"Gerardo
Tecé, el hilarante acicate de la casta política española".
"Este joven andaluz revoluciona las
redes a diario al poner en evidencia con su humor las contradicciones y
disparates de los dirigentes de este país".
Este es el título y el subtítulo de una
entrevista realizada en Público a un tuitero de éxito en Internet.
Me inspiró esta brevísima reflexión que pusé
como comentario en el artículo del citado periódico digital (debo seguir con algo de mala leche, con restos del exabrupto de ayer):
Aprecio el
humor, (en especial el de algunos comentaristas gráficos que nos congelan la sonrisa,
como El Roto o Kalvellido) pero, por poner una voz discrepante, mientras el
arma que utilicemos contra los poderosos de este país sea, básicamente, el humor (cuyas propiedades balsámicas tan ponderadas son) y la cuchufleta, pueden
estar muy tranquilos. Además, así no habrá duda de que vivimos en una
democracia. Recuerdo una frase que decía el humorista (es un decir) Fernando
Esteso en los albores de la transacción democrática española: "¡Tranquilos! ¡Ya
se puede largar!" Justo es reconocer que Esteso era un lince que avizoraba
la profundidad de la democracia en este país. Cerca de 40 años después nosotros
seguimos largando chascarrillos, sea en las redes sociales o en el bar, y ellos
siguen mangoneándonos, eso sí, con toda la seriedad del mundo.
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