en este momento no existe capacidad para aspirar a nada más. En otras ocasiones he comentado que el objetivo básico es levantarnos de la lona donde braceamos groguis. Pero aceptémoslo, Podemos e incluso IU no buscan nada nuevo, buscan lo único que hoy está al alcance de la mano: una dominación de clase más humanitaria, recuperar alguna de las posiciones perdidas introduciendo una cuña en el atosigante discurso dominante de las intrínsecas bondades de lo privado y maldades de lo público. 
Donde no puede llevarnos lo nuevo, o un tacticismo exacerbado, es a la cobardía. La jauría ataca a Podemos hincando el diente en Venezuela. Quizás se pierdan algunos votos, pero en estos momentos Venezuela y otros gobiernos de la región son trincheras 
rebeldes por un mundo más justo. Iglesias, Monedero y Errejón lo saben, y manejan datos acerca de las políticas inclusivas venezolanas para con los desheredados. Y pueden contraatacar, y llevar al televidente, que imagina un ogro chavista encarnación del mal en estado puro, otra visión que le permita elaborar otro tipo de pensamiento. Esto, en la gran medida de las pequeñas cosas, podría ser algo nuevo y fecundo.
No creo que publique otro texto antes de que arribemos a 2015. Así pues, me permito desearles que, necesidades básicas aparte, todas las pequeñas cosas que para ustedes sean muy valiosas les hagan razonablemente felices.
Un abrazo fraterno desde Canarias a 9 de Nivoso de 222, según el calendario revolucionario francés, que tenía el inicio de su era en la proclamación de la república el 22 de septiembre de 1792.











miércoles, 24 de diciembre de 2014

Felipe, mientras sea un rey nieto de Franco, sus discursos, por Nochebuena o Carnavales, son ilegítimos

Este año será otro miembro de la familia propietaria de la jefatura del estado en España, Felipe, hijo de Juan Carlos el ahijado de Francisco (Franco), quién exprese, al borde del inicio de las cenas familiares, sus mejores deseos para todos nosotros. 
Imagino la emoción de la anciana con una pensión de 400 euros que la ve aumentada, gracias a la institucionalizada subida-insulto del 0,25% hasta 401 euros. O el placer del minimalista salarial que transita de los 645 a los 648 euros, por el desmelenamiento gubernamental del 0,50%. O el llanto (digno del anuncio de una lotería que nos dejará un par de tristes lecciones ejemplares: Dios aprieta pero no ahoga y le otorga un premio a una familia gaditana con 10 parados y, por otro lado, la canallada ideológica del que bonito es repartir, siempre y cuando ciertos dineros mantengan su intocabilidad) del parado, o parada, de larga duración y sin prestación, que ha visto, con formalidad merecedora de un gran tratado, después de áspera lucha sindical, la firma del acuerdo Rajoy-Toxo-Méndez que le permitirá cobrar durante 6 meses no prorrogables la ingente cantidad de 426 euros.
Estos grupos humanos estarán hoy pendientes de sus palabras joven Borbón. Palabras que mañana (quizás hoy o ayer ya) serán repetidas hasta la saciedad y debidamente ponderadas y, con mayor o menor grado de pudor o sonrojo, halagadas por el 90 % de los periodistas o escribientes que tienen las principales vías de acceso (televisivas) a los hogares. Palabras que redundarán en esa estupidez magna que es la igualdad de todos los españoles ante la ley. El gran logro de la revolución burguesa no fue la igualdad ante la ley sino, para dominar con mayor sagacidad, establecer, al contrario que en las estructuras estamentales del medievo, las mismas leyes para todos. Después, aunque no fuera comandante, llegaba el Botín de turno con su ejército de leguleyos y creando su propia doctrina para evadir la cárcel, mandaba a parar.
Al enemigo hay que reconocerle sus méritos, aunque juegue con ventaja. En junio mandaron al Borbón viejo, ya impresentable, entre lengüetazos dignos de un gran danés, a criar polvo en la estantería de la historia. Su padre, Felipe, llevaba camino de hacernos felices a los republicanos del estado español. Un tiempito más  con el abuelete haciendo  de las suyas, y sin necesidad de dar un palo al agua estoy asistiendo en la Plaza de la Feria (ubicación de la Delegación del Gobierno en la ciudad de Las Palmas de G.C.), entre lágrimas, al izado de mi amada tricolor. Pero no. Cada vez percibo más que la operación juventud al rescate de la monarquía, que fue su acceso al trono, tiene bastantes visos de ser exitosa. Creo que muchos republicanos agachados, vulgo juancarlistas, que estaban en un tris de abandonar a su padre y ponerse el gorro frigio y la escarapela tricolor, empiezan a mirarlo a usted con arrobo y a defender nuevamente (o viejamente) la utilidad de la monarquía "como factor, no partidista, de equilibrio político". 
Es arriesgado lo que voy a decir, pero pienso que el procesamiento de su hermana y la pira carcelaria en la que va a arder su cuñado, pueden ser elementos que le prestigien ante un pueblo que incomprensiblemente (mi racionalidad, que a veces se abisma en la locura, me mata) no siente vergüenza de tener rey. La valentía del juez Castro puede ser para usted mejor aliada, más útil, que la sumisión a palacio del fiscal Horrach. Su abuelito político dicen que masculló, ante el último viaje de Carrero, esa sentencia que defiende la capacidad didáctica del mal. Su hermana puede ser, hábilmente llevado el asunto, un mal que le venga muy bien, que le permita resaltar su figura de hombre justo que no busca, al menos aparentemente, vericuetos que salven a su parentela. Como paisaje de fondo tiene usted a una serie de partidos, entre ellos el PSOE, con alma de palmeros, pidiendo que Cristina renuncie a esa ridiculez llamada derechos dinásticos. Ser, o decirse, socialista, con la enorme carga histórica de lucha igualitaria que tiene esa palabra, y pedirle a Cristina Federica que renuncie a sus derechos al siempre infausto trono, es más patético que vergonzoso. 
Felipe, en su medio año no parece, justo es reconocerlo, un patán cierto y un falso campechano. Pero no va usted a pronunciar (o ha pronunciado ya, da igual) el único discurso legítimo que tiene a su alcance, aquel donde inste al gobierno a preguntar a los españoles si quieren seguir con la monarquía. Aunque se lo diga un enemigo declarado, quizás sería su gran jugada maestra.

lunes, 22 de diciembre de 2014

El abrazo y el dardo

El viernes 19 por la noche abracé mucho. 
Las bebidas espirituosas dieron vacaciones al retraído que nunca quise ser, pero guía mis pasos cotidianos, y en la cena navideña del instituto, prodigué ese enganche humano que supera a los protocolarios estrechones de manos y pares de besos o choques de mejillas. Abracé, quizás con cierta variación en las intensidades, sin distinción de las cercanías o lejanías cotidianas, de las pequeñas complicidades que brotan con unos compañeros y otros no. En mi Centro la primera parte de la travesía suele ser la más azarosa y, no obstante, la nave había llegado, sin excesivos desperfectos, al primer puerto vacacional del curso. En el fondo de no pocos abrazos estaba la culminación de un tránsito complicado, entre adolescentes y jóvenes de esa periferia de la periferia que es el barrio de Jinámar en la isla de Gran Canaria.
He hablado de mis abrazos desinhibidos y prolíficos, me he parado a pensar en ellos, porque el mitin de Pablo Iglesias en Barcelona ha traído a colación el abrazo que el 9 de noviembre se dieron Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña, y David Fernández, dirigente de las Candidaturas de Unidad Popular (CUP). 
Antecedentes. La semana pasada ante el anuncio del mitin de PI en Barcelona, las CUP, en carta abierta, solicitaban a Podemos un pronunciamiento a favor de la celebración de un referéndum vinculante que sirva para que el pueblo catalán decida si quiere la independencia o no. Las CUP solicitaban a Podemos no que defienda la independencia, sino que favorezca la utilización de la herramienta que certifique que posición es la mayoritaria. Pablo Iglesias en el mitin ha ignorado la petición de las CUP y ha reiterado su posición, ya expresada, de que él quiere el derecho a decidir en todos los ámbitos y que, además, desea que los catalanes no se marchen de España. Es evidente que orilla el pronunciamiento que le pide la CUP, pero está en su derecho de jugar con sus tiempos y sus medidas ambigüedades políticas. A lo que también tiene derecho, pero esto debería impedírselo su propia ética, es a expresar lo que en mi opinión es una pequeña vileza: "Os prometo que a mi no me veréis dándome un abrazo con Rajoy ni Mas". 
Dardito a David Fernández, por su sentido abrazo con Artur Mas, sin doblez, a la luz pública, después de conseguir, tras grandes dificultades, la celebración de la consulta. Creo que si Iglesias y Fernández charlaran y analizaran la realidad del estado español y del mundo tendrían bastantes puntos de coincidencia, pues ambos pertenecen, obviando sus divergentes estrategias actuales, al campo de la izquierda antiimperialista. Y pienso que entre la gente de la izquierda la crítica debe ser siempre de frente, ajena al cainismo, argumentativa, sin retorcidas alusiones a circunstancias que quedan en el anecdotario personal, en lo que a un ser humano le impele en un momento determinado, sin pararse a pensar en réditos políticos, a fundirse en un abrazo con otra persona. 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cuba-EEUU: el triunfo de un pequeño estado digno

