sábado, 28 de septiembre de 2013

La tortura franquista bajo los focos de la justicia... argentina

La tortura (tradicionalmente presencia silenciosa o de voz baja) está de moda en el estado español.
La solicitud de extradición de cuatro policías españoles, torturadores del tardofranquismo y la denominada transición, por parte de la jueza argentina María de Servini, que atendió una demanda de represaliados por la dictadura fascista, ha puesto tan ominosa práctica en las portadas de todos los medios de comunicación.
Llevo varios días rumiando como arrostrar el tema. En mi se debaten, como casi siempre, la víscera y mi anhelo de ser un circunspecto profesor.
Pocas situaciones se me hacen más aterradoras que estar inerme en unas manos que pueden hacer contigo casi lo que quieran. Esa situación, afortunadamente, yo no la he vivido. Pero sí estuve detenido en comisaría, con otros compañeros, en dos ocasiones: agosto de 1976 y abril de 1977.  De la primera experiencia, apenas 20 horas, recuerdo que pase la noche en una celda tan exigua que no podías  tenderte. La segunda vez cumplimos las 72 horas legales. Nos detuvieron el 13 por la noche tras realizar una “pegada” de carteles en conmemoración de la Segunda República y en pro de la Tercera. Unos días antes, el 9 de abril, el Partido Comunista de España, tras 40 años de ser la organización esencial en la lucha contra la dictadura, había sido legalizado. Tenía dos condiciones básicas (con lo que ellas implicaban): reconocimiento de la monarquía de Juan Carlos y de la bandera bicolor. Los cuatro detenidos aquella noche empezábamos a ser ya unos restos a la deriva, unos náufragos. La oposición de izquierdas, calada hasta el tuétano, se subía masivamente al barco que le ofrecían los reformistas del régimen dictatorial. Recuerdo que uno de los policías que me interrogó me dijo: “ O se meten en el PCE o acaban todos aquí”. Eso es capacidad de adaptación a los tiempos. Todo el mundo adaptándose (transicionando): el poli y el PCE. Por otro lado es curioso. No me dijo: “métete en el PSOE, muchacho”. El poli sabía, era su trabajo, que quiénes se habían cargado a sus espaldas la oposición a la dictadura eran los comunistas y, empeñados en darle matarile a Franco, los anarquistas. Pensaba que el PCE rentabilizaría esa lucha en las urnas que venían. Pero está claro que le faltó visión política, al menos en un primer momento.
Esos policías no nos torturaron en el sentido de los horrores que implica el término. Hubo un leve maltrato  y alguna humillación. Teníamos 17 años. El fascismo te consideraba mayor de edad legal  a los 21, excepto en el ámbito penal, donde esa mayoría se adelantaba en ¡5 años! Con 16  ya podías quedarte 72 horas en comisaría y si el juez lo consideraba oportuno enviarte a la cárcel. Cuando íbamos detenidos en el coche yo pensaba en el famoso, entre los círculos clandestinos de la izquierda de Las Palmas, Heliodoro. Ese “social” (apelativo común de los miembros de la Brigada Político Social) tenía fama de torturador. Ya parte de la izquierda estaba legalizada y yo sentía que iba derechito a las fauces de la bestia. Por mi trabajo de profesor lidio todos los días con jóvenes de 16 ó 17 años. Muchos de ellos son complicados, desnortados, con mucha rabia interior. Nosotros teníamos la rabia de la injusticia y el socialismo, el anhelo de un mundo más justo, como brújula que nos señalaba el norte. Pero seguíamos siendo unos críos. Y pienso que era asqueroso el pan que se ganaban aquellos individuos amedrentando a un chico como esos con los que hoy (exactamente hoy), he estado luchando para que no acaben en un camino sin salida ni retorno. Estoy convencido de que uno de los mejores hombres que he sido a lo largo de mi vida lo fue ese muchacho expectante de 17 años. Aquellos represores y la confortable apacibilidad con la que transcurrieron sus “vidas laborales”  posteriores, me dieron –a mi pesar- una gran lección que vas estudiando con el tiempo, una lección pesimista y puñetera: la justicia es un bien escaso, al que pocas veces accedemos, y que además no tiene nada que ver con la ley.  