jueves, 16 de junio de 2016

Borbones a borbotones

Sí, los borbones, esa extensa familia, ya nos salen hasta por las orejas.
Hace dos años, caso Noos y algunas cacerías mediante, abdicó Juan Carlos. El día 19 de junio teníamos nuevo rey con el beneplácito del entonces bipartidismo gobernante. Hoy esa estructura férrea, formada por el PPSOE, parece, sobre todo por su flanco izquierdo, algo mermada ante la irrupción de Unidos Podemos, fenómeno del que desconocemos aún si representará un cambio político de cierta profundidad o tendrá efectos cosméticos. La Corona, uno de los trágalas de la llamada transición, sigue estando fuera del debate cotidiano, salvo los fuegos artificiales de los catorce de abril, que, sin cuestionar la justeza de conmemorarlos, no dejan de tener un cierto regusto a impotencia.
Parto de la base de que la monarquía es, en esencia, un sinsentido. La máxima autoridad del estado reservada a un coto privado familiar, al azar de un acto que practican miles de millones de especies sobre la faz de la tierra. O sea, un acto anterior al raciocinio humano. El asunto que ahonda el escarnio es que cuando a esta injusticia se le añade la desvergüenza, el pueblo que, salvo en el terreno de los chistes, no reacciona, queda retratado. 
En los papeles de Panamá apareció la hermana del rey demérito, que tuvo dinero en un paraíso fiscal justo los 40 años que reinó su hermano. Hace algo más de una semana "El diario" publicó que cuatro primos del rey tuvieron cuatro millones de euros en la madre patria suiza, y que los "legalizaron" gracias a la amnistía de Montoro pagando un "exorbitante" 1,8% (la decima parte de mi IRPF). Y estos señores están en la línea sucesoria al trono. Incluso uno de ellos, ya fallecido, imagino que por el amor que profesabaa la patria de la que evadía sus dineros, fue nombrado por el rey infante de España. Yo que, voluntaria o forzadamenete, multiplico por diez el esfuerzo tributario de los primos borbones (aunque creo que los primos somos nosotros) no tengo una triste mención honorífica, una suerte de subhidalguía. Pero, qué esperar de mí, si procedo de una familia que, por escaso, tenía el mal y plebeyo gusto de hablar de dinero. Otra Borbón, cuyo nombre no recuerdo ahora y que ha salido en alguna de las corruptelas del PP declaró, defendiéndose con la enjundia que dan los siglos de pertenencia a la clase dominante, que había sido educada en el buen gusto de no hablar de dinero. En la película El Padrino (¡qué placer el maravilloso encaje de la imagen y la música!) hay una escena de la familia reunida almorzando. Uno de los comensales, varón por supuesto, en un momento determinado hace mención a un aspecto de sus turbios negocios. La matriarca espeta, ofendida, que en la mesa familiar no se habla de dinero. Y no creo que fuera porque se les acumulara en las papilas gustativas un cierto regusto a sangre. Simplemente, ese mal hábito queda para la gente humilde, para los que tienen que avizorar, quizás a muy corto plazo, como vendrá de surtida la mesa.
Estos borbones dejan sus negocios a testaferros y ellos se limitan a disfrutar de la mejor manera posible, que es vivir en esa ofensiva ignorancia del dinero que te da pertenecer a una familia privilegiada. Y apacibles, sonriendo, oyen, cuando sale el tema de nuestro derecho a decidir si queremos que la jefatura del estado, después de 80 años ininterrumpidos de coto privado, sea un cargo abierto a cualquier ciudadano, que no, que ese tema es baladí y ahora, ni nunca, toca.
Lamentablemente esta idea impregna, más allá de la presencia de banderas republicanas, los actos de Unidos Podemos. Hay que acabar con las cobardías. Dudo mucho que el tema republicano restara votos a UP, quizás incluso, ante el timoratismo del PSOE, puede añadirle alguno. Los votantes que optan por esta coalición estoy convencido que en un 99%, o más, no son monárquicos. Y no planteo hacer de este tema un eje de campaña, pero sí tener la valentía de introducirlo pedagógicamente.
Pablo Iglesias siempre dice que le parece más democrático que el jefe del estado sea elegido, añadiendo que crees que Felipe es un hombre bien preparado, circunstancia enormemente meritoria con una educación privilegiada, y que si concurriera a unas elecciones podría ganarlas. De rey a presidente de república. Parafraseando la canción de Silvio Rodríguez: "Sueño con borbones, con un mar , ay, de borbones, sueño yo..."
Si Unidos Podemos usa la palabra república sin miedo, el asunto iría dejando de ser tangencial y entraría en el debate político. Salgamos de la trampa en la que caemos desde hace decenios. Si el país atraviesa una coyuntura económica complicada otros asuntos son prioritarios, circunstancia que sin ser negada no tiene porque implicar la expulsión del tema republicano de la agenda. Si por el contrario la situación es de cierta bonanza te dicen que no es lógico sacar a la palestra un asunto que implicaría inestabilidad política. Se olvidan que, para muchos, es un asunto de dignidad y de principios. Y además, en este país, con una república defenestrada por la acción del fascismo, un acto de justicia histórico-poética.