Una pequeña curiosidad inicial. Los que simpatizamos con la revolución cubana, casi siempre, cuando nombramos a los líderes de ese proceso, usamos sus nombres de pila: Fidel o ahora Raúl. Sus enemigos, desconozco la razón, utilizan habitualmente sólo el apellido. 
Ahora procedo a escribir mi alegría.
El periodista norteamericano-argentino Andrés Oppenheimer publicó en 1992 un libro titulado "La hora final de Castro". No sé en que asunto andará don Andrés ahora, quizás escribiendo un artículo llamado "La hora estelar de Castro". Entiendo que en aquel momento, destruida la Unión Soviética, había que ser muy optimista para pensar que una pequeña isla, algo más grande que Andalucía, de 11 millones de habitantes, y a 90 millas de las fauces del tiburón estadounidense, iba  a aguantar mucho tiempo sin ser engullida. Comprendo también el gozo de muchos exiliados cubanos haciendo sus proyectos de retorno triunfal a la isla. Desde su óptica: muerto el titiritero soviético, inerme el gobierno títere cubano. Para ellos, los hermanos Castro estaban a punto de ser el postre o la guinda del "fin de la historia" pronosticado por Fukuyama: el reino seráfico, por los siglos de los siglos, del capitalismo (y ojo, no es que a día de hoy los poderosos vayan perdiendo precisamente). 
Pero no. Contra pronóstico, no. Estos cubanos, isleños con alma y sufrimiento de aldea gala, porque aunque los cuentos nos den vida, la vida no es un cuento, siguieron diciendo no. Y en eso llegó, siguiendo otra ruta, pero con los pobres de la tierra y la dignidad como horizonte, decenios después de que llegara Fidel (1959) y mandara a parar, otro comandante: Hugo Chávez (1999). Tras pasar 40 años de soledad institucional latinoamericana (salvo los breves periodos de Allende o la Nicaragua Sandinista) Cuba recibía el abrazo (y el petróleo, por aquello de que obras son amores, a cambio de médicos y maestros) de Venezuela. Y después llegaron el "buen vivir" del ecuatoriano Rafael Correa y, desde el altiplano boliviano, el indio Evo, que apenas toma posesión de su cargo (acaba de ser reelegido hace dos meses por tercera vez), va corriendo a La Habana a fundirse con Fidel y llamarlo, lleno de orgullo, como hiciera Hugo, padre. Porque ese símbolo llamado Fidel, o la nación cubana, han sido, con su resistencia al bloqueo más largo de la historia, los padres espirituales de los gobiernos insumisos (e imperfectos, por supuesto) que han surgido en el centro y el sur de América.
Gran parte del planeta mediático (los editoriales del New York Times contra el bloqueo y alabando la acción cubana contra el ébola, no daban puntada sin hilo) estaba, este ya histórico 17 de diciembre de 2014, atento a la comparecencia simultanea de Obama, presidente del estado más poderoso militarmente del planeta, en pie de desigualdad, al reconocer de facto el fracaso del bloqueo, con Raúl, el presidente de un pequeño estado digno y que, según el cantautor Silvio Rodríguez, tiene "un socialismo perfectible y que cuida a su gente". 
Pues eso, que los grandes ideales vivan en la pequeña cotidianidad.



sábado, 13 de diciembre de 2014

EEUU, Brasil, España: tortura y represión

Titular del periódico El País :
"El senado de EEUU acusa a la CIA de mentir y torturar sin resultados".
Me parece un titular magistral, pues con las dos últimas palabras transita de la rectitud moral al reproche inmoral. Al principio quedé sumido en el desconcierto. Dudando entre si se condenaba la tortura o la falta de resultados de su aplicación. O si se cuestionaban ambos hechos. Y el titular, al menos tal como está redactado, después de ese primer momento de extrañeza, es diáfano. Lo que el senado, en concreto la mayoría demócrata, rechaza (insisto, según el titular), es el malgasto, el derroche de la mentira y la tortura carente de rentabilidad. Dos acciones, sobre todo la segunda, consideradas éticamente reprobables, no pueden ejecutarse sin obtener el beneficio de la información. Los republicanos dicen que sí se obtuvieron datos valiosos para la acción antiterrorista. Es un juego político absurdo e hipócrita. EEUU no va a detener su acción de dominio imperial por una tortura más o menos. Aquí el asunto es que no lo han hecho vía militares testaferros, como en Chile o en las otras dictaduras de Latinoamérica. Han sido tan hipócritas que a los presos los han ubicado en el limbo jurídico de la base militar de Guantánamo (territorio de 100 kilometros cuadrados usurpado a Cuba), donde hay detenidos ilegales que llevan allí más de 12 años sin acusación alguna. 
En este terreno de la tortura (a veces, en el bello mundo de los eufemismos, se emplea el concepto del maltrato), el laurel repugnante de la sinceridad se lo lleva el expansionista Estado de Israel, cuyo tribunal supremo consideró lícito, en 1999, el uso de la tortura sobre los prisioneros palestinos en determinadas circunstancias. Otros estados se limitan a hacer oídos sordos. Amnistia Internacional ha acusado en diversas ocasiones al gobierno español de la existencia de torturas en dependencias de los cuerpos de seguridad. Tanto el gobierno como las principales cabeceras informativas establecen la ley del silencio. Lo que no se difunde no existe. Ni en el sumario, ni probablemente tampoco en el desarrollo de ningún telediario saldrá esta alarmante noticia que, por supuesto, tiene un calibre mucho menor que la irregularidad administrativa de Errejón. La decretada inexistencia, por parte de los gobiernos españoles del PP y del PSOE, de la tortura, tiene mucho que ver con una sacralización ideológica de las fuerzas de seguridad, que hunde sus raíces en la lógica, nunca quebrada, del fascismo hispano, que consideraba a las policías cuerposintocables, siempre en el punto de mira de la alabanza.
En Brasil, con la presencia de la presidenta Dilma Roussef, acaba de presentarse un informe de la Comisión de la Verdad sobre los 21 años de dictadura militar, que establece una cifra de 434 muertos y desaparecidos e identifica a alrededor de 300 agentes del régimen con indicios de haber ejercido como represores. En España, no es que sea inimaginable una comisión similar, es que, más lacerante aún, cada fosa que se abre ha implicado una lucha enconada de los descendientes, principalmente nietos ya liberados del miedo que atenazaba a sus padres. Quién se de un paseo con una cierta periodicidad por este callejón sabe que soy un amante de las comparativas. Voy a realizar una entre la dictadura brasileña y la española, poniendo el foco en este pequeño territorio llamado Canarias. Brasil, con cerca de 200 millones de habitantes cifra en cuatrocientas y pico sus víctimas. Canarias con el 1% de esa población tiene una cifra superior (alrededor de mil) en los más de 40 años de fascismo. Y que no se me argumente que en este caso hablamos de una Guerra Civil, pues en Canarias se limitó a un golpe de estado triunfante en unos pocos días. La isla que más tiempo estuvo en manos del gobierno legítimo de la República fue La Palma, que resistió una semana. Por añadidura era un territorio situado, con un océano de por medio, muy lejos del frente. Desconozco si Brasil acabará pidiendo responsabilidades a los represores, pero al menos parece que están leyendo un libro de su historia que aquí, que tenemos entre manos una enciclopedia de la infamia, se liquida con un apelación al buenismo de no volver a pelearnos entre hipotéticos hermanos. 
Recuerdo que en los años 80 se decía, sacando pecho, que la América del centro y del sur tenía que aprender de nuestra Transición. Afortunadamente, algunos países de ese continente no han querido seguir las pérfidas lecciones de la otrora madre patria, que profundizan en la injusticia que padecen esas víctimas de segunda categoría, si establecemos como referente a las de ETA, que son los más de cien mil represaliados (resulta casi ridícula la cifra brasileña) por el fascismo hispano.
EEUU, Brasil, España. La línea de represión cambiará. Se tornará más laxa o más tensa, pero estoy convencido de que siempre estará ahí, presta a acogotar cualquier atisbo de cambio que vaya a la esencia que subyace bajo la inmensa mayoría de los conflictos: un reparto mucho más equilibrado de la riqueza. Parafraseando a Carville, asesor electoral de Bill Clinton en la campaña de 1992, sin que nadie se ofenda, por favor, y por si alguien aún no se ha enterado: ¡es la lucha de clases, estúpidos!