He dicho que era asqueroso el pan que se ganaban, y lo mantengo, pero no los masacro moralmente. Tal vez eran buenos padres de familia que, cuando los llamaban, acudían raudos al colegio preocupados por la enseñanza de sus hijos. A uno de ellos lo vi en un par de ocasiones entrar en la iglesia del barrio. Pensaba, irritado, que era un tipejo hipócrita. Hoy en día estoy convencido de que para ese hombre maltratar a un chico de 17 años o, si se terciara torturar, no significaba ninguna contradicción con su fe en un dios omnipotente y bondadoso. Mis camaradas y yo éramos el enemigo, el mal. Con esto quiero decir que los torturadores fascistas o los torturadores “demócratas” (Amnistía Internacional denuncia que en el estado español todavía se tortura), no eran o son malvados a tiempo completo. Eran o son hombres con una ideología clara, como lo eran los nazis: el anticomunismo. Ésta era y sigue siendo la barrera infranqueable. El fascismo siempre surge cuando esa barrera corre peligro de quebrarse, cuando se avizoran unos cambios profundos e igualitarios del modelo capitalista existente. Por eso muchos nazis de “rango menor” transitaron del uniforme pardo a la americana y la corbata de la República Federal Alemana. Y por eso la fidelidad de los “sociales” a un régimen fascista sanguinario no fue impedimento para, cambiando algún nombre, reubicarlos dentro de la “democracia”. Y, añoranzas particulares aparte, seguro que la mayoría se sintieron muy a gusto en la nueva situación.
No escurro el bulto. No concibo la tortura como parte del engranaje estatal de un país socialista. Para mí el socialismo, en sus raíces ideológicas, triste utópico, tiene un componente moral básico donde la vileza ejercida desde el poder no tiene cabida. Ríanse, pero yo me creo el concepto del “hombre nuevo”, y éste no puede ser construido a golpe de picana. Lo repito, soy utópico pero no quimérico. La lucha de clases es dura, pero en el poder tenemos que ser diferentes, nuestra moral, nuestros límites, como aspirantes a una sociedad de seres libres, tienen que ser innegociables. Una vez a Fidel (Castro, por supuesto) unos periodistas le preguntaron si llevaba chaleco antibalas. Desabotonándose la camisa verde oliva, con un toque teatral, contesto que el llevaba siempre puesto un escudo moral.
Ahora todo el mundo “progre” está feliz de que la juez argentina reclame a cuatro torturadores para juzgarlos. Encantadísimo. Hay centenares de abueletes (si hablamos de torturadores de la época franquista) que reclamar. Ya que aquí es imposible, que los juzguen a 10.000 kms. Que a Heliodoro, si vive, se le pongan de corbata, sería un gran placer. Que Martín Villa esté de boca en boca como posible extraditable (¿cuántos te negarían Rodolfo?) es un regocijo. Sin embargo, imagino que extraditar  a un anciano recién operado de cadera, aunque sea hijo fidelísimo de su padre y “jefe de los torturadores” (no olvidemos que el torturador es un empleado público), según atinada expresión de Otegui que le costó una condena a un año de cárcel, debe ser un poco más complicado.  Insisto, todo genial.
Pero.
Han existido más de 30 años de silencio mediático (hablo de los medios de masas, ya sé que los marginales denuncian muchas situaciones que gran parte de la gente desconoce o conoce mal, que es peor aún), más de 30 años donde se vendió por parte de la derecha y se compró por gran parte de la izquierda, la baratija de la desmemoria como método de avance hacia una supuesta reconciliación entre los fratricidas españoles, hacia el borrón y cuenta nueva. Pero según parece el borrón persiste. Tal vez un fantasma de Canterville rojillo dedica sus noches a reponer el rastro de sangre de los criminales.
Para acabar dos breves:
Titular de una noticia del digital Kaos en la Red que no siendo buena, vista desde el estado español, es magnífica. Dice: “Chile: represores de la dictadura pinochetista gozan de privilegios en las cárceles”.
