Ya en alguna ocasión anterior les he dicho que de la prensa generalista sigo, a través de su página web, al diario Público debido a que da cierta cancha a sectores a la izquierda del PSOE, y se aparta, ligeramente, de la uniformidad esencial de la prensa española. Ustedes saben que las noticias pueden ser comentadas por los lectores. En este terreno encontramos desde análisis interesantes, que hacen pensar, hasta la consigna o la simple descalificación que no aporta nada. Pero hay un comentador que me tiene fascinado: Bosco Pelayo. Fíjense que el nick que usa une la pijería de alta cuna (Bosco) con el nombre del rey asturiano (Pelayo) que inicio, según la historiografía tradicional, la reconquista de la península a los musulmanes, que culminarían los Reyes Católicos... ¡800 años después! ¡Qué agobio! Les decía que el mentado comentarista me tiene fascinado y, además, me divierte. Sus comentarios tienen como seña de identidad un lenguaje nacional-católico absolutamente ampuloso, lleno de retórica e invocaciones religiosas. La duda que muchos tenemos es si refleja en sus textos su pensamiento o es un cachondo que hace una caricatura, escrita con modos rimbombantes, del pensamiento fascista español. Yo me adhiero a esta segunda opción, pero sin embargo, alguna gente le responde con seriedad (cada vez menos) y hasta indignada. Para que ustedes juzguen por si mismos, yo voy a adjuntar un comentario que hizo sobre la disconformidad del diputado socialista Antonio Gutiérrez (ex dirigente de CCOO) con el acuerdo al que han llegado PP y PSOE (te quiero Julio Anguita, sí, la pinza, cuentos para rehenes mentales o afectados por un virus muy activo entre la población española: la desmemoria), para que la constitución recoja un límite al déficit público. Me callo y le doy la palabra a Bosco Pelayo (perdón por el ripio):
“Señor Gutiérrez: es Vd. un desleal y un pésimo español. Tome ejemplo y aprenda de su compañera Doña Elena Salgado, por finalmente admitir lo que el PP lleva predicando en el desierto durante años: el déficit público es, per sé, insostenible. La reforma constitucional es INAPLAZABLE, y los intentos patéticos de los cuatro gatos (o perroflautas, más bien) de siempre por convocar referéndum son no sólo lamentables sino peligrosos. Deberían ser constitutivos de lesa Patria, pues seguir permitiendo que el déficit aumente es malo para España y nos aleja de nuestra secular senda imperial, abandonada en 1975 y ahora con posibilidades de ser recuperada de la mano de Don Mariano Rajoy.
El despilfarro, secular banderín de enganche del PSOE en forma de subsidios, dádivas, obras públicas faraónicas y corruptelas varias, tiene los días contados en nuestra Patria, merced a la inspiración divina que Cristo Resucitado ha inspirado en el pueblo español a través de las palabras que el Santo Padre Benedicto XVI pronunció la semana pasada. Es Jesús Nuestro Salvador quien hablaba por él, uniendo la Luz Divina al inmaculado rostro del sucesor de San Pedro, campeón de la Fe.
La crisis actual lo demuestra: el atroz (des)Gobierno socialista presidido por Zapatero I el Liquidador, lejos de admitir la crisis desde un primer momento, aplicó parches leninistas, keynesianos y derrochadores y con ello contribuyó a disparar el déficit y ponernos en el punto de mira de la (sana) especulación internacional.
Hay que apretarse el cinturón, pero no podemos poner más impuestos a empresarios y banca, que son quienes nos siguen manteniendo a flote y trabajan más que nadie, amén de ser en su mayoría acendrados cristianos viejos que nos ponen en comunicación directa con los designios del Todopoderoso.
Lo que hay que hacer IMPERIOSAMENTE es:
1) Recortar presupuesto de Sanidad: turismo e inmigración sanitaria, nunca más! Los emigrantes, a tratarse a su país
2) Educación: la educación pública es ruinosa y sólo produce iletrados ateos, relativistas furibundos, perroflautas tiñosos y anarcomarxistas redomados: la Iglesia Católica gestiona mejor sus centros de enseñanza y crea ciudadanos cultos, limpios y virtuosos.
3) Limitar el subsidio por desempleo a un máximo de 3 meses, tiempo razonable para encontrar un trabajo. Si se prolonga la búsqueda más allá de ese tiempo, se está incurriendo indubitablemente en criminal vagancia
4) Recortar drásticamente las subvenciones a bodrios cinematográficos. Titiriteros: a trabajar de verdad y a honrar en vuestras obras los tradicionales valores españoles en vez de ensalzar tanto la fornicación, el ateísmo, la sodomía y el travestismo!!!.
No obstante, debería aumentarse el presupuesto de Defensa, pues la amenaza del yihadismo no decae, mientras cobra fuerza la posibilidad de un golpe de mano de Hugo Chávez contra España.
Con estas medidas incluidas en la Constitución y la protección del Manto Celestial de Dios Nuestro Señor sobre la Patria española, nuestra prosperidad estaría garantizada por cien años más. VIVA CRISTO CRUCIFICADO!!!”