martes, 9 de diciembre de 2014

Santi Potros y Plazaola: la polémica

Santi Potros ha cumplido 27 años de cárcel (13 en Francia y 14 en España).
Alberto Plazaola ha estado en prisión 24 años (6 en Francia y 18 en España).
La Audiencia Nacional acordó ponerlos en libertad el 4 de diciembre debido a que decidió computar el tiempo de condena en Francia. La fiscalía va a recurrir la decisión al Tribunal Supremo.
La polvareda mediática ha sido enorme. Enseguida se les ha puesto el altavoz a esos grupos fácticos de presión que son las asociaciones de víctimas del terrorismo. En ningún momento cuestiono el dolor de unas personas cuyo familiar haya sido asesinado en una acción violenta, sea cuál sea la ideología que la sustente. Pero me parece excesivo hablar de burla a la justicia y desprecio a las víctimas y familiares. De todas maneras los dos casos son diferentes. A Santi Potros se le considera inductor de 35 asesinatos (entre ellos los 21 de Hipercor en Barcelona en 1987). Ya más de uno ha sacado cuentas y ha dicho que cada crimen le ha costado menos de un año de prisión. Lo siento, no puedo evitarlo. Lo he dicho en otras ocasiones y lo reitero, incluso con las mismas palabras (me hago viejo y cada vez más empecinado): en España miles de asesinos fascistas no han pasado ni cinco minutos en una dependencia policial o judicial. El gobierno español ni siquiera ha entrado a considerar la orden de la Interpol que pide, en aras de la jurisdicción universal para los delitos de lesa humanidad, la extradicción a Argentina de 20 jerarcas del régimen fascista español. Ese régimen que, por ejemplo el 3 de marzo 1976, en Vitoria, mató a 5 trabajadores e hirió a varias decenas más al ametrallarlos. Aquí, si hacemos esa operación numérica, habitual casi exclusivamente con el finiquitado terrorismo etarra, de asesinados y años de reclusión, el resultado es cero. Santi Potros ha pasado 27 años encerrado. No es una burla o una condena menor. Quién tenga ese criterio que pida la cadena perpetua o que sea aún más audaz y solicite el restablecimiento de la pena de muerte. Soy honesto. Si alguien asesina violentamente a un familiar directo mío desearía, en la negrura de mi ira y mi dolor, arrancarle (es una metáfora, por supuesto) el corazón. O sea, no desearía justicia, anhelaría venganza, al menos al principio, con la herida abierta y fresca. Por eso las leyes, sin entrar en mil particularidades y sabiendo que la balanza suele inclinarse hacia la clase dominante, como ente global, son un gran avance civilizatorio. 
El caso de Plazaola es, bajo mi punto de vista, una injusticia. No su liberación, sino que haya pasado 24 años en prisión. Por una sencilla razón: está condenado por dos asesinatos frustrados y un delito de estragos al colocar una bomba en la puerta del bar. Afortunadamente (nunca mejor dicho, pues era su intención), no ha asesinado a nadie y las penas no son (ni deben serlo) iguales por la intención de un delito que por su consecución. Los casos son disímiles. Sin embargo, bajo el paraguas de ser de ETA, han pagado prácticamente lo mismo teniendo responsabilidades muy diferentes. Un preso común por intento de asesinato no pasa 24 años en la cárcel, muchos ni siquiera por un asesinato consumado. Pero Plazaola y Santi Potros no eran presos comunes, eran, guste o no, presos políticos de una organización que practicaba una violencia indeseable con unos objetivos políticos, como hicieron los fascistas que se adueñaron de las estructuras de un poder que usaron, durante más de 40 años, con extremada y generalizada crueldad, sin ser jamás juzgados.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Errejón y Goirigolzarri

El primero, Errejón, un perfecto desconocido hace seis o siete meses, lleva un par de semanas en la diana de los grandes medios por supuestas irregularidades en un contrato de investigación, con la Universidad de Malaga, por el que cobra el "exorbitante" sueldo de mil ochocientos euros mensuales. La ironía es contenida pues sé que, con el derrumbamiento salarial que la riada de la crisis ha supuesto para muchísimos trabajadores, unas ganancias, imagino que brutas, cercanas a los dos mil euros, es un sueño inalcanzable para muchas personas aunque tengan una cualificación media o alta. La crisis nos ha sometido. Ya reivindicar un salario decente en el pensamiento de mucha gente es, más que una osadía, casi una indecencia. Lo importante es tener un trabajo, aunque ganes, y perdón por la palabra, pero es la adecuada, una mierda y te hagan trabajar más horas que las que te pagan. En 2013, según el diario El País, se realizaron cada semana de media más de tres millones trescientas mil horas extras no retribuidas. Si la ira bolchevique no te ha carcomido el alma, darás gracias por tener un trabajo y estarás satisfecho y agradecido al individuo que se aprovecha de tu precariedad. Siempre tendrás la libertad, fuego sagrado, de irte y convertirte en emprendedor, símil de los viejos aventureros que se adentraban en territorios ignotos o, tal vez, del sueño americano, si has tenido la precaución de no ser un negro pobre y estar en la lista de espera para ser asesinado por la policía. 
"Este hombre es Íñigo Errejón...". Así abría sus titulares del informativo nocturno Antena 3 hace unos días. Reconozcan que el arranque tiene fuerza, gravedad, que uno espera, tras el rostro hierático y las gafitas del señalado, de bondad o maldad, una historia ejemplar. Pero no. Es portada, en hora de máxima audiencia, un expediente para dilucidar posibles irregularidades en un contrato laboral de mil ochocientos euros mensuales en el país donde gobierna un partido que según el juez Ruz ha pagado un millón setecientos mil euros en dinero negro (sin tributar a Hacienda) para reformar su sede. Errejón es uno más, nos advierten aviesamente. Si llega al poder, desengáñate, desamparado ciudadano, él también, el lugarteniente serio, eficaz y perseverante, que toda organización exitosa necesita, trincará. Bajo esta óptica, interesada, todo se reduce a un problema de niveles o accesibilidad. En el adusto mundo de la ética, el parado que cobra el desempleo y hace chapuzas es, moralmente, tan corrupto como el gurteliano o el noosiano.
El segundo, Goirigolzarri, que según un reciente peritaje judicial, al igual que su antecesor Rato ocultó y falseó cuentas de la nacionalizada Bankia, es un prejubilado de oro del BBVA al que le tocará la lotería todos los años (a razón de unos tres millones) hasta que complete los cincuenta y dos millones de euros de su pensión. Tiene, por ser presidente de un banco salvado con fondos públicos, parece que sin incompatibilidad alguna con el maná prejubilatorio, un tope salarial de seiscientos mil euros (casi mil salarios mínimos). Los medios que defienden a ultranza la bondad del sistema capitalista buscan la inmoralidad, la mácula en la virginidad de Errejón, y son incapaces de cuestionarse la licitud moral (y legal) de que un individuo cobre una pensión que equivale a poseer 130 décimos del premio gordo de la lotería de Navidad. Imagino que Goirigolzarri, cuando ve el lacrimógeno anuncio del bondadoso dueño del bar que tiene reservado un décimo para Manuel, el hombre en dificultades, bajo de moral y zarandeado por la crisis, debe llorar... de la risa. 