Recomiendo un libro llamado: “Claves de la Transición. 1973-1986. (Para adultos)”. Su autor es Alfredo Grimaldos. Es breve, poco más de 170 páginas, y muy ágil. Contraindicado para las almas cándidas, puede originar un subidón de realidad que quiebre algún bello esquema mental.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Algunos datos económicos: compruebe su frialdad si no es usted persona adinerada.

Desde 2008 los asalariados han dejado de ingresar 60.000 millones de euros. En Europa las rentas del capital  son el 38% del pastel y las del trabajo el 49%. En España las rentas del capital son el 46% (8 puntos más que en Europa) y las del trabajo ¡oh sorpresa!, el 44% (5 puntos menos que en Europa).
El PP dice que la situación económica mejora.
Las horas extras pagadas caen a mínimos históricos en el segundo trimestre de 2013. Aumenta la jornada laboral y la retribución o se mantiene o disminuye. Con que no te echen  a la calle te consideras un "privilegiado", vamos, que le besarías, casi entre lágrimas (no es una hipérbole), las manos a tu jefe por consideración.
El PP sigue diciendo, con más ahínco aún, que la situación económica mejora. Se observan muecas extrañas en la cara de Mariano, de sus más directos colaboradores y de algún banquero bilingüe.
La reforma de las pensiones que acaba de aprobar el PP supondrá un ahorro para las arcas del estado, y una mengua en el bolsillo del pensionista, de al menos 33.000 millones hasta 2022. Subidas anuales del 0,25%. De 800 euros pasaras a 802.
Las muecas de la caterva dirigente (empleados políticos y clase dominante) devienen en sonoras carcajadas. Saltan lágrimas y se sujetan tripas convulsas. Intuimos que quieren repetir la letanía de la economía que despega.
Las encuestas dan un 60% de votos, con empate, a los peperos y a sus compañeros de reparto social liberal, en este teatro donde se representa un vodevil de escaso gusto en el que, en una perversión ¿inexplicable?, los que están en el escenario, actores tan escasos de talento como sobrantes de jeta, o satisfechos dueños de la compañía entre bambalinas, todos, absolutamente todos, se ríen del público. Un público, por demás, en estado catatónico, que recibe, estoico, los tomatazos que él debería lanzar.
Quizás entre sus carcajadas nos cueste oír que los pacientes de cáncer no internados, atendidos en hospitales, tendrán que pagar (como si no estuvieran pagando ellos y sus familiares un enorme precio en sufrimiento) el 10% del valor de sus medicinas. Entre tanto recorte sanitario, a su bajestad (término que usaba esa voz lúcida que era el periodista Javier Ortiz) el rey le traen de EEUU un médico español, que le operará próximamente, número uno del mundo en la cirugía de cadera. Mientras para buena parte de la población las listas de espera para operarse y los copagos crecen, o sea, el acceso a la sanidad empeora, este individuo, puesto por un dictador fascista y nunca sometido su puesto a refrendo popular, recibe, en un proceso inverso, una atención privilegiada.
El PP dice que la economía mejora, que, aunque llena de cadáveres y desahuciados sociales la pista, estamos en pleno despegue.
El despegue que desde hace tiempo es imparable es el de nuestra miseria moral. Si así no fuera, quizás (bien sabemos, y la historia lo demuestra, que son gentes de armas tomar) estos canallas no se atreverían a tanto. Ellos son lacayos de la clase dominante, cumplen, con mayor o menor pericia, su función. No les aplico criterios morales. A nuestra desidia, a ser plácidos conejillos de indias, sí.
 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Cataluña necesita la consulta

Tras la cadena humana que recorrió Cataluña de norte a sur el 11 de septiembre (un millón y medio de personas en un país de siete millones es una cifra abrumadora), la situación se llena de expectativas. Para unos el cielo se abre y refulgen al sol los colores, para otros la grisura de los  nubarrones se cierne amenazante.