Este hombre, con la mitad de su rostro 
en la sombra, es Íñigo Errejón

domingo, 30 de noviembre de 2014

20 millones de kilogramos: el hambre (que no es un juego) y la futura constitución republicana

Pienso que en un lugar preferente del articulado de la futura constitución de la República Confederal de los Pueblos de España, (me atrevería a decir, aunque sea poco ortodoxo en el derecho constitucional, que en el encabezamiento), debería figurar un artículo que rezara, aproximadamente, así: "El estado garantizará a cualquier ciudadano que caiga en la desgracia de la extrema pobreza el acceso a una alimentación básica, pues sobre la base de este derecho se sustenta el cumplimiento adecuado de cualquier otro".
El párrafo que antecede surge del hecho de que la Federación Española de Bancos de Alimentos ha organizado los días 28 y 29 de noviembre la "Gran Colecta o Recogida de Alimentos 2014". El objetivo es llegar a recolectar 20 millones de kilogramos de comida
Pertenecemos desde hace decenios al mundo desarrollado, estamos saliendo de la crisis, según las cifras macroeconómicas que nos da el gobierno del PP a marchas forzadas, pero tenemos que apelar a la bondad y al bolsillo de los ciudadanos corrientes para llenar de productos los "bancos" (paradójico nombre) que palíen las necesidades alimenticias de varios millones de personas. Un dato de mi isla, Gran Canaria. En 2004 necesitaron esa ayuda 1.500 personas; en 2013 fue solicitada por 45.000. En una isla que tiene alrededor de 850.000 habitantes, estamos hablando de algo más de un 5% de la población. Desconozco el dato global, pero aplicando ese tanto por ciento a nivel del estado (46.000.000) nos situaríamos en una cifra de 2.300.000 personas necesitadas de ayuda alimenticia para subsistir. El contraste absurdo es que según el Ministerio de Agricultura en España se tiran al año 89 millones de toneladas de alimentos. 
En el mundo esa cifra se eleva a 1.300 millones de toneladas. El dato de las personas que mueren al día en el planeta por el hambre y las enfermedades que esta genera varía según las fuentes, pero podría situarse entre las 25.000 y las 40.000. La cifra global, tomando el dato más bajo, se situaría en 9.100.000 fallecidos por el hambre y sus secuelas, cada año, en un planeta donde se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos. ¿Qué es lo que falla? Alimentos hay. El sistema global que impera en el mundo se llama capitalismo, ¿tiene algo que ver en esta situación? ¿Es lícito, como se ha producido, especular con el precio de los alimentos?
Vuelvo a España. Probablemente un buen número de las personas que han colaborado, rebosantes de buena voluntad, con esta campaña del 28 y 29 de noviembre, pertenecen al segmento de población conformado por los 14 millones de personas que tienen la misma riqueza que las 20 personas más ricas de país. El más rico de España y tercero del ranking mundial, Amancio Ortega, ha firmado, a través de su fundación, una aportación a los bancos de alimentos de 4 millones de euros. Pongamos que cada kilo de comida recaudada tenga un coste medio de alrededor de 3 ó 4 euros (al ser comida mayormente no perecedera, que ha sufrido un proceso de transformación industrial, su coste se encarece), hablamos de, si se cumple el objetivo de los 20 millones, un gasto de 60 u 80 millones de euros para el conjunto de las personas que han contribuido. Una limosna para don Amancio y sus 19 escuderos de la riqueza obscena. 
El problema, bajo mi punto de vista, es ese: la caridad. En este país es necesaria la caridad de los trabajadores para con los excluidos que no tienen que llevarse a la boca porque el estado no cumple uno de los derechos humanos fundamentales, que ni siquiera aparece en la actual constitución: velar porque quién se queda sin nada tenga un plato de comida decente. Es un pensamiento generalizado que la libertad es el derecho humano fundamental. No negaré yo, que me gusta expresarme libremente, su importancia. Pero no podría estar aquí transmitiendo, a quién tenga a bien leerme, mis ideas, si no tuviera mis necesidades básicas cubiertas. Por eso arrancaba este texto soñando (por ahora no pasa del territorio de mi anhelo personal, aunque seguro que es compartido por mucha más gente) con ese artículo de la constitución de la Tercera República, absolutamente realizable económicamente, que garantizaría el más esencial de los derechos humanos.


miércoles, 26 de noviembre de 2014

El vinilo tiene dos caras: del palacio al desahucio

Aún, almacenados en casa de mis padres, perviven los viejos "singles", aquellos que a inicios de los 70 oía en un desaparecido tocadiscos a pilas, con un único altavoz, bichito que se encerraba en sí mismo como un caracol convirtiéndose en una pequeña maleta de posibilidades campestres. Aquellos discos y los aparatos que los reproducían necesitaban pulso y delicadeza. Temías rayar el disco y estropear la aguja. Si leyera esto un DJ seguro que se reiría de mí (imagino). Hoy el vinilo es su territorio de noches estruendosas y el de algunos sibaritas del "vintage".
Aquellos sencillos (siempre recordaré haber comprado en la absorbida Galerías Preciados el Mami Blue de los Pop Tops por 5 pesetas) solían tener la cara A, que escuchábamos mil veces hasta que de fondo empezaba a sonar una jaulita de grillos, y el patito feo de la cara B, que ignorábamos con olímpico desdén.
La semana pasada, coincidentes en el tiempo, y casi coetáneas biológicamente, Cayetana, de 88 años, y Carmen, de 85, fueron la cara A y la cara B de la dolorosa realidad social, más antigua que los vinilos, del estado español. A la primera, muerta multimillonaria un 20 de noviembre, día de la congoja del fascismo patrio, sin oficio pero con mucho beneficio, le fue otorgado el boato de esperar su cremación en un salón del ayuntamiento de Sevilla por el que se calcula que desfilaron cerca de 80.000 admiradores de la nada. El día siguiente, 21 de noviembre, previo funeral catedralicio multirretransmitido, las fuerzas del orden acordonaron las calles y cuidaron de que sus cenizas llegarán en perfecto estado a la iglesia de la Hermandad de los Gitanos. A Carmen, la cara B sobre la que gira la A, la desahuciaron, ley e injusticia de la mano (por una deuda usurera de 77.000 euros te quedas con una casa de 150.000), el mismo día 21, con el sigilo culpable del alba. 7 furgonetas de las mismas fuerzas del orden que en Sevilla pastoreaban borregos, acordonaron su calle para encadenar la rebeldía de cien defensores de la vida digna.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Doña Cayetana: la rebeldía y el terror

"Muere a los 88 años, Cayetana de Alba, la duquesa rebelde". Uno de los titulares de la edición digital de El País.
"Fue una mujer libre y valiente, que se puso el mundo por montera". Alfonso Guerra, dirigente histórico del PSOE.
"la duquesa de Alba tenía verdadero terror a los comunistas". Ana Cañil en el espacio Mas Vale Tarde de La Sexta.

Son tres brevísimas pinceladas en un mar de brochazos. Tengo un enorme respeto por la palabra rebeldía. Incluso, cuando en el ámbito educativo, queriendo describir un comportamiento disruptivo y perjudicial para la convivencia se utiliza el concepto rebelde, me resulta inadecuado. En su momento, con gran desconocimiento de lo que significa objetar, se llego al disparate de denominar a esos alumnos "objetores escolares". Por una razón de trayectoria vital, probablemente cuestionable, asocio siempre rebeldía a conciencia, a un conocimiento de la realidad que te circunda y que te lleva a, desde una actitud meditada, enfrentarte a ella o a cuestionarla. Para mí no hay rebeldía sin un posicionamiento frente a la injusticia. Pondré un ejemplo. Desde mi óptica, en Venezuela el gobierno de Chávez era un gobierno rebelde, mientras sus opositores, aunque salieran a la calle y provocaran disturbios o golpes de estado, eran (permítaseme la palabra), la antirrebeldía, los que se negaban a cambiar un orden social injusto. Desde este punto de vista, a mí me parece que unir a doña Cayetana y su inmensa fortuna con el concepto rebeldía es una afrenta a tanto rebelde que históricamente ha padecido las consecuencias de su enfrentamiento a la clase dominante que tenía en la duquesa uno de sus principales y más rancios exponentes. Enlazo con el señor Guerra, aquél que era jaleado en los mítines con el famoso: "¡dales caña, Alfonso!". Ponerse el mundo por montera desde palacio, con un mar de propiedades que te hacen tener un patrimonio (por cuyo 90% no tributa), de más de 3000 millones de euros, es algo más liviano que, por ejemplo, cuando trabajas con la espada de Damocles del despido sobre la cabeza. Las espaldas cubiertas facilitan mucho la libertad y la hipotética valentía. Incluso permite ser sencilla y realizar obras de caridad. Obras de caridad que suponen que no sólo quieres la superioridad material que te da tu inmensa riqueza, sino que también anhelas el halago y un cierto reconocimiento moral. 
Doña Cayetana era un buen ejemplo para muchos trabajadores:  era una señora con conciencia de clase. Una conciencia que los de su clase, la oligarquía, siempre tienen muy bien enraizada. Y cuando una persona tiene conciencia de clase debe tener muy clarito quién es el enemigo. No le daban miedo las izquierdas, así, difusamente. El PSOE, que por último, temiendo el bocado de Podemos, enfatiza su filiación izquierdista, la nombró hija predilecta de Andalucía y le erigió un monumento en Sevilla. La aterrorizaban, según palabras de la señora Cañil, los comunistas. Esos locos que hubieran puesto en el punto de mira sus inmensas propiedades, sus 34.000 hectáreas de tierra (equivalente a más de 60.000 campos de fútbol), necesitadas de una buena reforma agraria que haga real aquella máxima de "la tierra para quién la trabaja". En el fondo, campechanías aparte, y siguiendo la moda del lenguaje que ha puesto en boga la formación antes citada, temía a los de abajo, al menos a aquellos que no están alienados por toda la basura mediática que convierte a alguien sin mérito concreto alguno en portada y casi unánime loa, no de la prensa rosa, sino de la pretendidamente seria. Resumiendo, le aterrorizaban aquellos que, en la trinchera opuesta por supuesto, tenían la misma conciencia de clase que ella.
En los albores de este blog escribí otro texto sobre esta señora. Por si les apetece pongo el enlace





domingo, 16 de noviembre de 2014

El Maradona de los impostores o esos aprovechados antifascistas

El escritor Javier Cercas acaba de publicar una obra que se llama "El impostor". Versa sobre la vida de Enric Marco, individuo que durante años se hizo pasar por sobreviviente a los campos de concentración de la Alemania nazi, y que como tal adquirió cierta notoriedad y relevancia entre el año 2000 y el 2005, en que fue descubierta su mentira personal por el historiador Benito Bermejo. 
El autor, en una entrevista publicada en http://www.eldiario.es/cultura/libros/Javier-Cercas-Memoria-Historica-convirtio_0_324068438.html realiza algunas afirmaciones que me apetece destacar aquí para después realizar unas breves reflexiones:
"El problema de la memoria histórica es que se convirtió en un negocio".
"La industria de la memoria histórica lo que provoca es un pasado falsificado, sentimentalizado y kitsch. Y Marco es el emblema de todo esto".
"También hay canallas en las buenas causas".
"Tenía ( Enric Marco) una extraordinaria capacidad de farsa".
"Maradona de los impostores".
Habla Cercas del "negocio" de la memoria histórica. El industrial, el dueño de la fábrica que creo esos productos objeto decenios más tarde del ¿lucrativo? "negocio" de la memoria histórica, tiene nombre y generalmente un único apellido: Francisco Franco. El mentado individuo fue en este sector más que un empresario eficiente, un benefactor. Sembró España de fosas comunes para que decenios más tarde hijos y sobretodo avariciosos nietos pudieran permitirse una vida regalada a costa de la desgracia de sus antifascistas y represaliados antepasados. Conclusión sorprendente ¿o infame?: el fascismo ha sido un gran negocio, así, globalmente, para los descendientes (muchas veces expropiados de sus posesiones) de los antifascistas.
Pero, según Cercas, los descendientes aprovechados del generoso industrial fascista Francisco Franco no se han contentado con la pela, han sido más pretenciosos, han provocado un pasado "falsificado, sentimentalizado y kitsch", en cuya cúspide, y como demostración con su impostura de las tres afirmaciones anteriores, estaría el denostado Enric Marco. Menos mal que llegó el gobierno del PP y puso orden en este desaguisado. Ni un duro más para estos falsos (a saber de que remoto homínido son los huesos recuperados de las pocas fosas abiertas), llenos no de sentimientos, sino de resentimientos y de mal gusto (una de las interpretaciones de kitsch). Ni un demócratafascista español honrado, que nunca hizo negocio, interpoles aparte, rumbo a la Argentina.
Por supuesto que hay canallas en las buenas causas. Y hasta se convierten en líderes e iconos de las buenas causas o, siguiendo las palabras de Cercas, "Maradonas de la impostura". Se me viene a la mente algún individuo que, mientras los que luchaban por la democracia en el estado español eran encarcelados o legaban a sus descendientes, perdiendo la vida, un próspero negocio, vivía bajo el ala confortable del dueño de la fábrica. Me refiero, por supuesto, al abdicante del mes de junio pasado, al demócrata de toda la vida Juan Carlos de Borbón que jamás sometió su cargo, legado por la dictadura, a referéndum. Es un hecho real, las buenas, las causas más nobles tienen canallas, que además suelen ocupar con letras de oro, mientras se oculta la sangre, las páginas de la historia. Situar a Enric Marco en la cúspide sí que me parece tener una extraordinaria capacidad para la farsa.
Abandono la clave irónica para hacer una brevísima reflexión final. Lo que hizo Marco es incorrecto sólo en la medida en que él se presentó como víctima de algo que no experimentó en sus propias carnes. Por eso al inicio del texto hablaba, con toda intención, de su "mentira personal". Pero eso no invalida ni minusvalora la realidad de los españoles que pasaron por esos campos de concentración nazis. Españoles a los que, cuando iba, por ejemplo, a un colegio, ponía voz, despertando quizás en algún adolescente el interés por hechos que en este país han estado enterrados en fosas más profundas que las comunes, en las fosas del olvido.

viernes, 14 de noviembre de 2014

El Papa Francisco y la imagen del comunismo

El Papa Francisco, quizás a su pesar, elogió hace unas semanas al comunismo. En un encuentro mundial de movimientos populares celebrado en el Vaticano, al que acudió Evo Morales, expresó lo siguiente: "si hablo de tierra, techo y trabajo resulta que soy comunista". Después el Papa adujo que la doctrina social de la Iglesia viene de lejos, en concreto de la encíclica "Rerum Novarum", sacada por León XIII en 1891, que, con el habitual tiento eclesial, y ante el empuje de socialistas y anarquistas, tiende una mano al sufrimiento de los obreros y establece una cierta crítica a "la inhumanidad de los empresarios". No obstante, el "daño" estaba hecho, la frase es todo un elogio al comunismo como fin deseable, y me atrevería a entroncarla con otra que pronunció el obispo brasileño Helder Cámara: “Si le doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista”. Muchos de los detractores del comunismo reconocen la belleza moral de la idea, pero añaden la coletilla: "es irrealizable y acaba en dictadura". La crítica al comunismo, feroz y descalificadora para siempre, se basa en las experiencias acontecidas en el siglo XX y encabezadas por la URSS. La aplicación práctica, con deficiencias, de una ideología no invalida esa ideología, no la descalifica por los siglos de los siglos. Es necio y falaz quién equipara fascismo y comunismo. La primera es una ideología intrínsecamente perversa que glorifica élites, razas y desigualdades; la segunda es todo lo contrario y además es la que, vía Unión Soviética, permitió que Europa no se convirtiera en un protectorado nazi. Los setenta años de la URSS son, en un contexto histórico, un periodo ínfimo de tiempo. Aunque no pierdo nunca de vista que los hechos históricos los protagonizan seres humanos cuyas vidas, únicas e intransferibles, tienen una temporalidad diferente. Pienso que el fin de cualquier organización colectiva humana debe ser la dignidad de lo esencial (lo que citaba el Papa temeroso de parecer comunista) y, siguiendo la premisa de la Ilustración, la consecución de una relativa felicidad. 
Días pasados confluyeron dos aniversarios con significaciones opuestas. El 7 de noviembre fue el 97 aniversario del inicio de la Revolución Rusa de 1917. El 9 de noviembre fue el 25 aniversario, con la caída del Muro de Berlín, del inicio de la descomposición del denominado bloque soviético. La Unión Soviética, ahora que la frase está de moda tras usarla Pablo Iglesias en la asamblea de Podemos, desde su erróneo ateísmo oficial (lo correcto es defender un laicismo radical), quiso "asaltar los cielos". Y en el sentido físico fueron los primeros en lograrlo al poner a Yuri Gagarin en órbita en 1961. El problema es que tampoco puedes querer asaltar los cielos con ristras de burócratas asentidores y sin libertad real de crítica. El combate esencial contra lo viejo no se libra en un campo de concentración (al que bastantes de los enviados eran comunistas), el combate contra lo viejo, contra la sociedad que cultiva la desigualdad (recuerden: 20 españoles con la misma riqueza que 14 millones), tiene que ser ideológico. Por ejemplo, aún muy pocas personas luchan por limitar la riqueza obscena. Creo que falta mucho para que esta idea cuaje en el cuerpo social, pues lamentablemente la mayoría de las personas, en su idealismo beneficioso para la clase dominante, creen que acumular riquezas es una aspiración deseable e incluso loable.
La Unión Soviética, tal y como fue conocida al menos, no volverá. Fue una experiencia histórica que llevó a una nación cuasifeudal a convertirse en 40 años en una una superpotencia.  Eso se basó, como dice Domenico Losurdo, en mandar un país entero al colegio, dando a muchos de sus habitantes más pobres la posibilidad de formarse, en un país cuya enseñanza era de verdad un derecho gratuito donde, ausentes las barreras económicas, la única existente era la capacidad del propio individuo. 
Sí permanecerá siempre la lucha por sociedades igualitarias, sociedades que no tienen que ser homogéneas, que responderán a contextos culturales diversos y se plasmarán en modelos políticos diferentes, donde la desigualdad escandalosa sea la línea roja (nunca mejor dicho) infranqueable. El nombre que le demos a este sistema (aunque algunos, sentimentales, amamos nuestros símbolos), carecerá de importancia. Y si no podemos asaltar los cielos, intentar, al menos, tener todos un poquito de cielo en La Tierra. Después, si Francisco y los suyos tienen razón, allí, en mi bienamada e inexistente balconada celestial, nos encontraremos.