Tanto Mas como Rajoy tienen motivos para estar preocupados. El primero, porque ha perdido las riendas del proceso. Ahora mismo el caballo conduce al jinete. El segundo porque la polvareda anuncia la estampida que se le viene encima. Era curioso oír alguna tertulia en los días posteriores reclamando la actuación de la política. Craso error. Pocos actos de mayor calado político que uno que consiste en darse las manos un país en pos de un objetivo socialmente transversal. En este caso sólo habría un acto político más decisivo aún: la consulta, el conocido como "derecho a decidir". Cuando esos "tertulianos" hablan de la actuación de la política la mayoría está pensando en la manera de encauzar el movimiento popular. Le dan a la política el valor, no de responder al masivo requerimiento de un pueblo que quiere decidir si en el futuro tiene un estado propio, sino el de ponerle bridas a esa manada que ellos perciben desbocada. Están pensando en como "reconducir" la situación. Porque la convocatoria de algún mecanismo de consulta, salvo la ¿impensable? manu militari, parece no tener marcha atrás. Mas tiene complicado hacer un chanchullito con el PP y el PSOE (este partido ya habla de federalismo asimétrico y, desesperado, le pide al PP que haga "algo"). Si titubea sólo va a conseguir que el trasvase de votos a ERC se intensifique. Por otra parte creo que Rajoy no puede, al menos por estética, aunque debería ser por ética, como implícita o explícitamente le pide la extrema derecha, mandar los tanques a Cataluña. En esta situación la ciudadela de Ciutadans, baluarte de las esencias hispánicas, acoge tras sus murallas a  los peperos y socialistas huidos. Mientras la situación política en el resto del estado español, salvo Euskadi, es bastante pétrea (PP y PSOE suman un increíble 60% de intención de voto), pues los múltiples movimientos políticos y sociales surgidos al calor de la ofensiva neoliberal no logran permear a la sociedad, en Cataluña es volátil, con una posibilidad, nada ilusoria, de que los grandes partidos salten en pedazos. Hecho que, aunque parezca un contrasentido, puede ser un gran respiro para el PP, pues la baza del catalán malvado le renta votos en muchos territorios del estado.
Acabo. Las sociedades se dividen por múltiples intereses. Si se celebra un referéndum y ganan los independentistas por poco más del 50% dirán otra frase muy escuchada: "Han dividido a Cataluña". ¿Harán lo mismo si se imponen los partidarios de seguir formando parte del estado español por un magro margen? El PP gobierna con mayoría absoluta, desmontando derechos, disponiendo del 44% de los votos. Sinceramente creo que la sociedad catalana ha llegado a un punto en el que necesita contar los apoyos reales que tienen una u otra opción.

lunes, 9 de septiembre de 2013

El 11 de septiembre. Un día de reboso

En Canarias, cuando la marea sube desbordante, decimos que hay reboso. Desconozco si el término se aplica también en otros lugares de habla castellana. Ha brotado en mi mente porque llegamos a una de las fechas más emblemáticas del año. En ella se acumulan tres acontecimientos que tienen, cada uno, su ámbito delimitado. Existe un 11S tan oscuro como universal; otro cuyo centro de impacto principal es América Latina y que vive en la emotividad de todos los seres humanos que conformamos ese mundo abigarrado, tan lleno de grandeza en el horizonte como de trompicones en el tránsito cotidiano del desierto; y un último, aunque cronológicamente es el primero, que tiene repercusión en todo el estado español, aunque sea la Diada nacional de Cataluña, conmemoración de una derrota, de la caída de la ciudad de Barcelona en manos de las tropas borbónicas de Felipe V y la consiguiente pérdida de sus libertades e instituciones.