martes, 11 de noviembre de 2014

Apunte sobre el 9N y la montaña que parió un ratón

Aunque parezca rizar el rizo, no creo que al gobierno español le haya agradado mucho que uno de cada cinco asistentes a la votación celebrada el 9N en Cataluña se haya pronunciado, con matices, pues buena parte sí apoya la creación de un estado catalán, en contra de la independencia. Un resultado más unánime habría servido para poner en duda la limpieza del proceso y la honestidad de los voluntarios, aparte de mostrar la lucha por el derecho a decidir como una reivindicación exclusiva de los independentistas. A lo que el gobierno de España llamó "acto inútil y estéril" se sumaron mas de cuatrocientos mil no independentistas. No obstante, no ignoro que el "no" se quedó masivamente en casa. ¿Cuál es ese porcentaje? Esa es la ocasión perdida. Quizás sobretodo para el estado español, que antepone la granítica unidad de España a la posibilidad (riesgo que asumió Cameron en Escocia), ayer menos remota que mañana, de ganar la consulta. El gobierno tenía en su mano una poderosa herramienta que no se si tendrá en el futuro: el miedo a un escenario nuevo, desconocido, que quizás sea peor, circunstancia que, sospecho, cala con facilidad en el votante indeciso que tal vez sea más proclive a quedarse como está que a apoyar a lo que percibe como una aventura de futuro incierto.
El gobierno del PP ha hecho de la constitución un "Santiago y cierra España". Una barrera infranqueable para los proconsulta, a los que se les conmina a plantear la modificación de la constitución, logro, desde sus exclusivas fuerzas, totalmente imposible, pues para cambiarla se requieren las tres quintas partes de la cámara (210 diputados).
El dato es que se han acercado a votar poco más de dos millones trescientas mil personas en una consulta criminalizada, con amenazas de la fiscalía y sin poder decisorio alguno. Cuando en 2006 se votó, en consulta legal, el recortado estatuto de autonomía catalán, acudieron a las urnas poco más de dos millones quinientas mil personas. Esta referencia pone en valor la cantidad de gente que acudió a unas urnas con la mitad de puntos de votación que en otros eventos electorales. Todos sabemos que la abstención técnica puede rondar el treinta por ciento. La incógnita sigue abierta. Saber con certeza, sin especulaciones, cual es la opción mayoritaria del pueblo catalán, es una asignatura pendiente que, aunque sea vía elecciones plebiscitarias, tendrá su examen. Aunque sea por justicia, pues es absurdo que dejen ser nominalmente independentista si en la práctica bloquean cualquier vía que permita saber si ese ideal es mayoritario en una determinada comunidad.
Un contraste. 
El Tribunal Constitucional también ha suspendido la consulta que quería celebrar el Gobierno de Canarias sobre las prospecciones petrolíferas en las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Es evidente que se quiere poner coto a que los pueblos adquieran un protagonismo que exceda la colocación de una urna que sirva, en exclusiva, para elegir a los administradores de la finca cada cuatro años. El gobierno catalán, impulsado por una importante base social, ha realizado un proceso participativo que ha llevado a más de dos millones de personas a desobedecer de facto al gobierno español. En Canarias, donde se plantea una pregunta genérica, ambigua, mientras se prepara el inicio casi inmediato de las prospecciones de Repsol, la montaña parió un ratón. El gobierno autónomo ha tenido, como medida para conocer el sentir de los canarios, la brillante idea de encargar a las universidades de La Laguna y Las Palmas una encuesta con un universo de dos mil cuatrocientas entrevistas. Cuando la respuesta es una vergüenza, rozando lo ridículo, más vale adoptar, aunque revele tu impotencia, un digno silencio.

viernes, 7 de noviembre de 2014

El crimen del concejal de cultura

"Valiente hijo de la gran puta, vete a colombia y le das por el culo al hijo de puta amigo tuyo, ese dictador q tanto amas y como amas su pais y son la envidia a seguir pues camina haber si te dan un tiro en la nuca cacho cabron y dejanos tranquilos". 
El autor del texto, que antecede, publicado en Facebook, se llama Jonathan Cabeza Infante y es concejal del área de fiestas y cultura en la localidad zamorana de Paredes de Nava por el Partido Popular. 
El individuo al que solicita que liquiden es Pablo Iglesias. Por supuesto, se ha levantado enorme polvareda en las redes, más cuando hace unos días han sido detenidos una serie de jóvenes, que ya están en libertad, por apología del terrorismo etarra y yihadista en las redes sociales. Espero leer pronto que este individuo ha sido conducido al cuartelillo para que los mal pensados no alimentemos nuestra creencia en que hay doble vara de medir. Pero el motivo de este microtexto es otro más alarmante aún. Mi incredulidad ante la realidad que reseñé más arriba. Su cargo de concejal de cultura. En tres líneas y media de Facebook, redacción farragosa aparte, muestra tres limitaciones contraindicadas para el correcto desempeño de su cargo: la primera es una pobreza lamentable, repitiendo términos, para el insulto en un idioma tan rico en exabruptos como el castellano; la segunda es geográfica, confunde su odiada Venezuela de Maduro con la Colombia de Santos, país con un régimen amigo del bipartidismo patrio; la tercera, bastante habitual últimamente, consiste en confundir el verbo haber con su expresión homónima "a ver", que expresa expectativa ante la posibilidad de que ocurra algo. Su delito no es decir la verdad, expresarse con franqueza (nunca mejor dicho), cuando desea, hipocresías aparte, que se carguen al rojo camuflado y peligroso que detecta su fino olfato de fascista. Al revés, éste empieza a mentir cuando rectifica y usa la manida excusa de un inexistente "contexto". Para mí, frívolo que estoy hoy, su principal crimen, tiniebla que se extiende, es de lesa lengua.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Tras la entrevista de Évole a Iglesias: un tuit revelador

"Aunque seamos del mismo grupo me parece un error que Antena 3 informe así de la entrevista a Pablo Iglesias".
Este tuit conciso de Jordi Évole, tras la manipulación de A3 sobre las palabras de P. Iglesias en la entrevista que éste le hizo en Ecuador, es bastante revelador del poder de los dueños, pocos, de los medios de comunicación. El programa de Évole tuvo cinco millones de televidentes. Una cifra espectacular para un evento no futbolístico. Se supone que quién hace un programa con un elevado índice de audiencia queda en una posición muy reforzada al generar importantes dividendos a su empresa. Pues así y todo, Évole, en su tuit, es un dechado de prudencia a la hora de cuestionar a la pata derecha (A3), que saca de contexto, burdamente, una frase, desvirtuando el significado de lo emitido por la pata "progresista" (La Sexta) del enorme animal mediático. Atresmedia intenta abastecer, sin importarle el color del dinero, a diestra y siniestra. 
Si un periodista es absolutamente libre en el estado español para opinar, las cinco primeras palabras del breve comunicado no deberían de existir. A la hora de responder a la que consideras una reseña incorrecta, siendo benevolente, de un trabajo hecho por ti, no debería, en aras de una hipotética y sacrosanta libertad de expresión, importarte si quién la elaboró es de tu empresa o de una ajena. No obstante, donde queda de manifiesto lo que manda la empresa, es en la utilización, con gran tiento, de la palabra "error", para referirse a lo que, Évole es el primero que lo sabe, es una manipulación intencionada. Si alguien como él, un tipo sagaz e incisivo, interesante en comparación con mucho de lo que pulula por las grandes cadenas, en la cresta de la ola, es en extremo cuidadoso a la hora de denunciar una información sesgada, que desvirtúa lo que expresó un invitado a su programa, ¿qué presiones tendrán que soportar de sus empresas los cientos de periodistas no mediáticos mileuristas? Exceptuaría, quizás, a los que se mueven en medios ubicados en los margenes del sistema.
Por cierto, lo que son las ideas preconcebidas y machacadas para que integren el imaginario colectivo, ese acumulativo de maldad que tiene la Venezuela bolivariana. La pregunta origen de la manipulación era si Iglesias tendría un "Aló presidente" a imagen y semejanza de Chávez. Pablo, algo cobardón quizás, dijo: "Evidentemente, no". Y me pregunto: ¿por qué evidentemente? ¿Es malo un programa donde, respetando libertades, con una determinada periodicidad, la gente cuestione al presidente? Aludía a las ideas preconcebidas y al plus de maldad, porque para inquirir por los supuestos "afanes dictatoriales" (idea subyacente de la pregunta) de Iglesias, Évole no necesitaba moverse del territorio geográfico de la entrevista, Ecuador, donde Rafael Correa, al igual que Chávez, tiene un programa semanal de cara al pueblo llamado Enlace Ciudadano.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Los 20 y los púnicos: dos escándalos y un contenedor

El ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el PP, multará con hasta 750 euros a quién rebusque en los contenedores de basura. Podría apuntarme a la moda de los chistes sobre la corrupción pepera. Lo montan (el chiste) ustedes mismos si quieren: contenedor, rebuscar y corrupto. El partido enfangado en la inmundicia multa a quién revuelve en la basura. Tragicómico.
Es la fiebre del momento: la corrupción. La operación Púnica desvela, según el juez, una organización criminal creada por políticos y empresarios para el lucro de gente que no tiene necesidad de lucrarse, pues tienen, en mayor o menor medida, una existencia apacible donde no impera la escasez. 
Seguro que estoy equivocado, pero yo he sentido la necesidad de cruzar esta noticia omnipresente con una, casi paralela en el tiempo, que encontró bastante menos cobertura. En el estado español las 20 personas más ricas acumulan la misma riqueza que los 14 millones más pobres. ¿Cuál de las dos noticias es más escandalosa? ¿Cuál encierra más corrupción? ¿Cuál le intranquiliza a usted más? La que a mí me parece más inhumana y escandalosa es, para mi asombro, absolutamente legal. Ningún juez persigue tamaña acumulación, innecesaria hasta para una vida guiada por el lujo desenfrenado, que incluso, para mi renovado asombro, cuenta con el beneplácito y la admiración de una mayoría social, que mientras tanto brama contra el púnico Granados y sus compinches, quiénes al lado de los 20 putos amos (perdonen el soez apelativo, pero es que se lo merecen), son unos mindundis. Por cierto, esta corrupción legal tiene un nombre: capitalismo. Sistema que persigue legalmente, si se tercia, a una persona que busca su sustento en la basura y protege e impulsa la acumulación demencial de riquezas.

jueves, 30 de octubre de 2014

Intelectual: mi pequeña osadía

intelectual.
(Del lat. intellectuālis).

1. adj. Perteneciente o relativo al entendimiento.
2. adj. Espiritual, incorporal.
3. adj. Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras. 

Desde mi osadía, acogiéndome al medieval "asilo en sagrado" que tenían los perseguidos y que rige en este callejón ateo, cometo el delito de añadir a ese canon que son las tres definiciones de la Real Academia de la Lengua Española, personal y concisa, una cuarta acepción: "persona que crea, difunde o arraiga pensamiento".
Hay intelectuales que me reconfortan, que, en la extrema aridez, son mi oasis particular, pues en el combate por defender y extender mi visión de ese conflicto global, entre el dolor y el disfrute, que es la vida, me nutren de argumentos o, simplemente, ponen belleza a mis ideas. Intelectuales que, cuando sacan a la venta una nueva obra, me hacen ir, ávido, a la librería, o en un ámbito más limitado, seguir sus textos en internet, entregado a esas palabras que tanto se parecen a aquellas de las que yo carezco. Debo ser honesto y reconocerlo, ya pocas veces me acerco al intelectual que me deslumbra para aprender cosas nuevas o con el cuchillo de la crítica entre los dientes. Lo hago ¿acrítico?, para refrendar lo aprendido y dar a mis dudas la solidez de sus certezas. No obstante, sospecho que este artículo ya es un artículo viejo.
Ese intelectual al que yo venero, probablemente es un don nadie si hablamos en términos de su capacidad de crear pensamiento, comprensión u opinión. Una encuesta en la que se preguntara quién conoce al último de los acólitos de Jorge Javier Vázquez y quién a Eduardo Galeano, todos sabemos que no tendría color, que la distancia sería sideral. Se me dirá que no son elementos comparables, que se mueven en ámbitos absolutamente diferentes. Es una buena objeción. Pero para mí, para mis sueños, es un pequeño drama el predominio del pensamiento zafio.
En mi campo, el de la izquierda, que siempre ha amado (y odiado) mucho a sus intelectuales, a esos eternos abajo firmantes de las buenas causas, disminuidos por la incapacidad de filtrar su pensamiento a la sociedad, estos cumplen a menudo la función, como decía al principio, de ser un mágico bálsamo de Fierabrás usado exclusivamente para restañar los desaguisados que crean en nuestra alma los verdaderos intelectuales que, vía Sálvame o similares, permean, acudiendo a su embrujo incluso algún líder político, a amplios sectores de la sociedad. Los "salvadores" crean mucho más pensamiento, entendiendo por tal la herramienta con la que nos acercamos a la comprensión del mundo que nos rodea, que el mentado Galeano o, citando a un sujeto del campo de la derecha, el propio Vargas Llosa.
La televisión, en sus mil canales, ha acabado velando, sepultando, al intelectual referencial, que busca las cosquillas, mientras aúpa a un nuevo intelectual orgánico (legitimador del sistema dominante) que en demasiadas ocasiones huele a eso, a restos orgánicos. Hoy ninguna televisión hace La Clave, un espacio mítico y libre de cuando sólo había dos canales, en el que, previo pase de una película, se debatía del tema escogido (la gama era muy amplia) con gente educada, diversa y formada, que a menudo te aportaban, sin interrumpirse ni gritarse, incluso desde la radical discrepancia, un producto que me parece seductor y escaso: una idea volando hacia mí a lomos de la palabra bien expresada.
Me apetece acabar con una referencia al mundo en el que laboro: la docencia en un centro de enseñanza secundaria. En los 25 años que llevo ejerciendo he visto leyes y modas (perdóneseme la frivolidad del término) que me abstendré de calificar. Todas devoradas una detrás de la otra. Ya en la recta final, sólo he llegado a una conclusión. Debo ser, inmune a ventoleras pasajeras, un intelectual en clase, intentar en esta vorágine de pensamiento, no débil, sino derretido, pringoso, abrir territorios deliberadamente vedados, caminos que permitan vislumbrar una pizca de entendimiento. Porque, comunista solitario, ansiando un mundo de seres libres y cultos, no puedo renunciar, en mi minucia, a combatir la vasta ignorancia que, camuflada, se extiende bajo el exceso de información.

martes, 28 de octubre de 2014

188 a 2: la vergüenza del Imperio

Hoy, 28 de octubre, en la 69 asamblea general de la ONU, se ha llevado acabo una votación significativa, una votación que se repite desde hace más de 20 años con resultados similares. He tenido la oportunidad de verla, junto a la intervención del Ministro de Asuntos Exteriores de Cuba y del representante de EEUU, a través de TeleSur. Sí, un año tras otro, la delegación cubana presenta al pleno una resolución  que solicita que el país más poderoso del planeta levante el bloqueo económico al que somete a una isla de 11 millones de habitantes desde hace más de 50 años. Este año el resultado ha sido el siguiente: a favor 188 estados; en contra 2 (EEUU y su satélite israelí); se abstuvieron 3 microestados del Pacífico.
Un auténtico clamor mundial. Dudo que alguna otra resolución de tipo político alcanzara tanta unanimidad si se llevara a ese foro. En su justificación al rechazo a esa solicitud, Estados Unidos aludió a la falta de libertad del pueblo de Cuba. Curiosamente, o mejor, reveladoramente, su representante hizo especial hincapié en la falta de libertad para la actividad empresarial. Casi me da vergüenza repetir un argumento que, para cualquiera que no sea un ágrafo político, es de una evidencia meridiana: los Estados Unidos de América tienen, no solo relaciones, sino un trato preferencial económico con países donde las poblaciones carecen de libertades que si posee la población cubana. Un ejemplo: la monarquía petrolera de Arabia Saudi es una teocracia de corte medieval donde no existe libertad política o social alguna. Eso sí, la libertad económica empresarial está garantizada. Estos mismos Estados Unidos, garantes de la libertad, firmaron en 1953 un acuerdo bilateral con el régimen fascista de Franco por el cuál establecieron 4 bases militares en España. Son dos pequeños ejemplos de que su amor por la libertad, así, en abstracto (que por cierto, no existe), al menos en territorio ajeno, deja bastante que desear. Otro cantar es la libertad para hacer negocios o para situar bases militares que le permitan consolidar su domino en el planeta.
Cuando en el principal foro político mundial, aquél que reúne a casi todos los estados, te quedas en la más absoluta soledad, con la única, triste compañía, no del perrito faldero, sino del pitbull de Oriente Medio (2000 muertos palestinos en Gaza este verano avalan mi apelativo), ese sentimiento humano, que a veces nos dignifica, llamado vergüenza, debería hacerte comprender que tu política ha fracasado, que ese pequeño país no lo vas a doblegar ni con 50 años más de bloqueo, que esa isla situada a 90 millas de tu costa no podría mantener su forma de gobierno si no tuviera un apoyo popular importante que además tu imperialismo cimenta. Encima, ese país chiquito, rebosante de dignidad, es el que, ONGs privadas como Médicos sin Fronteras aparte, ha enviado mayor número de médicos a combatir el ébola a la zona donde esa enfermedad es una verdadera amenaza y no una anécdota numérica, como lo es por ahora en el mundo desarrollado, el África Occidental. Ese grano en tu patio trasero, con su "socialismo perfectible y que cuida a su gente", en palabras que hace unos años le escuche a Silvio Rodríguez, oh gran potencia mundial, es cada día más, dentro de sus muy limitadas posibilidades, un referente ético de preocupación por la salud de la gente que no tiene nada y de la que sólo obtendrá la única gloria que quizás, contradiciendo a Martí, no quepa en un grano de maíz: el reconocimiento. 