El primer 11S, el que conoce y ha visto hasta la saciedad el más apolítico de los seres de este planeta, creo que es un hecho -más allá de la enorme tragedia que supuso para cada víctima y sus familias (una observación: en Iraq y Afganistán ese dolor se multiplica al menos por 200)- sobrevalorado en el sentido de su importancia histórica. Supuso la invasión de Afganistán y ayudó a legitimar la posterior a Iraq. De estas aventuras no tengo claro que EEUU salga en mejores condiciones de las que estaba en 2001. La política exterior de las grandes potencias (las medianas y chiquitas lo tienen más complicado) está diseñada a largo plazo, con perspectiva de decenios. Son partidas de ajedrez donde el jugador de gran categoría (léase gran poder militar y económico, que deviene en político) piensa el jaque con muchos movimientos de antelación. Por eso los movimientos de geoestrategia son, en bastantes ocasiones, de difícil interpretación. Eso nos está pasando ahora, al conglomerado que formamos la izquierda, con la llamada "primavera árabe" y, más en concreto, con el conflicto sirio. Aprovecho para decir que en estos asuntos me parecen clarificadores los análisis de Nazanín Armanian en el diario Público.
¿Qué ente pensante activó -no hablo de manos ejecutoras- los ataques "interiores" a las Torres y al Pentágono? Si respondo a quién beneficia me veo abocado a la idea conspiranoica, al autoatentado justificante de los pasos citados anteriormente. Para EEUU no sería una actuación novedosa. La voladura del Maine en la bahía de La Habana justificó que Cuba pasara de colonia española a burdel yanqui. Por eso el gobierno cubano considera que la independencia real del país llegó el 1 de enero de 1959.
Los integristas islámicos, demonios hace una década, ángeles que luchan por la libertad del pueblo sirio ahora, fueron potenciados por los EEUU en los años 80 para combatir a la URSS en Afganistán y desestabilizar su economía. Y a la Unión Soviética quería llegar. El hecho fundacional del siglo XXI no son los atentados archifamosos (¿ni una imagen del avión impactando al Pentágono?). El acontecimiento que "inaugura" el siglo XXI se produce en el XX, en 1991, cuando se disuelve la Unión Soviética y deja el campo expedito a EEUU, poniendo en sus manos el siglo XXI y transformando el mundo bipolar, al menos momentáneamente,  en unipolar.
El segundo 11S cumple 40 años y tiene de fondo la voz de Víctor Jara o Quilapayún en un viejo tocadisco de pilas . Las imágenes de la aviación golpista chilena demoliendo, con sus vuelos rasantes sobre La Moneda, a bombazo limpio, el sueño de la Unidad Popular, de la vía pacífica al socialismo, son un cáliz amargo. Para los que militamos en los 70 en alguna de las izquierdas existentes, Chile tenía la crudeza de los sueños robados. Chile nos encabronaba. La oligarquía chilena, guiada por el Departamento de Estado, rompió las urnas. Estupendísima estaba la alternancia pero malo era avanzar por un modelo alternativo. Allende  despertaba tanta admiración por su entereza y altura ética como compasión por su candor ¡Nombró a Pinochet jefe del ejército unas semanas antes del golpe! ¿Se puede caminar hacia el socialismo, cambiar de base el mundo, disputarle el bastón de mando a la clase dominante, dejando intactos sus instrumentos de poder? Los acaparamientos, la escasez de productos que en ocasiones se da en Venezuela fue una estrategia de acción de la derecha en Chile. La huelga petrolera en Venezuela fue huelga minera y transportista en Chile. Cuando el dominio de clase está en peligro el combate se traslada del campo electoral a todos los ámbitos. En América Latina han habido incontables golpes de estado, pero el Chile del 73 siempre nos acompaña, quizás porque aún estamos esperando a que verdaderamente, como dijo en su alocución final Allende, se abran "las grandes alamedas por donde pase el hombre libre".
El tercer 11S, como anticipé al principio, es una derrota que hoy, casi 300 años después, los sectores independentistas de la sociedad catalana quieren transformar en victoria. Anhelan realizar una consulta soberanista en 2014. Que el pueblo decida si quiere tener un estado propio o no. Este tema genera enorme polémica. Irrita profundamente a los defensores de la "indisoluble unidad de España" (cuando es indisoluble por decreto...). Irrita a los nuevos internacionalistas. "¡Mi patria es el mundo!" "La izquierda está contra las fronteras". O mienten o se equivocan. Los ricos, ya lo dije en otro texto por boca de Verstringe, son los que pueden permitirse el lujo de no tener patria. Ninguna goma borra mejor las líneas fronterizas que el dinero. Los pobres, los trabajadores, necesitamos una patria libre de los estereotipos rancios, de voces impostadas. Una patria de palabras sencillas: trabajo, educación, cultura, sanidad.