domingo, 26 de octubre de 2014

España no es país para consultas: tampoco en Canarias

España no es país para consultas. Ni al norte ni al ultraperiférico sur.
La palabra consulta está asociada a Cataluña y a su deseo de saber a ciencia cierta, no a través de la incierta ciencia demoscópica, la opinión de sus habitante acerca de la naturaleza de su relación con el conjunto del estado español. Sin embargo, con menos ruido informativo, quizás fruto de la enorme distancia, en el africano archipiélago canario, la geografía no miente aunque en el mapa de mi niñez nos desubicaran debajo de Baleares, también queremos ser consultados. No, tranquilidad, bicolores españoles de pro. No se les desmigaja también desde el flanco sur la indisoluble España. Los pérfidos independentistas, que haberlos haylos, son bastante minoritarios, aún, en Canarias. Los "nacionalistas" de Coalición Canaria son gente de orden, aunque últimamente el presidente del gobierno canario Paulino Rivero habla del trato colonial del gobierno español, que sabe perfectamente que esas expresiones son bravatas infundadas, pues en el vocabulario del nacionalismo burgués canario, al menos por ahora,  no existe la palabra independencia. Tampoco existe entre la inmensa mayoría del pueblo que, con la mentalidad infantil del temor a la ausencia del padre, piensa que la independencia supondría el hundimiento en las profundidades oceánicas de una Canarias ajita de tomates y plátanos. Y precisamente, no de plátanos y tomates, sino de las profundidades oceánicas en las que Repsol tiene previsto realizar prospecciones petrolíferas, a 50 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura, iba la consulta que quería hacer el 23 de noviembre próximo el gobierno de las ínsulas. Ya el gobierno central la ha enviado, previo dictamen del Consejo de Estado (por cierto, a mí, como canario, el mentado Consejo me ha ofendido, para la cuestión catalana se reunieron, supersónicos, a las 3 ó 4 horas, con nosotros esta pachorra de días ha sido insultante), al Tribunal Constitucional, esgrimiendo la invasión de sus inalienables competencias. Y eso que, para no invadir el minado terreno, la pregunta, que reza así: "¿Cree usted  que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petroleo?", es de una levedad tan grande que la soportaría hasta en ser de Milan Kundera. La pregunta lógica (y honesta para todos) debería ser algo similar a: "¿Está usted de acuerdo con que la compañía privada Repsol realice prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a Canarias?". Además, lamentablemente, el resultado ni siquiera sería vinculante legalmente. Otra cuestión es la legitimidad de desoír el pronunciamiento mayoritario de un pueblo. Pero bueno, con la apostilla "no vinculante" tienen las espaldas cubiertas, por si un pueblo, acertando, se equivoca a la hora de elegir, hecho que, más allá de la ironía precedente, no descarto, pues tengo claro que la democracia se basa en la mayoría, pero no otorga necesariamente la razón.
En Canarias existe un término, no xenófobo, defensivo: "godo". Tradicionalmente se ha denominado así al peninsular que llegaba a nuestras islas con ínfulas, con aires de superioridad, dando lecciones ceceantes al aplatanadillo de turno. No obstante, los peores godos, los que han modelado un pueblo bastante tímido ante la historia, han sido los paridos en nuestro propio territorio. El grancanario ministro Soria sería ese canario agodado arquetípico, el caciquillo político que, mientras su jefe estatal Rajoy dice en Baleares, donde el PP rechaza las prospecciones, que éstas no se harán contra la voluntad del pueblo balear, esgrime nuestra incompetencia para, no ya decidir, que sería lo lógico y democrático, sino opinar sobre un asunto que podría impactar gravemente sobre un territorio pequeño (7.500 kilómetros cuadrados) y fragmentado (ocho islas contando La Graciosa), que tiene en el turismo su "salario", su principal fuente de, desgraciadamente mal repartida, riqueza.

jueves, 23 de octubre de 2014

Cifuentes y los quemadores de banderas: acerca de las libertades de expresión

Ada Colau presentó en su momento una demanda contra la delegada del gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, porque en una declaración pública afirmó que en la Plataforma Antideshaucios había elementos "filoetarras". La jueza encargada de sustanciar el caso ha desestimado la demanda alegando que la delegada gubernamental se había limitado a hacer uso de su libertad de expresión.
Curioso y digno de alguna reflexión.
La señora Cifuentes es la responsable de los cuerpos policiales en la Comunidad de Madrid. Ser de ETA o apoyarla creo que sigue penalizado. Ella no tiene que acusar a nadie de cercanía a ETA. Si tiene indicios de que algunas personas de la PAH están en esa órbita, debería actuar con los medios de los que dispone y comunicarlo al juzgado pertinente. Si no lo hace es lícito sospechar que está, lisa y llanamente, minando a una organización que ha llevado hasta el momento una lucha estrictamente pacífica, con una acusación torticera.
Además, me parece interesante una cuestión: "filoetarra" es la acusación de adscripción a una organización concreta e ilegal, no a una ideología genérica. Me pregunto, por ejemplo, si se puede acusar a alguien públicamente, de cercanía a una organización mafiosa, sobre todo siendo un cargo público.
A mí hay otra cuestión que me parece de interés: ¿tiene un cargo público, más cuando controla parte de la maquinaria represiva del estado, la misma libertad de expresión que un ciudadano sin esa responsabilidad? Las palabras de Cifuentes no repercuten con la misma intensidad que las que junta quién emborrona este callejón que ahora usted lee. Nos guste o no, un cargo de elevado rango tiene unas prerrogativas, una posición de privilegio, de manejo de la información que, en mi opinión, implica la servidumbre de no acusar, con el eco que tienen sus palabras, gratuitamente.
Dando una vuelta de tuerca, planteo que la libertad de expresión debería implicar también, mientras no dañe a personas físicas o bienes, la libertad de acción. Lo digo porque dos jóvenes fueron condenados, a inicios de este mes de octubre, a pagar  una multa (el fiscal pedía 10.000 euros) de 900 euros por quemar una foto del rey abdicado en la Diada de 2013. Si hubieran quemado al rey de cuerpo (vivo) presente habría entendido la actuación de la justicia. Porque está feo quemar a alguien aunque ostente un cargo no electo, vitalicio y hereditario. Pero creo que la quema de la "real foto" era una manera diferente de opinar, de expresarse, de unos ciudadanos comunes. Prender fuego a la imagen del Borbón mayor supuso usar un lenguaje diferente, meramente visual, lleno de simbolismo, para expresar su rechazo a la institución monárquica.
¿Por qué el juez que dilucidó este caso no se acogió a la libertad de expresión tal y como hizo su colega con la demanda a Cifuentes? ¿Aún debemos creernos que el juez es una especie de técnico apolítico?
Pensemos en los mas altos tribunales. El constitucional cuando decide, a veces mediante ajustada votación, se convierte en un pequeño parlamento de última instancia donde predomina la ideología, el espíritu que cada uno le pone a la letra de la ley. No nos engañemos. Nadie, ni el juez ni el profesor, es independiente de sus ideas.