En Cataluña los independentistas son de diferentes segmentos sociales y políticos. Convergencia, con matices (burguesía), ERC (pequeña burguesía y profesiones liberales), la CUP (izquierda transformadora) son independentistas. No tienen sentimiento de españolidad y además piensan que estarían mejor administrando ellos todos sus recursos, teniendo un estado propio. Sus modelos económicos, sociales y políticos son diferentes. Nada tienen que ver CiU y la CUP, pero probablemente en un referéndum la gran mayoría de sus simpatizantes votarían lo mismo, aunque ambos saben que la lucha de clases perviviría en el nuevo estado si triunfara su opción, circunstancia que intuyo cada vez más probable.
Acabo con una pequeña referencia a Canarias, ese territorio norteafricano que forma parte del estado español (no se enojen, miren el mapa) y es región ultraperiférica de Unión Europea. Hace unos meses leí, no recuerdo donde, que el sentimiento independentista en Canarias era del 4 ó el 5%. En una hipotética consulta no tengo claro que votaría. Siempre he abogado, sé que me muevo en la pura abstracción, por una república confederal donde cada pueblo del estado español pueda estar libremente. Me da pena, o magua, que decimos por estos lares, esa escasa incidencia del independentismo en Canarias porque lo percibo como un síntoma de temor a la orfandad. Todos aquí hemos oído la famosa frase. "¿de que viviremos los canarios si somos independientes?" Sospecho que muchos canarios necesitan a bwana. Si nos quitan las romerías donde veneramos a las diferentes "madres amadas" insulares (término ahora muy en boga para referirse a las diferentes vírgenes isleñas), nos queda como identidad una conciencia vacía, la carcasa, el desecho de un fuego de artificio.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Jerarquías


Esta magnífica foto de Francisco Socorro está en la página web del periódico Canarias 7. Refleja un instante de los actos en honor de La virgen del Pino, "patrona" de la isla de Gran Canaria. Poder civil y poder religioso. Observen ustedes la jerarquía. El señor de chaqueta y corbata que aparece a la izquierda de la foto en solitario, detrás de un sacerdote con barba, es don Paulino Rivero, en sus ratos libres, cuando no está de romería, presidente del gobierno de todos los canarios, incluidos, se supone, ateos, agnósticos, protestantes, musulmanes, judíos, hinduistas, animistas, etc.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El SAT tira del carro

La acción del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), llevándose diez carritos con material escolar de una gran superficie de Sevilla, tiene una virtud: genera polémica, debate en la sociedad, y se aparta, sin negarlas, de las acciones reivindicativas clásicas del sindicalismo, como son la manifestación (convertida casi en una liturgia de la que suelo ser feligrés) y la huelga (usada, por la precariedad laboral, salarial y de conciencia, cada vez con más renuencia).
El SAT utiliza el término expropiar para denominar su acción. Otra gente habla de robo o hurto (a partir de 400 euros , el hurto se transforma en robo). El acto es el mismo lo llamemos de una manera u otra, pero su significación, e incluso su prestigio, es diferente. Si nos ponemos legalistas queda claro que una expropiación no es. Quién tiene la potestad de expropiar es el estado. Y no me refiero al estado español en concreto. Todo estado, sea cuál sea su carácter, se reserva esa potestad. Por eso no es baladí en manos de quién esta la maquinaria estatal. La II República, acometiendo la Ley de Reforma Agraria, que cuestionaba la secular propiedad de la tierra de los grandes latifundistas, llevó a cabo un intento expropiador y, todo sea dicho, se busco un enemigo brutal y dispuesto a desangrar el país, como demostró el golpe fascista del 36. La expropiación suele conllevar una compensación económica (creo que en términos jurídicos se llama justiprecio). No niego que eso deba ser así en muchos casos. Pero si se expropia alguien que ha acumulado enormes masas de capital y propiedades durante décadas a costa de la sobreexplotación de los trabajadores, ¿También habría que indemnizarlo?
Permítanme un inciso acerca de la sobreexplotación. Titular de El País hace unas semanas: Servir mesas 12 horas al día por 500 euros al mes. Subtítulo: El turismo ofrece un leve respiro al desempleo, pero camufla prácticas que rozan la explotación laboral. Para el periódico progresista El País trabajar 60 horas por 500 euros sólo roza la explotación laboral.
Prosigo. Cuando iniciaba este blog, hace un par de años, dediqué uno de los primeros textos, muy breve,  a Berlusconi y las 20 casas (o mansiones) de las que, irónico, alardeaba ser propietario en una sesión del parlamento italiano. http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2011/07/20-casas-o-aunque-no-lo-parezca.html Me preguntaba si es lícito tener 20 casas. ¿Quién necesita veinte casas? ¿Cuánta gente habrá, especialmente jóvenes, penando por acceder a una vivienda en Italia? Se cuestiona poquísimo el derecho infinito a la propiedad. Consideramos este derecho sacrosanto. Una de las principales formas de demonizar el concepto comunismo ha sido, y es, inculcándole a la gente que no va a poder tener nada de su propiedad. Que absolutamente todo será colectivo. Es ilustrativa de este pensamiento una escena de la película de Woody Allen "A Roma con amor". Éste, mientras viaja en avión a Roma para conocer a su futuro yerno, chico de ideas esquemáticamente izquierdistas, le dice a su mujer lo siguiente: "Nunca he podido ser comunista, la idea de compartir baño con otros me horroriza". A mí también me horroriza Woody, soy tiquismiquis. Pero el socialismo o el comunismo no implica, necesariamente, compartir baño, como el capitalismo tampoco implica tener baño individual seguro. Poco antes del Mundial de Sudáfrica un programa de televisión mostró los poblados chabolistas (de negros, por supuesto). Los baños, a la intemperie y de plástico, eran igualitos a los que se ponen cuando hay multitudinarios actos festivos. En un país que gastaba una millonada en organizar un evento deportivo, miles de personas tenían que salir a la calle para realizar sus necesidades fisiológicas más primarias.
Cuando algunos defendemos la acción propagandística y robinhoodiana del SAT (robo, hurto, sustracción, díganlo como quieran), la respuesta suele ser la siguiente: "Pues ahora yo entro en tu casa y me llevo lo que quiera". ¿Nadie se para a pensar que el sindicato que dirige Cañamero no ha entrado acoger el material escolar en la papelería de la esquina del pequeño empresario? El SAT actúa en las instalaciones de una gran multinacional que gana muchísimo dinero. Mi casa, el dueño del negocio de la esquina que le "echa" un montón de horas y el gigante que vende de todo, son magnitudes incomparables. La simpatía hacia el intrépido Robín de los Bosques, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, esta hoy más justificada que nunca. Nos llevan de cabeza al Medievo, a la servidumbre.
Ahora viene un segundo acto: la criminalización por parte del gobierno. La gran superficie no ha denunciado. ¿Si en mi casa entra alguien, se lleva este ordenador y yo no denuncio, lo buscarán? El Ministerio del Interior ha actuado de oficio. Gran celeridad. La tortuga estatal torna en liebre cuando se trata de perseguir a "los de abajo" (término que últimamente ha generado cierta polémica entre intelectuales de la izquierda transformadora). En el país del PP de Bárcenas, del yerno del rey prestamista, de los ERES andaluces; en el país donde el gobierno ha reconocido que decenas de miles de millones que salvaron  a la banca privada nunca se recuperarán, en ese idílico país donde en agosto bajó el paro en 31 personas, donde los derechos laborales pronto se exhibirán en el museo de las especies extinguidas; en ese país podemos respira aliviados, ya están identificados los 34 peligrosos émulos de bandolero. Y en mi referencia al peligro hay la ironía justa. El poder sabe que debe actuar de manera contundente. Teme, quizás sin motivo, al desencauce de las protestas.